El pescado, la carne y el marisco siguen reinando en el mercado del Carmen

Los onubenses adelantaron las compras en noviembre para evitar subidas, pero la carne y el pescado siguen 'volando' a última hora

La amplitud del mercado de San Sebastián convence a detallistas y clientes

Los onubenses siguen yendo al mercado. / Rafael García Rebollo

El mercado del Carmen continúa siendo uno de los epicentros de la ciudad cuando se acercan las grandes citas. Y pocas hay tan señaladas como la cena de Nochevieja. Aquí el tiempo se mide de otra manera: la salida del sol marca casi la media jornada, los pasillos se llenan de voces, de prisas y de conversaciones cruzadas. Los vendedores alargan sus jornadas y los clientes se arremolinan buscando el mejor producto disponible que quede para despedir el año.

Es cierto que muchos onubenses han aprendido la lección y, adelantándose a las subidas de precios, hicieron sus compras principales en noviembre para congelarlas. Pero siempre quedan los rezagados, quienes prefieren pagar un poco más a cambio de elegir en el último minuto su carne, su pescado o su fruta. Y el Mercado del Carmen, como siempre, responde.

Los puestos casi vacíos de pescados. / Rafael García Rebollo

Primer plato: el reino del mar

Pocos lugares reúnen tanta variedad de carne, pescado, fruta y verdura como esta histórica plaza de abastos. Pero en estas fechas, el pescado vuelve a ser el protagonista. Llega fresco cada amanecer gracias al esfuerzo silencioso de los detallistas, que acuden a la lonja cuando la ciudad aún duerme.

El puesto de Pescado y Marisco Hermanos López es un ejemplo claro. “Tenemos pescados para dos días”, proclamaba el dueño a primera hora, sin imaginar que apenas dos horas después estaría avisando a su compañero: “Por la tarde hay que ir a comprar más”. El pescado “se lo quitan de las manos”.

Reconocen que la venta más fuerte se hizo en noviembre. “Son públicos diferentes”, explican. “Hay gente que prefiere guardar y otros que vienen a última hora”. Ahora arrasan el choco y el marisco.

Osama, otro de los detallistas, confirma la tendencia: “Lo que más se está vendiendo es pata de cangrejo.” Teníamos seis cajas llenas y volaron. A ello se suman los calamares, los cuerpos y las gambas. El rape, además, se convierte en estrella de Nochevieja, porque muchos lo preparan guisado o lo destinan a los restaurantes para la festividad de Reyes.

Y los precios hablan por sí solos. “La pata la vendíamos a 16 euros en noviembre; ahora está a 22”. Es una cuestión de sensaciones, de anticipación… y de calendario.

Los clientes fieles lo saben. Roberto, de los de toda la vida, lo resume: “Aquí hay de todo. Compro pescado y gambas y las guardo para comérmelas el 31”. Pero también reconoce que todo ha subido: el jamón y el pescado, sobre todo.

Una estampa clásica navideña. / Rafael García Rebollo

Segundo plato: la mesa de la carne

El mostrador de Jamones Miguel Romero confirma otra tendencia: los onubenses siguen apostando por la calidad. “Destaca el jamón ibérico 100% y el lomito de presa. Cada año notamos que el público selecciona productos de mayor nivel”, explica José Manuel Rodríguez.

Desde Hermanos Romero apuntan en la misma dirección. Lo más demandado para estas fechas es el cordero, la presa ibérica y el lomo ibérico para rellenos. Eso sí, la subida de precios también está ahí: “El cordero y la ternera son lo que más han subido. Está todo muy caro”.

Pero, aun así, la tradición manda. Una buena mesa de Nochevieja sigue exigiendo un plato de carne.

La carne sigue siendo uno de los principales reclamos. / Rafael García Rebollo

Postre: La fruta, y a comerse las uvas

En Fruterías Fali y Enrique, Fali Quintero acumula cuarenta años de experiencia detrás del mostrador. Y su percepción es clara: esta es la Navidad en la que menos se está vendiendo para la cena de Nochevieja.

La razón es simple: “Ya no hace falta esperar a Navidad para comprar fruta. Hoy en día cualquier producto está disponible todo el año”. Aun así, en estas fechas siguen reinando las uvas, piñas y mangos. Las fresas, curiosamente, se están vendiendo más baratas por exceso de producción.

Ángel, otro cliente habitual, defiende el mercado por convicción: “Comemos lo que somos. Hay que comprar fruta de calidad, y eso se paga”. En su cesta no faltan chacinas, gambas, melón… una mezcla que sabe a celebración familiar.

El Mercado del Carmen no es solo un espacio de compra. Es un termómetro social. Aquí se cruzan las prisas de última hora, las miradas de quien compara precios y la ilusión de quienes piensan en la mesa que reunirán esa noche.

Quizás las Navidades ya no sean exactamente como antes. Quizás la abundancia se haya democratizado y ahora todos los productos estén disponibles cualquier mes del año. Pero hay algo que permanece: la liturgia de bajar al mercado, elegir con calma, dejarse aconsejar y volver a casa con la bolsa llena de futuro inmediato.

Porque en Huelva, la Nochevieja sigue empezando entre los pasillos del Mercado del Carmen.

La fruta es imprescindible en nochevieja. / Rafael García Rebollo

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