Seis menores han sido arrancados de sus familias en sólo dos años

Las desapariciones, teniendo en cuenta la de Madeleine McCann, se concentran en el sur de la península y en las Islas Canarias y permanecen aún pendientes de resolver

Hoy se cumplen dos semanas de la desaparición de la pequeña Mari Luz.
Redacción / Huelva

27 de enero 2008 - 01:00

Mari Luz, Amy, Nuria, Madeleine, Jeremy, Sara, Josué y María Teresa. Medio mundo conoce sus rostros pero nunca los han visto frente a frente. Son los últimos niños que han desaparecido en España (a excepción de la pequeña Madeleine) sin dejar ni la más mínima pista mientras sus familias siguen esperando noticias. El dolor y la incertidumbre se han presentado por última vez en Huelva, que busca incansablemente alguna pista de la Mari Luz Cortés, de cuya desaparición se van a cumplir dos semanas. La niña onubense ocupa el último puesto (o el primero) de una indeseable lista que sigue sumando nombres.

Como el de Amy Fitzpatrick, desaparecida sólo doce días antes que Mari Luz en otro punto de Andalucía. Amy había pasado la Nochevieja en casa de una amiga, situada en la urbanización Calypso de Mijas-Costa (Málaga), donde ambas estuvieron cuidando del hermano pequeño de ésta última.

Amy Fitzpatrick se marchó el 1 de enero sobre las 22.00 horas de casa de la amiga en dirección a su casa, ubicada en la urbanización Riviera del Sol. Supuestamente tomó un atajo a través de la vegetación, donde hay una zona en construcción que carece de iluminación nocturna, un atajo que la chica solía tomar porque tardaba menos tiempo en llegar a su casa.

En el momento de su desaparición, Amy no llevaba dinero ni teléfono móvil, por lo que su círculo más cercano (frente a otras hipótesis manejadas en su día por los investigadores) está convencido de que no se trata de una marcha voluntaria, a lo que se une un dato que Amy había comentado alguna vez a su amiga cuando escogió el referido atajo: en este trayecto, alguien anteriormente le había invitado a subirse a un coche. Amy tiene el cabello moreno y los ojos azules, de complexión delgada y 1,65 metros de estatura. En el momento de su desaparición la chica vestía un chándal con una camiseta 'Diesel' negra.

Su madre, Audrey Fitzpatrick, denunció la desaparición de la menor a los dos días (el pasado 3 de enero) al no tener ninguna noticia de la menor. Las Fuerzas de Seguridad se movilizaron y comenzaron los rastreos por la zona y la toma de declaraciones. En estos momentos, sigue sin haber noticias de la chica.

De Nuria González, hay hasta el momento menos información,. La chica de 16 años, residente en Salamanca, salió a hacer unas fotocopias no volvió. Al parecer, se la vio por última vez en una estación de autobuses situada en la calle de Méndez Álvaro de Madrid.

Un caso que ha dado la vuelta al mundo, y que ha suscitado la polémica, es el de la niña británica de tres años Madeleine McCann, a la que se lleva buscando ya ocho meses. La pequeña desapareció la tarde del jueves 3 de mayo de 2007 en un hotel de Praia da Luz, en el Algarve (Portugal), donde pasaba las vacaciones con sus padres y dos hermanos gemelos (niño y niña) de dos años de edad. Desapareció del apartamento alquilado, en el que supuestamente estaba dormida junto a sus hermanos mientras sus padres -que han llegado a ser sospechosos- cenaban con otros matrimonios en un restaurante del complejo. Los niños no tenían supervisión permanente de ningún adulto.

Otro niño, Yeremi Vargas desapareció el sábado 10 de marzo de 2007 en Vecindario (Gran Canaria). En ese momento, sobre las 13.30 horas, se encontraba jugando en un solar de la zona de Los Llanos, a pocos metros de su abuelo y dos tíos. La abuela llamó a la familia para comer y todos entraran en la vivienda menos el menor. Yeremi tiene 7 años, ojos marrones, pelo rubio y lleva gafas, y en el momento de su desaparición vestía un jersey de color naranja, un pantalón de chandal gris y zapatillas deportivas.

También en Canarias, concretamente en Las Palmas, desapareció meses antes otra chica, Sara Morales, de 1,55 metros de estatura, raza blanca, tez morena, pelo largo lacio y de color negro y ojos marrones con gafas graduadas de montura metálica. En el momento de la desaparición vestía falda vaquera, camiseta de tirantes amarilla y zapatillas deportivas plateadas.

Josué Monge García, de 13 años de edad, desapareció el 10 de abril de 2006, cuando se dirigía en bicicleta a pasar la noche a casa de un amigo que vivía a sólo 300 metros de su domicilio. Llevaba 30 euros en el bolsillo y una mochila con vestimenta para pasar esa noche fuera, vestía chandal gris y botines de color rojo.

La familia de María Teresa García, desaparecida en Motril (Granada) lleva ya casi ocho años esperando noticias de la chica.

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