El mayor sumidero de cobre del mundo

El Tinto y el Odiel transportan el 37,5% del zinc y el 15% del cobre que se aporta a los mares del mundo desde otros cauces La mina, tras los metales pesados

Vista aérea de la Ría de Huelva, con el océano al fondo.
Vista aérea de la Ría de Huelva, con el océano al fondo.

La actividad minera en la provincia de Huelva ha dejado una huella medioambiental imborrable en los ríos Tinto y Odiel, grandes perjudicados de esta suerte industrial que se remonta a miles de años. Sus cursos fluviales se han convertido en un sofisticado laboratorio donde se suceden millones de reacciones químicas debido a la gran cantidad de aguas ácidas con alta carga metálica que viajan cada año por sus aguas hasta el estuario de la capital onubense.

De estas aportaciones poco se sabe de su repercusión a escala planetaria. La única contribución científica la han realizado hasta la fecha investigadores de la Onubense, quienes han despejado las dudas sobre la cantidad y composición química del agua que se concentra en este punto de la ciudad de Huelva estudiando el flujo mareal. Y entre las conclusiones del estudio Acid mine drainage pollution in the Tinto and Odiel rivers (Iberian Pyrite Belt, SW Spain) and bioavailability of the transported metals to the Huelva Estuary, en el que han participado también expertos de la Universidad de Cádiz, hay una que destaca sobremanera: dos ríos pequeños que no superan los 120 kilómetros transportan el 15% del cobre y el 37,5% del zinc que se aporta desde otros cauces a mares y océanos del mundo.

"La magnitud de la contaminación minera ha quedado claramente manifestada si comparamos estas cantidades con los flujos globales que todos los ríos del mundo transportan hasta el océano. Es decir: estos dos espacios fluviales más representativos de la provincia de Huelva vierten casi la mitad del zinc aportado por todos los ríos del mundo a los mares y océanos", asegura José Miguel Nieto Liñán, investigador de la Universidad de Huelva y uno de los responsables del estudio.

Liñán sostiene que "los flujos mareales, por otro lado, han ayudado a que estas fases disueltas de cobre y zinc se hayan precipitado en otros puntos del litoral. Las corrientes dominantes en la costa de Huelva, la presencia de numerosos espigones y muros de contención han llevado esta carga en fase disuelta a otros espacios naturales -zonas del Guadiana y del Guadalquivir-".

Los investigadores de la Onubense han tomado como uno de los sostenes científicos el informe emitido por un grupo de expertos sobre Protección Marina (Gesamp) sobre la transferencia de metales disueltos desde todos los ríos del mundo a mares y océanos. En el documento se aprecia cómo las cantidades aportadas por el Tinto y el Odiel durante el periodo de estudio muestran unos porcentajes elevadísimos de estos dos metales pesados. Entre otros cauces se estimaron los del Elba y Rhin, muchos más caudalosos; y los investigadores observaron que el aporte conjunto de cobre, cadmio y zinc de los ríos Tinto y Odiel es sensiblemente superior al del Sena, Elba y Rhin (entre 5 y 32 veces para el cobre y entre nueve y doce veces para Cd y Zn).

El problema, a juicio de Nieto Liñán, se acentúa durante las crecidas, porque además de los materiales disueltos "hay un importante transporte de contaminantes en suspensión, especialmente hierro, arsénico, plomo y cromo. La duración de estos eventos es muy escasa, sólo unos pocos días al año, pero pueden llegar a transportar una gran cantidad de elementos tóxicos", aclara.

Los investigadores sugieren, por otro lado, que la movilidad y la biodisponibilidad de metales como zinc, cobre y cadmio es mayor en los sedimentos situados en la zona de influencia de agua dulce que en los de zonas marinas, mostrando una mayor porcentaje de fraccionamiento y la bioacumulación de estos químicos. "En conclusión, se puede demostrar que la afluencia continua de metales pesados por las actividades mineras afectan directamente a los sedimentos del estuario. La biodisponibilidad de estos metales varía en función de los valores de pH y la salinidad", explica Nieto Liñán.

stats