El marisco se apunta a la eficiencia energética

Dimarosa, interproveedor de marisco congelado de Mercadona, abrirá su nueva factoría en el primer trimestre de 2010 · Ahorrará carburante y electricidad de forma drástica

Instalaciones de Dimarosa en Villafría, polígono industrial de Palos de la Frontera.
Raquel Rendón / Huelva

30 de noviembre 2009 - 01:00

La empresa onubense Dimarosa, encargada de la comercialización de los productos del mar de Mariscos Rodríguez, planta cara a la crisis y apuesta al caballo ganador de la preservación del medio ambiente. A pesar de que el marisco "es un lujo, un producto no necesario para alimentarse", tal y como señaló el director comercial de Dimarosa, Jacinto Rodríguez, el "matrimonio" empresarial con la cadena nacional de supermercados Mercadona, a la que distribuye como interproveedor su marisco congelado -gambas, bocas y cuerpos de cangrejo, buey de mar, nécoras, cigalas, bogavantes, etcétera- para abastecer a sus 1.247 tiendas le ha permitido incrementar su presupuesto inversor de 19 a 21 millones de euros en un año en el que la recesión económica castiga duramente a todos los sectores productivos.

Más del 50% de la facturación de Dimarosa "procede de Mercadona". Aunque Rodríguez sospecha que al cierre de este año las cifras de negocio podrían resentirse levemente, lo cierto es que se mantendrán en los parámetros de 2008 gracias al incremento del número de kilogramos de marisco al que se le da salida ("casi se está duplicando"), una coyuntura que permite a Dimarosa "amortiguar la producción en stock, de modo que siempre necesitamos seguir produciendo" y no se verán afectados los trabajadores de Mariscos Rodríguez, que continuarán faenando para abastecer la demanda del público. En el caso del gambón argentino, por citar un ejemplo, se ha duplicado el número de kilos que ha sido colocado en el mercado este año. La clave que hace posible la comercialización masiva del congelado almacenado en los tiempos que corren es la bajada de los precios -que han sido reducidos entre un 30% y un 40%- "sin que la calidad se haya visto afectada". De este modo, el producto vuelve a ser asequible al bolsillo del consumidor, que continúa adquiriéndolo en Mercadona y a través de otras vías de distribución.

Para que la rebaja del precio del producto sea rentable desde el punto de vista empresarial, Dimarosa se ha aliado con el medio ambiente. Por el momento, ya ha eliminado las cajas de cartón en las que venían presentadas, por ejemplo, las colas de gambón. "Antes las cajas las pagaba el consumidor y no servían para nada más que para presentar el marisco porque se desechaban rápidamente", apuntó Jacinto Rodríguez. Encarecían el precio del producto y contaminaban más, ya que generaba más residuos y para su transporte eran necesarios anualmente hasta 60 camiones de gran tonelaje que trasladaban la mercancía hasta las siete plataformas de distribución de Mercadona en España. Ese mismo producto se comercializa ahora envasado al vacío en plástico. Con este sencillo sistema no sólo se han abaratado los costes para Dimarosa y los consumidores, sino también se ha llegado a disminuir a la mitad el número de camiones necesarios -lo que conlleva un importante ahorro de carburante y emisiones de CO2-.

Con el nuevo año, Dimarosa izará la bandera de la sostenibilidad con la apertura de sus nuevas instalaciones, previsiblemente, en el primer trimestre de 2010, según anunció Jacinto Rodríguez. Se trata de una gran factoría de 40.000 m2 que se levanta en el polígono Villafría de Palos de la Frontera y que aglutinará todos los niveles de la producción en un único edificio: la recepción del marisco procedente de los barcos, el almacenaje, la transformación del producto y la emisión del mismo a los distribuidores.

Las macroinstalaciones de Villafría contribuirán a reducir los costes de elaboración, "sin mermar la calidad ni los puestos de trabajo". El marisco se almacenará en modernas cámaras de congelación robotizadas, un sistema que eliminará el uso de maquinaria de gasoil y que "únicamente abrirá las cámaras los segundos justos para extraer la mercancía, mientras que antes para que los operarios sacaran un palé la puerta tenía que permanecer abierta entre diez y doce minutos", con el consiguiente gasto energético.

El personal se reciclará a través de cursos de formación que les permitirán desempeñar nuevas tareas en la cadena de transformación. Lejos de eliminar puestos de trabajo, Dimarosa generará más empleo en su fábrica palerma.

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