Fiestas de San Sebastián 2019

Luengo ofrece un pregón muy reivindicativo

  • La pregonera demanda una defensa “pacífica” del cristianismo frente al laicismo

  • Pide que Huelva tenga un santo como el que desde hace 10 años “está en el cielo: San Francisco Girón”

María de la O Luengo pregona a San Sebastián, en imágenes

María de la O Luengo pregona a San Sebastián, en imágenes / Alberto Domínguez (Huelva)

Mariola Luengo ya lo había anunciado: "Será un pregón muy de Huelva y muy azul". Dicho y hecho. La alocución de la primera pregonera de las Fiestas del Patrón de Huelva ha tenido a esta tierra, a su luz y a la historia del mártir como hilos conductores, y un onubensismo palpable en cada latido, en cada palabra llena de amor y de reivindicación por las mejoras de la capital y de su provincia.

El acto se ha celebrado en la gélida mañana de hoy en el Gran Teatro de Huelva. En el foso de la bombonera, la Banda Municipal de Música de la capital abría el acto solemne con los sones de Mi Huelva tiene una ría.

Con las notas retumbando todavía por la platea carmín, la presentadora de la pregonera, Carmen Córdoba, ha procedido a hacer lo propio. Ha recordado que Luengo nació en Huelva y se crió en Valdelarco, que es hermana de la Cinta, la Inmaculada, Tres Caídas y La Cena, donde ha impartido talleres para niños.

Córdoba ha dibujado a su amiga del alma como una mujer de "ideas claras y contundentes", con carácter y una "enorme calidad humana y con valores firmes" que "siempre reivindica el papel de la mujer en el mundo cofrade".

Entonces llegó el momento más esperado, el de la exaltación de las fiestas patronales de Huelva desde el prisma de Mariola Luengo, la primera mujer pregonera de San Sebastián desde 1984. Fue breve, lo zanjó con agilidad en el verbo en apenas media hora, pero desató el aplauso del respetable en distintos momentos de efervescencia de su sentida declamación. "Solo mi amor por Huelva me ha hecho subirme hoy aquí", ha expresado con modestia. "Ese es mi único mérito, querer a Huelva".

Ha referido que en la provincia en la que ella se siente "más huelvana que onubense", once municipios comparten la devoción al Santo, venerado por las iglesias católica y ortodoxa. "San Sebastián es el Patrón de las pestes y las plagas: de la peste de la ludopatía, de la plaga de la droga, de la peste de la falta de principios y educación, de la plaga del paro, de la peste del egoísmo, de la plaga de la falta de paz...".

Del mártir nacido en Narbona (Francia) recordó que llegó a ser militar romano y jefe de la primera cohorte de la guardia pretoriana imperial de Diocleciano. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios paganos por considerarlos idolatría. En este punto Luengo señaló que a día de hoy "un señor orondo gana la partida a los Magos de Oriente" o los niños se disfrazan más de calaveras que de pastorcillos en una clara orientación de "idolatrar las costumbres ajenas".

Cuando San Sebastián fue descubierto y denunciado al emperador Maximiano, este lo obligó a escoger entre ser soldado o seguir a Jesucristo. Y el Santo eligió lo segundo, por lo que lo colocaron bajo un naranjo y lo asaetearon hasta dejarlo al borde de la muerte. "Ahora ese emperador tirano es el laicismo, intentando que no demostremos públicamente nuestras creencias; como sigamos así de pasivos acabaremos celebrando misa en las catacumbas o en las cuevas del Conquero, si es que queda alguna en pie", apuntó. Por ello anima a los católicos a decir "fuerte y claro que somos cristianos".

La pregonera retomó el hilo de la historia del mártir recordando a Irene, la mujer que lo mantuvo escondido en su casa hasta que sanó sus heridas. "Tenemos que seguir el ejemplo de Irene, que se entregó a un moribundo sin importar las consecuencias", como las hermanas de la Cruz.

Finalmente, San Sebastián se negó a abandonar Roma y Maximiano lo mandó azotar hasta la muerte. "Él creía en la fe de Cristo por encima de todo; no estoy llamando a la rebelión, pero sí a la resistencia pacífica".

La pregonera ha evidenciado el resurgir de la Fiesta del Patrón gracias al trabajo incansable de sus abanderados. Como ejemplo los puso para la ciudad: "Haz lo mismo contigo, Huelva, lucha, cree en ti misma siendo leal a ti". Esta labor de los hermanos de Estudiantes ha hecho que el día del Patrón "sea como un segundo día de Reyes donde Huelva luce en todo su esplendor".

Mariola Luengo entiende que Huelva no es nada sin su provincia, y viceversa. Y que no hay que nacer aquí, sino "ser" de aquí para "quererla, amarla y reivindicarla", y pelear para que "no se rían de nosotros con sus falsas promesas".

Ser de Huelva es "una condición del alma; sentir Huelva es vibrar cuando Garrocho canta Mi Huelva tiene una ría... ojalá nadie viviera en tierra extraña sin desearlo". También hubo tiempo en el pregón para el Recre, que "no es una cuestión de fútbol, sino de sentimientos", por lo que pide estabilidad y "que dejen de jugar con las lágrimas del Abuelo: tu leyenda será siempre la primera".

Luengo arremetió contra los "desalmados que meten fuego a nuestros bosques", destacó el carácter hospitalario de su gente y las bondades de esta tierra, sus "matices y colores".

Entonces se dirigió a Laura Luelmo en uno de los instantes más emotivos de la declamación: "Laura, así somos, de verdad, así es esta tierra que no te pudo conocer; todas las maravillas que estoy contando te prometo que son así y estoy segura de que, si ese te hubiese dejado, te hubieses enamorado de ella. Te lo aseguro. Pero esa bestia decidió no fuera así; ese no es humano ni muchísimo menos de Huelva". La ovación fue la más sonada del pregón.

Repasó además las tradiciones de palmitos y coquis, de amaneceres de la Cinta en el Conquero. Y reclamó "la recuperación de los edificios viejos que se nos caen" y unas "infraestructuras dignas". Hubo lugar en el pregón para William Martin, pero también para las industrias: "Pidamos que contaminen, no su cierre". Para Luengo, las Colombinas no serían tan brillantes sin las casetas de las hermandades.

"Amo a la ciudad más antigua de Occidente, aunque no lo vea por ningún lado", en ningún cartel. "El sol aquí brilla como en ninguna parte", y entre alfombras de palmitos y artistas de renombre, la pregonera deseó que "pronto Huelva tenga otro santo que hoy, desde hace diez años, está en el cielo: San Francisco Girón".

A esta Huelva que duele por "la desidia y el pasotismo" la animó a recuperar el espíritu del 3 de marzo para reclamar lo que le pertenece, unas comunicaciones e infraestructuras dignas que la hagan crecer y ser próspera.

La exaltación finalizó con un "¡qué viva por siempre Huelva, qué viva el Señor San Sebastián y que Viva la Virgen de la Cinta!" que despegó de sus asientos al público, que se levantó a aplaudir durante unos minutos incluso con palmas por Huelva. Los himnos de Huelva, Andalucía y España pusieron fin al primer pregón femenino de la historia del Patrón.

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