Lisboa: el salto al vacío de César López Perea

Trinchera sonora

El músico onubense comienza un nuevo proyecto musical fruto del aprendizaje y su evolución, y arrojándose a un nuevo reto artístico: pone voz a sus canciones

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El músico onubense César López Perea, en una sesión de fotos realizada en las calles de Lisboa, que da nombre a su nuevo proyecto musical.
El músico onubense César López Perea, en una sesión de fotos realizada en las calles de Lisboa, que da nombre a su nuevo proyecto musical. / Lisboa
Jesús Pulido

Huelva, 11 de agosto 2025 - 00:48

César López Perea lleva décadas escribiendo canciones, componiendo, produciendo e incluso acompañando a artistas de distinta talla. Sin embargo, en Lisboa ha roto con esa zona de confort, si es que a todo eso se le puede llamar así: por primera vez se pone delante del micrófono para asumir no solo la autoría musical, sino también la voz principal de sus canciones.

“Siempre he llevado el peso de componer, dirigir y producir, pero esta vez decidí que las canciones también debían tener mi voz”, reconoce. Es un gesto que puede parecer natural, pero que en realidad supone un cambio radical para un músico acostumbrado a refugiarse en la guitarra y a mostrar su talento a través de las voces de otras, porque sus cantantes siempre fueron femeninas. Lisboa es, en este sentido, un salto al vacío y una declaración de intenciones: dar un paso adelante, mostrar la propia vulnerabilidad y dejar que las canciones hablen sin filtros.

Su trayectoria lo avala. Desde los años dos mil, López Perea fue la fuerza creativa de Ocho Vientos, un proyecto que le llevó a publicar trabajos como El sueño de la doncella (2005), Camino por andar (2010), Imperfectuando (2015) o Días y lunas (2021). En ellos convivían influencias del pop británico, la psicodelia y la música de raíz, con una marcada vocación de cuidar la palabra y explorar nuevas sonoridades. Imperfectuando fue producido por Paco Loco, uno de los productores más prestigiosos de la escena independiente española, vinculado a artistas como Los Planetas, Bunbury, Nacho Vegas, Mikel Erentxun o Australian Blonde. Esa experiencia no solo dio un salto de calidad al sonido de Ocho Vientos, sino que también supuso un aprendizaje de incalculable valor para César como productor, como músico y hasta me atrevería a decir que como persona. Ese mismo conocimiento le ha servido para aplicarlo después a proyectos propios y de otros artistas.

El prestigio de los nombres que se han cruzado en su camino no es casualidad. César ha compartido escenario y estudio con músicos y productores que forman parte de la historia reciente del pop y el indie en España. Ese bagaje, unido a su capacidad de trabajo, lo ha situado en un punto de madurez creativa que ahora cristaliza en Lisboa. El salto al micrófono es, en cierto modo, la culminación lógica de una carrera que siempre ha estado en movimiento, buscando giros de tuerca, escapando de la repetición y del acomodo.

La música tiene la culpa de todo, primer álbum de este nuevo proyecto, verá la luz el 1 de septiembre de la mano de Stereolikes, división digital de Subterfuge Records, el sello independiente más emblemático del país. Por las oficinas de Subterfuge han pasado nombres que hoy forman parte del ADN musical español: Dover, Fangoria, Los Fresones Rebeldes, Marlango, Australian Blonde, Anni B Sweet o Viva Suecia. Que Lisboa publique bajo ese paraguas no es un detalle menor: sitúa el proyecto en un catálogo de referencia, y conecta a César con una tradición musical que ha marcado época en el pop y el indie nacional. Desde Huelva, su propuesta se enlaza así con un circuito que trasciende lo local y lo periférico para situarse en la misma conversación que los grandes de la escena independiente.

El camino hacia el disco comenzó en junio con Donde los sueños, acompañado de un videoclip rodado en Portugal con Lo Siento Producciones, seguido por Como cada invierno, grabado en el Teatro Cinema de Corrales (Aljaraque). Ambas canciones anticipan la atmósfera del álbum: una propuesta indie-pop-rock luminosa y melancólica a la vez, cargada de contradicciones vitales que buscan certezas. “Me interesa esa contradicción, porque ahí hay verdad”, afirma.

El disco ha sido registrado entre Huelva, en la propia sala de máquinas de César López, y los estudios Punta Paloma de Tarifa, con la colaboración técnica de José María Sagrista y el mastering de Mario G. Alberni en Kadifornia Mastering (El Puerto de Santa María). En la formación se encuentran músicos como Vicente M. Falconet (bajo y coros), David Núñez (sintes y piano) e Ismael Cadena (batería), mientras que la parte visual lleva la firma de la artista onubense Marta Robledano. Lisboa es un proyecto con raíces locales pero con una clara vocación de trascender fronteras.

En una escena dominada por el reguetón y la homogeneidad del pop de consumo rápido, Lisboa se presenta como una alternativa firme: canciones que nacen de la experiencia y conectan con la corriente indie-pop-rock actual sin perder la emoción. Lisboa es, en definitiva, César en estado puro: un creador que, después de tantos años, sigue apostando por empezar de nuevo y lo hace con un disco que tiene el respaldo de quienes han escrito páginas fundamentales de la música independiente en España.

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