Huelva

Las lenguas de las calles de Huelva

  • El paisaje lingüístico comunica la presencia de comunidades que llegan, crecen y muestran su idioma, mensajes de amor o de protesta, además de manifestaciones artísticas y otras que no lo son tanto

  • Las historias que cuentan los nombres de Huelva

Un grafiti en la capital onubense.

Un grafiti en la capital onubense. / Alberto Domínguez (Huelva)

Todo empezó en un paseo por una calle de Lepe. Fue la que atravesó Victoria Galloso, profesora titular del Área de Lengua de la Universidad de Huelva. Por esa vía pasa la Virgen cada año y la Hermandad pide a los residentes que la engalanen para la ocasión. Hasta en un gesto tan sencillo, “el ser humano trata de manifestar quién es o lo que quiere informar, por ejemplo utilizando una tela distinta, normalmente más cara, para destacar, o en un color diferente” al predominante, explica Galloso. “Ahí me fijé y me di cuenta de que hay mucho de lo que escribir”.

No de telas ni ornamentos, sino de los elementos que comunican cosas a través de mensajes en los balcones, de pintadas en las paredes, rótulos de establecimientos comerciales o los elementos informativos o de señalización que hay en los municipios. Todas estas piezas conforman lo que se denomina paisaje lingüístico, algo que existe en todos los lugares y que dice mucho de los que lo habitan, además de un campo de investigación en auge.

Las paredes oyen y las calles, de alguna manera, hablan, dicen cosas como la presencia creciente de comunidades distintas de la autóctona, manifestaciones sexistas o en defensa de la igualdad de género, mensajes de amor, críticas a la situación política, muestras de identidad con palabras o expresiones propias de un entorno o la influencia creciente de una lengua extranjera.

Es llamativa la poca presencia del portugués a pesar de la cercanía geográfica

La primera vocación de Victoria Galloso fue hacer diccionarios, suyo, junto a Montemayor Martín, es el Diccionario de onubensismos, resultado de seis años de trabajo que incorpora además transcripciones etimológicas “por si se usa por ejemplo para el aprendizaje de español de personas migrantes”, explica. Es un apartado del que “no me desvinculo, siempre tienes una especie de marca”, aunque actualmente ahonda en otros terrenos.

El reconocido artista onubense Man o Matic junto al mural para el que contó con la colaboración de Coque Malla. El reconocido artista onubense Man o Matic junto al mural para el que contó con la colaboración de Coque Malla.

El reconocido artista onubense Man o Matic junto al mural para el que contó con la colaboración de Coque Malla. / Rafa del Barrio (Huelva)

Forma parte como investigadora del proyecto Planeo (Paisaje lingüístico andaluz: evaluación y observación cartográfica) y por eso ha fijado su vista en la capital onubense y en los municipios de Moguer, Almonte, Aljaraque, Cartaya, Isla Cristina, Lepe y Ayamonte. En concreto, ahora se centran en la presencia de los distintos idiomas y en eso, cada provincia andaluza muestra sus particularidades. “En Granada y Córdoba predomina el reflejo del pasado histórico y en Almería o Huelva trasciende sobre todo el flujo migratorio”, explica.

La lengua que traen se hace visible aquí, convive con la oriunda y esa mezcla se denomina heteroglosia en términos lingüísticos. En Huelva se dan casos llamativos tanto por la presencia de unos como por la ausencia de otros.

Carnicería halal en Huelva, donde se mezcla el español con caracteres árabes, como se repite con frecuencia en este tipo de establecimientos. Carnicería halal en Huelva, donde se mezcla el español con caracteres árabes, como se repite con frecuencia en este tipo de establecimientos.

Carnicería halal en Huelva, donde se mezcla el español con caracteres árabes, como se repite con frecuencia en este tipo de establecimientos. / Victoria Galloso

En cuanto a los primeros, ha observado una “mezcla fundamental de árabe y rumano”. La presencia creciente en los últimos 20 o 25 años de personas sobre todo de origen magrebí ha tenido como consecuencia el desarrollo de “un gran complejo empresarial de frutas, verduras, barberías y locutorios con carteles en las dos lenguas”. También en algunos casos de cierta presencia del francés, un idioma muy extendido en estos países.

Sin embargo, Galloso pone de relieve que a pesar de que este colectivo es cada vez más numeroso, no es tenido en cuenta en lugares públicos como los parques o los centros de salud, donde, “a excepción de algunos en Lepe o Moguer”, no hay información en otros idiomas. “La excusa es que si están aquí, que aprendan español, pero hay muchos magrebíes que llegan con trabajos temporales y no hay carteles en su lengua, debería haberlos por ética institucional y humana”, señala Victoria Galloso. “Necesitamos esa mano de obra, van y vienen y nos cuesta darle respuesta, no cuesta tanto”, agrega. Esta investigación, además de dar a conocer un patrimonio inmaterial tiene también la vocación de “tender puentes, hablar con las autoridades” para poner sobre la mesa, por ejemplo, esta cuestión.

Una pintada con una particular mezcla de español e inglés en el entorno del Polvorín. Una pintada con una particular mezcla de español e inglés en el entorno del Polvorín.

Una pintada con una particular mezcla de español e inglés en el entorno del Polvorín. / Victoria Galloso (Huelva)

En relación a la comunidad china, destaca que sus establecimientos en la ciudad no suelen estar rotulados en su idioma, pero sí los de las afueras. “Ellos a nivel comercial entienden que no les merece la pena ponerlo en chino” porque su clientela es local. Los situados más allá de la ciudad son de ventas al por mayor a los que sí acuden más compradores del país asiático, por lo que en ellos se prodigan más los símbolos propios de su cultura.

Y no podía faltar el inglés, “muy de moda en centros de estética o en lavanderías, entienden que es más moderno, una manera de diferenciarse” y emplean “a veces con ignorancia” el genitivo sajón para rotular locales como Pepi’s o Medina’s.

La mezcla con el inglés es habitual en locales de estética, aquí Paqui Pérez se da la mano con términos como Science o Beauty . La mezcla con el inglés es habitual en locales de estética, aquí Paqui Pérez se da la mano con términos como Science o Beauty .

La mezcla con el inglés es habitual en locales de estética, aquí Paqui Pérez se da la mano con términos como Science o Beauty . / Victoria Galloso

Por incomparecencia, “en Huelva se echa en falta la existencia del portugués”, cercano en lo geográfico pero tan lejano en lo que respecta a la visualización de su idioma. “En la capital prácticamente no hay” cartelería, mientras que en “en Ayamonte y Lepe se empieza a ver”. Del país vecino son numerosos los establecimientos como las pastelarias o los de menaje y decoración, sin embargo normalmente sólo emplean el castellano. Tampoco está presente en señalizaciones a medida que se acerca la frontera. Se repite de nuevo lo de que “el que venga que aprenda”, señala Galloso, “una falta de preocupación y de política lingüística”, en este caso con el vecino.

De su detenida observación de lo que comunican las calles y muros de Huelva, destaca la existencia de grandes artistas como Man o Matic, de trayectoria internacional, pero más allá de lo artístico también está el perfil social, “gente muy joven que intenta manifestarse”, indica. Mensajes que se dan en todas las barriadas “y los polígonos no iban a ser menos”, con mezcla de inglés como esa inclasificable pintada que estampa un “T’ailoviu Gemah” sobre un corazón en el entorno del Polvorín.

Uno de los característicos trabajos de Wild Welba en el entorno de la antigua estación. Uno de los característicos trabajos de Wild Welba en el entorno de la antigua estación.

Uno de los característicos trabajos de Wild Welba en el entorno de la antigua estación. / Alberto Domínguez (Huelva)

La ciudad funciona “más como una localidad pequeña, que al tener menos población hay menos manifestaciones” como los grafitis, además de que existe “más respeto por las paredes”.

Del lado más institucional percibe que “no hay carteles en otros idiomas” porque también “la monumentalidad es menor”, además de cierto “abandono, por ejemplo en la cárcel vieja”. “Esto también es una mina”, reivindica Victoria Galloso sobre los hallazgos lingüísticos en los muros y paredes, en las calles. Un patrimonio que hay que “visibilizarlo, anunciarlo y denunciarlo”.

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