Jóvenes comprometidos con Huelva y el medio ambiente limpian las laderas del cabezo del Conquero, una seña de identidad de la capital onubense. Durante varios fines de semana, tras cinco intensos días de clases y jornadas de estudio, diez chavales, nueve chicas y un chico, estudiantes de Secundaria y Bachillerato, con edades comprendidas entre los 16 y los 17 años, dedicaron las mañanas del sábado a recoger envases ligeros (latas, tetrabrik...), mascarillas, cristales, papeles y residuos orgánicos esparcidos por este espacio natural de la ciudad, que forma parte del sistema de cabezos, patrimonio natural de Huelva.

Una iniciativa con la que querían aportar su granito de arena en la conservación del medio ambiente, a través del espacio más próximo, y al mismo tiempo realizar una llamada de atención y concienciar a los ciudadanos, especialmente a los incívicos, sobre la importancia de proteger el patrimonio natural, partiendo para ello de un simple gesto: un uso adecuado de las papeleras y contenedores para lograr un entorno más limpio.

Miryam Vallotton, una de las jóvenes que participaron en esta iniciativa, señaló que la idea partió del Grupo Scout Loyola de Huelva y de su grupo de amigas. Debido a la situación actual derivada del coronavirus con el Grupo Scout no se podían realizar “actividades presenciales” y valoraron las alternativas existentes, querían que fuera “una actividad al aire libre con la que además se pudiera ayudar al planeta”, por lo que optaron por recoger basura en algún espacio verde.

Eligieron las laderas del cabezo del Conquero porque “alguna vez mis compañeras, paseando por allí, vieron que estaba todo mal y surgió ahí la idea de intentar cambiarlo y mejorarlo”. Explicó que como actividad en grupo es la primera vez que recogen basura en un espacio público pero que, de forma individual, ya la llevaron a cabo en alguna playa de la costa onubense.

Vallotton subrayó que en todo momento se cumplieron las medidas de seguridad marcadas por el protocolo antiCovid: mascarillas, guantes y distancia de seguridad. Cada sábado quedaban, a las once y media de la mañana, en un punto determinado, se distribuían por zonas y comenzaban a recoger todo aquello que iban encontrando a su paso, “había un poco de todo”.

A la una y media de la tarde daban por terminada la jornada. “Lo máximo que recogimos un día fueron treinta y dos bolsas de basura de las de mayor capacidad”.La joven señaló que no tuvieron que realizar ningún gasto en material para la recogida de los envases y residuos ya que se los facilitó el Grupo Scout Loyola, “ya tenía el material y no hizo falta adquirirlo”.

Vallotton manifestó que anteriormente a esta experiencia ya estaban “muy concienciados” con el cuidado del planeta y por medio de esta iniciativa pretenden que “todo el mundo” aporte su granito de arena y entre todos “mejoren y cambien un poco” el estado actual, de cierto abandono, del entorno natural.

Las laderas del Conquero han sido sólo el comienzo, estos jóvenes ya están pensando en su próximo reto. Ahora tienen puesta su mirada en la costa, se proponen limpiar alguna de las playas y se pondrán a ello antes de que comience la temporada de verano.