El incremento de precios de los no financiados tiene un irregular efecto en las ventas

Una de las repercusiones del cambio en la política de financiación de los medicamentos ha sido el incremento en el precio de aquellos que se han quedado sin cobertura de la Seguridad Social. El Colegio Oficial de Farmacéuticos indica que de los 224 que dejaron de estar financiados, 62 son ahora más caros aunque ninguno de ellos pasa de los 20 euros. Como ejemplo se puede mencionar el Daflon, un compuesto que se toma para síntomas relacionados con la insuficiencia venosa crónica, que ha pasado de los 8,80 a los 19,98 euros, aunque hace poco ha aparecido un genérico por 7,48 euros. Al contrario de lo que ocurrió con la salida de fármacos de la cobertura de la Seguridad Social, durante el Gobierno de José María Aznar, en esta ocasión las comunidades autónomas no han podido hacer excepciones sino que la lista es de obligado cumplimiento.

A nivel general los jarabes, tanto antitusivos como mucolíticos siguen vendiéndose con extrema facilidad. No ha pasado así con, por ejemplo, los medicamentos que están relacionados con el sistema circulatorio que han notado un enorme descenso. Con estas subidas se ha pretendido contrarrestar los bajos precios que se estipulan a los genéricos en España, a niveles inferiores que en el resto de Europa, aunque según la normativa, este tipo de fármacos también puede experimentar subida de precios. El incremento de los medicamentos comerciales ha sorprendido ya que se esperó, en principio, que lo harían a nivel del IPC pero la filosofía de la compensación es lo que ha hecho que la Agencia Española del Medicamento haya permitido mayores aumentos.

Lo peor de todo es lo que perciben algunos farmacéuticos de la capital, sobre todo los que tienen sus oficinas en barrios humildes: empiezan a notar casos de pacientes que no cumplen a rajatabla el tratamiento para prolongar así la duración de los fármacos, aunque esto pueda conllevar problemas en la evolución de sus patologías.