Huelva recupera un retraso de décadas

Resumen del año en sanidad

El SAS decide amplíar la cartera de servicios hospitalaria con la puesta en marcha de la Unidad de Ictus o una mejor atención a los infartados

Inauguración de tres quirófanos en el Infanta Elena.
Inauguración de tres quirófanos en el Infanta Elena. / Alberto Domínguez
Enrique Morán

Huelva, 31 de diciembre 2018 - 08:08

Que la sanidad pública está en una encrucijada no lo discute nadie. Es un hecho no solo en Huelva sino en el resto del país. El caso de Huelva es aún más evidente teniendo en cuenta la desventaja que presenta respecto a otras provincias vecinas.

De todo esto se ha debatido mucho durante este 2018 y en los años inmediatamente anteriores.

Si en 2017 la sanidad pública onubense tocó fondo todo parece indicar que se encuentra en camino de salir de la UCI. Las decisiones de mejorar algunas de las deficiencias se han centrado preferentemente en la atención hospitalaria. De ahí que la reivindicación haya pasado en buena medida, a los centros de salud que mantienen un conflicto que dio comienzo en octubre.

Concentración en el centro de salud de Los Rosales.
Concentración en el centro de salud de Los Rosales. / H.I.

Las novedades más positivas se plasmaron en la atención hospitalaria. Y en el primer lugar, la puesta en marcha de la Unidad de Ictus en el Juan Ramón Jiménez. Al mismo ritmo con el que se van acrecentando las posibilidades asistenciales en Huelva, no es extraño mostrar asombro de cómo hay cosas con las que no se contaba. Una de ellas es esta unidad que aborda uno de los casos más frecuentes de discapacidad como los accidentes cerebrovasculares. Aunque deja fuera de su ámbito la aplicación de la trombectomía, que se seguirá realizando en el Virgen del Rocío de Sevilla, la mejora es innegable y contribuirá a salvar vidas y evitar discapacidades.

Los datos, por otro lado, de los dos hospitales de la capital marcaron una tendencia descendente de las listas de espera para intervenciones quirúrgicas, pruebas diagnósticas y consultas, si bien este siempre es un tema polémico.

Dentro de las mejoras asistenciales también hay que añadir el tratamiento a los infartados. Desde mayo, el Juan Ramón aplica la técnica de la angioplastia primaria de manera permanente, lo que supone un certificado de garantía ante este tipo de accidentes cardiovasculares. De hecho se estima que de cada 100 infartos, se producen 3 o 4 fallecimientos con la aplicación de la angioplastia, con lo que la ratio presenta un descenso más que evidente.

También las mejoras han alcanzado a los dos hospitales de la provincia. Respecto al Infanta Elena, en octubre se abrieron tres nuevos quirófanos con lo que se completaba su renovación. Las nuevas instalaciones tienen prevista una actividad de 1.700 intervenciones al año. En Riotinto se ha procedido a la reforma integral de su laboratorio.

Todos estos logros convivieron en algunas ocasiones, con carencias palmarias como la que se sufrió en el Infanta Elena. Durante varios meses, la Unidad de Hematología mantuvo tan solo a un médico lo que a todas luces era insuficiente. Tal fue el estrés que éste a su vez tuvo que coger la baja. La situación fue tal que hubo que recurrir a una uróloga para pasar consulta mientras que otros pacientes eran derivados al Juan Ramón o a Sevilla.

Urgencias por su parte, se mantuvo fiel en su faceta de desafío a la paciencia de los usuarios. La promesa de un aumento de efectivos de enfermería, tiene como objetivo entre otras cosas, dinamizar la asistencia que se hizo muy agobiante en las primeras semanas de enero con la irrupción de la campaña de gripe.

Dentro de la cartera de servicios, Huelva sigue mirando con expectación la puesta en marcha de su hospital materno infantil. Hay que tener presente que es la única provincia andaluza que no cuenta con esta dotación asistencial. Tras unos años en los que se negó a Huelva esta posibilidad, el SASpor fin lo vio factible.Hasta la hoy presidenta en funciones Susana Díaz anunció en la Cámara andaluza, una primera dotación presupuestaria. Si todo se cumple tal y como se ha anunciado, Huelva tendrá un Materno Infantil innovador que, de manera tangencial, acabará con uno de los agravios históricos que en sanidad se han aplicado a Huelva. Contará entre otros aspectos, con habitaciones de ingreso individuales. Habrá que esperar sin embargo como mínimo, hasta 2023 para que sea una realidad, si bien la idea de que Huelva contará con un centro de estas características parte de 1993. En otras palabras:llegará 30 años después del primer proyecto.

El calendario también marcó en este 2018 una efemérides: los 25 años del Juan Ramón Jiménez que supuso el cierre del Manuel Lois. A finales de junio tuvo lugar el acto oficial de conmemoración de estas Bodas de Plata que, como no podía ser de otra manera, estuvo lleno de emotivos momentos. Una de las ideas que másse destacaron fue que durante todo este tiempo se ha avanzado mucho en romper el cordón umbilical que se mantiene con Sevilla si bien sigue habiendo una cierta dependencia. El gerente del centro, Antonio León, destacó la necesidad de darle un giro a las Urgencias, afirmación que coincide con la de la inmensa mayoría de los onubenses.

Es obvio, no obstante, que las iniciativas reivindicativas vividas en la provincia durante estos dos últimos años, impulsadas por la Plataforma Huelva, por una sanidad digna y los sindicatos, han dinamizado la puesta en marcha de las dotaciones pendientes. No es una exageración decir que en dos años se ha avanzado más que en 20. Aparte de la Unidad de Ictus, que supone todo un hito, el Juan Ramón ha hecho posible el uso de la radioterapia con lo que se puso fin a los penosos desplazamientos hasta Sevilla y los trasplantes de médula ósea.

Junto a estos avances, no hay que dejar de lado los que está protagonizando la sanidad privada. Los Naranjos sigue con su proyecto de ensanche de instalaciones, mientras que el Costa de la Luz pasó a ser propiedad de QuirónSalud, la primera compañía de sanidad privada del país

La Atención Primaria se pasa a la reivindicación

El testigo reivindicativo pasó, este 2018, de los hospitales a los centros de salud. Es la primera línea de frente y su nivel de resolución es muy elevado. Como un magma que va buscando la chimenea del volcán, así ha ido creciendo el malestar de unos profesionales de primera línea que piden cosas tan básicas como tener 10 minutos para atender a un paciente.

Toda esa indignación empezó a tomar forma en febrero cuando un grupo de médicos de familia empezó a reunirse tras la experiencia de haber tenido que afrontar una campaña de gripe, con tan escasos recursos. Sin embargo, el movimiento se transformó en plataforma que empezó a movilizarse en octubre y que llevaba el nombre de Basta Ya.La plataforma, en consonancia con el Sindicato Médico y otros movimientos surgidos en otras provincias andaluzas, convocaron huelgas de gran seguimiento pese a los servicios mínimos que en caso de este colectivo, siempre son muy elevados. Las movilizaciones han quedado suspendidas a la espera de que el panorama político andaluz se esclarezca.

En las infraestructuras se iniciaron las obras del centro de salud de Isla Chica que se espera estén concluidas en 2020. También comenzó la construcción del de Gibraleón.

Una de las propuestas del SAS ha sido que la Atención Primaria vaya asumiendo parte de las pruebas diagnósticas que viene realizando la hospitalaria. Lo que puede parecer una buena idea, choca una vez más, con la cruda realidad: la falta de recursos humanos. Si bien es cierto que se han distribuido recursos como ecógrafos, los profesionales se ven en la tesitura de no tener tiempo siquiera para aprender su funcionamiento.

Tiempo es lo que sobra en las demoras que padecen los Chares de la provincia para verlos en funcionamiento. El que siempre ha parecido más adelantado: el de Lepe, vivió este 2018 episodios que rozaron con la vergüenza a raíz de la construcción de los accesos al centro asistencial. El entonces ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, hizo una visita el año antes, comprometiéndose a asumir los gastos, mientras que varios ayuntamientos de la Costa Oeste suscribieron un acuerdo para costear los gastos de suministro lo que se hizo el pasado mes de noviembre. Todo parece indicar que se va saliendo del laberinto que por fin, permita abrir las puertas a un centro muy necesario para esta zona de la provincia que quizá por su abandono, antes de que se haya abierto, sufrió daños a causa del temporal de lluvias que azotó la provincia en marzo y que llevó por nombre Emma.

Los Chares de Aracena y Bollullos siguen con enormes retrasos desde que estos tres centros se anunciaran hace nada menos que quince años. Este 2018 fue asimismo, el año de apertura del Hospital Virgen de la Bella en Lepe, de la Empresa Pascual que llevaba también varios años con las puertas cerradas.

stats