Seis horas para constituir un jurado de cinco hombres y cuatro mujeres
juicio por el doble crimen de almonte | primera sesión
Las cuestiones previas se aplazan al día de hoy, cuando se producirá la declaración del acusado de los asesinatos de María y Miguel Ángel Domínguez, Francisco Javier Medina
El sol se levantó ayer de otra manera en Huelva. El día estaba señalado en rojo en el calendario de las vidas de muchos almonteños y de los onubenses a los que se les encogió el corazón hace ya casi cuatro años y medio con la muerte a puñaladas, aquella noche del 27 de abril de 2013, de Miguel Ángel Domínguez y su pequeña hija de ocho años, María Domínguez Olmedo. Desde entonces han pasado más de 1.580 días de dolor inconsolable, incertidumbre y sufrimiento que ayer, al fin, encaraban su recta final en el Palacio de Justicia de Huelva.
El nerviosismo se palpaba en el ambiente a primera hora de la mañana. Los medios de comunicación, los agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil y los abogados y familiares tanto de las víctimas como del presunto autor del doble crimen compartían espacio en la Alameda Sundheim. Había tensión en el aire. Era el comienzo del juicio.
Sin embargo, la primera sesión del plenario, que se celebra en la sala de vistas de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva, tuvo ayer únicamente como eje central la selección del jurado popular que determinará si el único acusado por los hechos justiciables, el almonteño Francisco Javier Medina, es culpable o no de los asesinatos de padre e hija.
Él, precisamente, pisaba ayer por primera vez los calabozos del Palacio de Justicia de Huelva. Lleva dos años y casi tres meses privado de libertad, desde que a finales de junio de 2014, catorce meses después de las muertes violentas de Miguel Ángel y María, fuera arrestado por los agentes de la Guardia Civil que investigaban el caso. El furgón de la Policía Nacional que lo había recogido en el centro penitenciario de Huelva arribaba a la puerta de detenidos de la calle José Oliva con puntualidad británica. A las 10:00. Sereno, con camisa blanca y vaqueros azules, serio y sin miedo a enfrentarse a las cámaras que se arremolinaban en torno a su figura para captar la mejor imagen del momento, Medina no apartó la mirada de su familia en los fugaces segundos que duró el encuentro. Probablemente hacía mucho que no abarcaba a ver a tantos seres queridos juntos.
Entre ellos, sus padres. "Tranquilo, hijo, estate tranquilo", le gritaba su progenitor mientras el resto le respaldaba con un enérgico "estamos contigo". Rehusaron, eso sí, realizar cualquier declaración a la prensa.
Tampoco quiso hablar el abogado que encabeza la defensa de Fran Medina, Francisco Baena Bocanegra, que encaró la rampa de acceso al Palacio sin pararse ante los micrófonos. El otro letrado del procesado, Juan Ángel Rivera, se limitó a saludar a los periodistas. La consigna del silencio quedó más que escenificada.
Prudente y callado se ha mantenido también Aníbal Domínguez hasta que decidió hablar públicamente hace unos días para Huelva Información sobre su hermano y su sobrina (las víctimas). Y ayer decidió comparecer ante los medios de comunicación para minimizar la presión mediática mientras los psicólogos del Servicio de Asistencia a Víctimas de Andalucía (SAVA) atendían a sus padres.
El almonteño agradeció en primer lugar la labor "meticulosa que han llevado a cabo la jueza de instrucción (La Palma 1), Virginia Sesma Mauleón, la propia Audiencia Provincial o el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA)", quienes se han mantenido "siempre firmes en las pruebas de cargo que existen sobre el inculpado". Y recordó que es el propio Ministerio Fiscal, "que nos defiende a todos, el que no tiene ningún atisbo de duda y atribuye el móvil del crimen a un crimen pasional". Aníbal Domínguez no se cortó para arremeter contra la defensa de Medina: "Dudas todas las que quiera plantear dentro de su estrategia manipuladora, porque como muy bien saben ellos esto lo va a dirimir un jurado popular y todas las influencias que quieran ejercer para ellos son bienvenidas".
Contundente en sus declaraciones, Domínguez remarcó que "hay una institución de máximo prestigio a nivel estatal, imparcial, como es el Instituto Nacional de Toxicología que lo dice muy claro y de forma taxativa, sin ningún tipo de duda: las pruebas biológicas halladas en el piso de mi hermano corresponden a este inculpado". De hecho, subrayó, en las muestras localizadas "hay más muestras del inculpado que de los propios moradores de la vivienda, como son mi hermano y mi sobrina".
Aníbal recordó que la acusación particular contempla el crimen con agravantes como las de abuso de confianza y superioridad, por lo que confían en que se haga justicia y se aplique al encausado "la pena máxima", 50 años de prisión e indemnizaciones millonarias.
Desde su prisma, sólo hay dos víctimas en el caso: "María y Miguel Ángel, una niña de 8 años en estado puro, angelical, inmaculada", amén de los "dos padres septuagenarios que han perdido a uno de sus dos hijos y a su única nieta". En referencia a la familia de Francisco Javier Medina, Domínguez indicó que "los padres del presunto asesino pueden ir a ver a su hijo a la cárcel, a mis padres y a mí solamente nos queda en esta vida bastante difícil poder ir a ver a mi hermano y mi sobrina al cementerio de Almonte".
El golpe para una familia como los Domínguez Espinosa ha sido -y seguirá siendo para siempre- durísimo. Jamás se hubieran esperado que un hombre afable y discreto como Miguel Ángel se viera envuelto en un crimen de esta envergadura. "Que a Miguel Ángel le haya ocurrido esto... nadie puede dar crédito; no tenía ningún tipo de enemigo, era una persona muy sencilla, nada ambiciosa".
Tiene claro que el procesado es "culpable" y sentencia que "todo aquel que santifique y trate de glorificar al presunto asesino, allá con su conciencia". Ellos, los Domínguez Espinosa, siempre sospecharon de Francisco Javier Medina: "Hemos apuntado a este individuo en más de una ocasión". No obstante, entiende que para los familiares del presunto autor de los crímenes "es más fácil renegar de la verdad, renegar del ogro que les pertenece, pero es lo que toca y eso hay que asumirlo; a nosotros nos ha tocado la pérdida, tener que ir todos los días al cementerio a ponerle flores a mi hermano y a mi sobrina, y a ellos les ha tocado esta historia".
Del juicio espera que "se haga justicia y caiga todo el peso de la ley sobre este individuo y sea condenado".
En el interior del Palacio de Justicia, las partes seleccionaban al jurado. Casi seis horas se dilató la constitución del tribunal popular. Primero hubo que elegir entre los 31 candidatos finales. Eran cerca de las 16:00 cuando, por fin, se establecía quiénes serán los ciudadanos que juzgarán el caso, cinco hombres y cuatro mujeres, todos empadronados en la provincia de Huelva, que tienen la consideración de jueces y que deben guardar en secreto las deliberaciones, aunque no se les prohíbe comunicarse ni tener acceso a la prensa o las redes sociales. Sólo se encerrarán en un hotel en la deliberación final.
Al finalizar la jornada, en la que el suave sol matinal se había transformado en un sol de justicia, el abogado de la familia Domínguez Espinosa, Gustavo Arduán, detallaba que el jurado está conformado por "gente del pueblo, normal y corriente con distintas profesiones, distintos perfiles y distintas edades; creemos que quedan representados todos los sectores y sensibilidades dentro del grupo que teníamos para elegir". Confía en que entre ellos impere el "sentido común, por eso no vamos a hablarles de análisis y consideraciones, sino de hechos". Y considera que "existen pruebas para condenar" al acusado.
La abogada de Marianela Olmedo, madre y expareja de las víctimas, Inmaculada Torres, expresó al final de la sesión que deseaba que llegara el día de ayer "para terminar con esta angustia que vive la familia y con mucha confianza en la acusación que formulamos, que es seria y fundada en una prueba y un dato objetivo que no tiene contrario: el ADN". Marianela "está un poco peor, muy nerviosa de revivir muchos acontecimientos de su vida, pero necesita que pase el juicio" para recuperarse.
Hoy se vivirá otra nueva jornada de plenario, en la que se verán las cuestiones previas de las partes -que no fueron abordadas ayer, como se había previsto- y se escuchará la declaración de Francisco Javier Medina.
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