Las gambas de Huelva devolvieron la alegría a Lola Flores antes de un concierto en Lepe

Por el Club Raúl de Lepe pasaron todos los grandes artistas del mundo entre mediados de los 60 y principios de los 90. Su dueño, el empresario asturiano afincado en el municipio, Raúl García Raya, siempre ha asegurado que el único secreto de que las estrellas actuasen en su local y saliesen tan contentas ha sido que los trataba como parte de su familia.

Siempre los invitaba a cenar por todo lo alto. Entre la leyenda y la historia real, García Raya ha rememorado miles de historias de aquellos años, una de ellas en una de estas cenas con La Faraona, Lola Flores.

La artista iba a actuar en su sala de fiesta, pero avisó que no se encontraba bien y prefería suspender el recital viendo que no mejoraba. Raúl, al conocer la noticia lo vio claro: la llevó a La Antilla, la invitó a comer y le pidió un plato de gambas. Durante la comida la artista degustó este manjar de las costas de Huelva. "Po parece que me voy entonando". Después de comer el empresario ha asegurado que la artista admitió que se sentía mucho mejor y "no es que la Faraona actuase, sino que triunfó por todo lo alto". Impulsada o no por este plato, Lola Flores recobró su fuerza y alegría para ofrecer su magia sobre el escenario.

En aquella sala de fiestas que aún permanece en el recuerdo de muchos onubenses se vivieron espectáculos en mayúsculas de la mano de artistas de todos los palos que dejaron anécdotas que el empresario recuerda años después alejado del 'famoseo' desde su casa de siempre de la playa de La Antilla.