Prisión de Huelva

Los funcionarios sofocan un nuevo incendio en el módulo de aislamiento

  • Reclusos violentos de la cárcel fueron sometidos en 2016 a pruebas de estimulación cerebral

Acceso exterior al centro penitenciario de Huelva.

Acceso exterior al centro penitenciario de Huelva. / Josué Correa (Huelva)

Tercer incendio provocado por un recluso en el módulo de aislamiento del centro penitenciario de Huelva en los últimos tres meses. El último episodio sucedió este jueves, cuando un interno con "graves problemas psiquiátricos" utilizó sus prendas para provocar el fuego.

La rápida intervención de los funcionarios del penal de La Ribera, tal y como subrayó ayer el sindicato Acaip, fue vital para evitar males mayores. Los trabajadores penitenciarios pusieron "en riesgo su propia integridad física" para poder atajar el incidente.

Esta diligente actuación hizo posible que al menos cinco internos peligrosos de la penitenciaría de Huelva pudieran salvar la vida, incluido el causante del fuego. Según Acaip, los empleados desalojaron en un "tiempo récord" el ala del módulo aislamiento donde se tuvo lugar el suceso.

El sindicato informó ayer a través de un comunicado que tanto el recluso que provocó el incendio como los funcionarios que lo sofocaron tuvieron que ser atendidos en primera instancia por los servicios médicos del centro. El interno, posteriormente, tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital de referencia para ser atendido por la inhalación de humo.

Este tercer incendio en aislamiento lleva a Acaip a manifestar que "este tipo de situaciones se está convirtiendo en algo demasiado habitual en las prisiones españolas". En este sentido, evidencia que los funcionarios de prisiones "tenemos una escasa formación para extinción de incendios, de hecho, la prisión de Huelva no fue elegida para la realización de un curso de extinción de incendios el pasado año", algo que lamenta.

No obstante, la reiteración de este tipo de sucesos hace pensar a los representantes sindicales de Acaip que "ni siquiera la subsanación de esta carencia formativa sería la solución". Porque "la realidad es que los funcionarios de prisiones no somos bomberos y nos estamos enfrentando a situaciones en las que, literalmente, nos estamos jugando la vida", remarcan.

Desde su prisma, Instituciones Penitenciarias "debe aportar soluciones más eficaces, por un lado, que hagan reducir este tipo de incidentes; y por otro, que no expongan de esta manera la vida de trabajadores".

Por otra parte, el incremento de personas que ingresan en prisión con graves problemas psiquiátricos "va en aumento". Prácticamente "el 30% de la población reclusa tiene problemas mentales", detecta Acaip. "Tal es el caso que ingresan en centros penitenciarios personas que han sido condenadas con medidas de seguridad no privativas de libertad porque no existe sitio donde internarlas", lamenta.

De otro lado, la cárcel de Huelva y la de Córdoba realizaron pruebas de estimulación cerebral mediante corrientes eléctricas liberadas a 41 presos considerados violentos con el fin de calmar las conductas más agresivas.

Según fuentes de Instituciones Penitenciarias, este experimento se realizó en 2016 en Huelva, un proyecto autorizado por el anterior Gobierno que ha sido suspendido y no tendrá continuidad hasta que se conozcan las conclusiones de un informe de salud penitenciaria que se está elaborando.

El tratamiento consistió en colocar a los reclusos que participaron de forma voluntaria unos electrodos en la cabeza para llevar una corriente eléctrica suave para estimular los dos hemisferios cerebrales al mismo tiempo. Se concluyó que estos estímulos sirvieron para bajar la agresividad en parámetros como violencia verbal, violencia física, rabia y hostilidad.

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