Flores, rezos y una tradición que perdura en Huelva por Tosantos: el cementerio de La Soledad vuelve a llenarse de "vida" este 1 de noviembre

Los enormes ramilletes de flores de todos los tamaños, tipos y colores han sido los grandes protagonistas de una cita en la que no existen las prisas y en la que el tiempo se detiene para honrar a los que nos dejaron

Los cementerios más especiales de Huelva que son parte del Patrimonio Histórico Andaluz en imágenes

El Cementerio de La Soledad este 1 de noviembre. / Josué Correa

Es durante todo el año un lugar por el que a pocos les gusta pasar por el sentimiento de pérdida y añoranza que genera. Está a las afueras de la ciudad y pese a ser uno de los más singulares de todo el territorio nacional por la historia que entrañan algunas de sus tumbas, el cementerio de La Soledad pocas veces luce como el 1 de noviembre.

El Día de Todos los Santos o 'Tosantos', como se conoce a la festividad de manera popular, ha vuelto a congregar a cientos de onubenses en el camposanto para rendir culto a sus difuntos en el primer día del mes.

Al revés de lo que ocurriera el pasado año, cuando los ciudadanos tuvieron que acudir acompañados del paraguas por el fuerte temporal que azotó a la provincia y a media España, este año la jornada festiva ha estado marcada por el buen tiempo. Los enormes ramilletes de flores de todos los tamaños, tipos y colores han sido los grandes protagonistas de una cita en la que no existen las prisas y en la que el tiempo se detiene para honrar a los que se fueron.

Familiares, amigos y seres queridos acudían, como marca la tradición, ataviados con sus mejores galas a acompañar a los seres queridos que ya no están llenando de color el cementario y cambiando las calabazas de Halloween por rezos, peticiones y momentos de reflexión junto a las tumbas, nichos y jardín de las cenizas.

Onubenses ponen flores a sus difuntos en el Día de Tosantos. / Josué Correa

Una jornada de recogimiento interior que comenzaba desde bien temprano, a las 8:00 de la mañana, cuando el cementerio de La Soledad abría sus puertas. Entonces, daba inicio una tradición que perdura a lo largo del tiempo. Es el día en el que se adecentan los espacios donde yacen los muertos. Por eso, lejos de acudir de pasada, quienes entraban lo hacían recreándose, invirtiendo tiempo y esfuerzo en embellecer y engalanar el habitáculo de los que nos dejaron.

En el interior del camposanto se podía ver una vez más la señera estampa de los ciudadanos limpiando tumbas, retirando las flores secas y colocando en su lugar las frescas. Escaleras para llegar a los resquicios más alejados, cubos, escobas, brochas y recogedores, así como paños y productos para acometer los trabajos de limpieza. A pesar de que son muchos los que se acercan días antes para prepararlo todo, para un gran número de ciudadanos el día elegido para hacerlo es el primero de noviembre. Una fecha en la que no ha vuelto a faltar ni un solo elemento que impidiera a los onubenses acicalar los nichos de los suyos, bajo la atenta mirada de los más pequeños.

El Cementerio de La Soledad. / Josué Correa

Muy pocos se quedan sin sus sin flores en Tosantos. Y si a alguien se le olvidó este sábado, tuvo la oportunidad de comprarlas justo a la entrada del recinto en algunos de los puestos por los que desfilaron decenas de onubenses desde primera hora. Personas comprando ramos y centros para depositar en las tumbas de amigos y familiares, colas de vecinos aguardando su turno y aprovechando al mismo tiempo para elegir entre la gran variedad expuesta, mientras otras, que ya las habían adquirido con anterioridad en otros establecimientos de la ciudad, entraban directamente deseosos de reencontrarse con aquellos difuntos que en este día parecen regresar a través de los recuerdos.

Una jornada especial que culmina, tras la visita al cementerio, con una comida en familia y que este año, de nuevo, pocos han querido perderse en la ciudad. Precisamente, para favorecer la asistencia al camposanto evitando atascos, la Empresa Municipal de Transportes Urbanos (Emtusa) activaba desde el 31 de octubre y hasta el día 2 de noviembre un servicio especial, a precio de 1,50 euros el billete. El objetivo es promover el uso del transporte público para evitar complicaciones en el tráfico, retenciones o problemas de aparcamiento, poniendo a disposición de los ciudadanos un Servicio Especial de traslado al cementerio en estos días en los que el espacio cobra protagonismo.

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