El fantasma del minero de la Galería Celestino

Huelva Paranormal

Varios trabajadores han sido testigos de fenómenos paranormales en el interior de una mina de Almonaster

Figuración de una aparición espectral en una galería minera del pasado. / M.G.
José Manuel García Bautista

Huelva, 27 de julio 2025 - 04:40

EN la provincia de Huelva, entre galerías subterráneas bajo la tierra rojiza del entorno, se encuentra un pasaje que guarda un secreto muy especial. Se trata de la Galería Celestino, parte del complejo minero de Aguas Teñidas, en Almonaster la Real.

Aunque la actividad continúa en sectores más modernos, esta galería en particular tiene en su interior algo más que el material sujeto a explotación. Entre algunos trabajadores de la mina, su nombre aún se pronuncia con recelo, como si decirlo en voz alta pudiera despertar algo dormido bajo los escombros.

Las minas de Aguas Teñidas son un importante yacimiento subterráneo de sulfuros masivos situado al norte de la Faja Pirítica ibérica. Es un distrito minero de más de 250 km de longitud explotado desde tiempos fenicios, hace más de dos milenios y medio. Estas minas están ubicadas en Almonaster la Real y se han registrado muertes en su interior.

Por ejemplo (y con esto no quiero decir que lo que les voy a relatar de paranormal se deba a esta muerte en concreto), el desprendimiento de una de las galerías de la mina fue la causa del fallecimiento en 2007 de un minero de 40 años que se encontraba trabajando en el interior de la galería.

La galería se encuentra a unos 450 metros de profundidad y en el momento del desprendimiento estaban trabajando en la misma un total de tres trabajadores, pero sólo murió uno de ellos.

Los otros dos mineros, que resultaron ilesos, trataron de auxiliar al fallecido sin éxito, al igual que le ocurrió al médico de Urgencias de Calañas, que sólo pudo certificar su muerte a causa del desprendimiento de tierra sucedido entre las 6:40 y las 7:15 horas.

Hechos paranormales en la galería minera

Todo comenzó con voces, con susurros. Los primeros en hablar de ello fueron operarios de mantenimiento que debían revisar secciones por seguridad. Aseguraban escuchar voces, como si alguien hablara desde el otro lado o en una apartada galería con una voz ahogada, o desde algún punto donde el sonido no debería alcanzar.

Algunos intentaron seguir aquellas voces, pensando que tal vez algún compañero se había adentrado por error en una zona inestable. Pero nunca encontraban a nadie.

Uno de los testimonios más conocidos es el de un técnico que relató su experiencia de esta forma: “Estaba bajando por la rampa que lleva a la bifurcación de Celestino. Al llegar vi una figura con mono oscuro y casco, de espaldas. Pensé que era el jefe de turno, así que le llamé. La figura se giró un poco… y no tenía rostro. Solo sombra bajo el casco. Me quedé helado. Parpadeé, y ya no estaba allí”.

A partir de ahí, los informes se volvieron más frecuentes. Algunos decían sentir una presencia que les seguía a pocos pasos, otros afirmaban que las luces parpadeaban justo al pasar por la entrada de la galería.

En 2011 un geólogo que realizaba estudios de suelo experimentó algo aún más perturbador: “Habíamos instalado aparatos en Celestino. Al revisar los datos vimos una silueta con forma humana que se quedaba estática. Lo curioso es que el resto del entorno marcaba 14 grados, pero esa figura tenía -3. Era imposible. Pensamos que era un fallo… hasta que otra cámara, tres días después, registró lo mismo”.

Poco a poco, la figura comenzó a tomar forma en las historias: un hombre con mono de trabajo desgastado, casco minero antiguo y rostro cubierto de polvo, que caminaba con lentitud por la galería, siempre en silencio. Algunos lo vieron al fondo de los túneles, iluminado brevemente por la luz antes de desvanecerse. Otros solo escuchaban su respiración áspera, como si algo luchara por salir de entre las rocas.

Hay quien ya habla de una historia heterodoxa y de un incidente registrado en 1949. Una explosión provocó un derrumbe parcial en esa misma galería, atrapando a varios trabajadores. Solo se recuperaron dos cuerpos. Uno de los desaparecidos era un joven minero llamado Celestino, en honor al nombre de su abuelo, también minero. A pesar de los esfuerzos, su cuerpo nunca fue hallado. Se cree que quedó sepultado tras un colapso profundo que nunca se despejó por completo. Aunque esta historia es solo la leyenda que se cuenta, y que debe ser separada de los hechos narrados y que son experiencias reales.

En 2015, un grupo de tres operarios que inspeccionaban drenajes escuchó lo que describieron como un lamento profundo, casi un gemido humano, que parecía emerger de las propias entrañas del suelo. Uno de ellos juró haber sentido una mano apoyarse en su hombro cuando estaba solo en medio del túnel.

En 2024, la Galería Celestino es temida por algunos por lo que pasa en su interior, y de lo que muchos no quieren hablar. De hecho, para la realización de este artículo no me han permitido ni poner sus iniciales. Muchos trabajadores están convencidos de que la presencia de un minero muerto es la causa de todo.

Desde entonces, algunos dicen que al pasar cerca pueden oír el golpeteo metálico de un pico contra la piedra, a ritmo constante. Otros evitan por completo ese sector, especialmente de noche.

Hoy, el caso de la Galería Celestino y su fantasma es una de las historias más escalofriantes del subsuelo onubense. Y aunque algunos niegan cualquier actividad paranormal, los que han trabajado en esas profundidades saben que hay cosas que no se pueden explicar… y que algunos mineros, sencillamente, nunca lograron salir con vida. Y eso, eso, es indiscutible.

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