Una familia aterrada por presencias y sombras imposibles en Huelva
Huelva Paranormal
Durante más de 15 años, una familia asegura vivir fenómenos inexplicables en su casa de campo como son la visión de sombras, objetos que se mueven solos y voces que les piden marcharse
Un misterioso zumbido nocturno inquieta a los vecinos de Bellavista en Huelva
En una apartada zona rural de Huelva, una familia lleva más de 15 años conviviendo con lo que ellos describen como una serie de fenómenos paranormales que desafían a cualquier explicación lógica.
En el eje de este misterio está Carmen, la madre, que asegura haber sido testigo de episodios tan aterradores que todavía le cuesta hablar de ellos sin estremecerse.
Todo ocurre en un cortijo antiguo, rodeado de olivares, donde cada miembro de la familia ha vivido su propia experiencia con lo que describen como “algo que no pertenece a este mundo”.
“Vi una sombra pasar delante de mí”, el miedo de Carmen
Carmen recuerda con precisión el primer episodio que la marcó. Una tarde tranquila, mientras estaba sentada en el salón, vio cómo una sombra cruzaba la estancia, pero solo se distinguía medio cuerpo humano. “Se me heló la sangre”, confiesa. “No era una persona, no podía serlo. En ese momento supe que algo malo venía detrás de eso”.
Desde entonces, asegura haber sido víctima de ataques inexplicables. “Estaba de pie y de repente algo me tiró un cuadro al suelo. Otras veces se escuchan objetos que caen sin que nadie los toque” indica. La sensación de haber allí una presencia constante la ha acompañado durante años, y su miedo no ha hecho más que aumentar.
El hijo, Manuel, también ha vivido momentos difíciles dentro del cortijo. Dice que, en más de una ocasión, ha visto luces que se mueven por las paredes, como si fueran “pequeñas luminarias” que juegan entre sí. “Es como si alguien las dirigiera, pero no hay nadie. Lo he visto yo y también otras personas que han venido a casa”, asegura.
Más allá de lo visible, Manuel confiesa una sensación constante que le resulta insoportable: “Me siento observado, como si alguien me mirara desde algún rincón, incluso cuando estoy solo.” Aunque ha intentado mantener la calma, reconoce que cada vez le cuesta más permanecer tranquilo en la vivienda familiar.
La hija, Carmen María, describe una escena que se repite noche tras noche. “Se escuchan pisadas y también de algo que viene por las escaleras, como si alguien viniera hacia mi habitación”, explica. Pero lo que más la asusta no son los pasos, sino los murmullos y risas que parecen venir de todas partes. “Una vez escuché llantos de niños, como si estuvieran perdidos, y luego risas, como si se burlaran. No pude dormir en toda la noche.”
Estos sonidos se intensifican en las madrugadas frías, cuando el silencio del campo amplifica cada ruido. Para la joven, el cortijo guarda un secreto que nadie ha conseguido explicar.
“Nos piden que nos vayamos”, el testimonio del padre
Antonio, el padre de familia, es un hombre rudo y escéptico por naturaleza, pero incluso él ha terminado cediendo ante lo inexplicable. “Una noche escuché golpes muy fuertes en la cocina. Fui a ver y encontré una silla tirada en el suelo, sin que nadie la hubiera tocado. En otra ocasión oí llantos de mujeres y niños, que parecían venir de las paredes. Pedían ayuda. Era un lamento tan real que me dejó paralizado.”
Pero lo que más lo desconcertó fue escuchar voces lejanas diciendo claramente ‘iros’. Desde entonces, asegura que siente presencias en cada rincón del cortijo. “He visto una silueta humana delante de mí, como una sombra que respira. No sé qué es, pero está aquí”, afirma con una mezcla de miedo e inquietud.
La nieta, Marta, apenas tiene 8 años, pero también ha vivido algo que pone los pelos de punta. En varias ocasiones, ha despertado llorando y diciendo que escucha “a una mujer que llora” cerca de su habitación. Para sus abuelos, es la prueba de que las manifestaciones no son fruto de la imaginación.
“Cuando un adulto lo dice, piensas que puede ser sugestión. Pero una niña de esa edad no inventa eso. No hay manera de explicarlo”, dice Carmen, visiblemente afectada.
Expertos en fenómenos paranormales han sugerido que el cortijo podría estar cargado de energía residual, resultado de sucesos pasados que dejaron una huella emocional en el lugar. Aunque la familia no conoce la historia completa de la propiedad, se dice que en el terreno habría existido una antigua casa de labor en la que murieron varios jornaleros durante una epidemia hace más de tres siglos, aunque esto es especulativo.
Sea cual sea la causa, lo cierto es que los ruidos, las sombras y los lamentos continúan. Y la familia, atrapada entre el miedo y la incertidumbre, ha optado por seguir allí “no están los dineros para una mudanza” dicen.
“Hay noches en que todo está en calma”, finaliza Carmen. “Pero cuando menos lo esperamos, algo vuelve a pasar. Entonces recordamos que nunca estamos solos”.
*Si ha tenido alguna experiencia paranormal, de cualquier tipo, no dude en comunicarse conmigo. Investigaré gratis su caso (como siempre lo hago) y trataré de ofrecerle respuestas: contacto@josemanuelgarciabautista.net
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