Escuchar para transformar: marketing social al servicio del territorio
Club MKS Huelva
Escuchar con inteligencia emocional implica estar dispuesta o dispuesto a dejarse tocar por lo que otra persona dice, conectar con las emociones propias y ajenas, y sostener el espacio de diálogo sin necesidad de tener siempre la respuesta
El Voluntariado como estilo de vida y herramienta de transformación social

Huelva/Hay una habilidad que atraviesa silenciosamente todos los procesos de transformación territorial y que, sin embargo, rara vez se nombra con la importancia que merece: la escucha activa. No me refiero a oír. Hablo de escuchar de verdad. Con presencia, sin juicio, con la intención de comprender a las demás personas antes de responder. En mi experiencia facilitando procesos participativos y acompañando a personas e instituciones en momentos de cambio, he comprobado que esta habilidad —profundamente vinculada a la inteligencia emocional— es una herramienta estratégica de primer orden.
Escuchar con inteligencia emocional implica estar dispuesta o dispuesto a dejarse tocar por lo que otra persona dice, conectar con las emociones propias y ajenas, y sostener el espacio de diálogo sin necesidad de tener siempre la respuesta. Supone aceptar que en todo territorio conviven muchas verdades y que cada voz encierra una parte del mapa que necesitamos para avanzar.
Cuando facilitamos la escucha en procesos de dinamización social, o de planificación empresarial, a través de estrategias de marketing, no solo recogemos datos o impresiones. Estamos generando confianza. Y la confianza, no hace falta que te lo diga, es el suelo fértil donde puede germinar la colaboración, la rentabilidad y equipos de alto nivel para conseguir ver cumplidos todos los objetivos. He visto a equipos técnicos replantearse prioridades al comprender de verdad las preocupaciones reales de su entorno, y ser mucho más efectivos con sus respuestas. He acompañado a líderes locales que, al escuchar con apertura, han redescubierto el sentido profundo de su rol y se han convertido en verdaderos agentes del cambio en sus ámbitos de influencia. Y da igual si el ámbito parece demasiado corto. Cuando muchas personas logran liderar sus respectivas parcelas, algo muy grande puede pasar.
¿Y qué se necesita para que la escucha activa sea realmente estratégica? Un marco claro, una metodología que la estructure y una actitud emocionalmente madura. No basta con abrir un turno de palabra. No se trata solo de preguntar o contar. Hace falta crear condiciones donde las personas se sientan seguras para expresarse con honestidad.
Este enfoque de escucha participativa, que es tremendamente útil en el ámbito público y comunitario, es una valiosísima herramienta también para el sector privado. Se llama marketing social, que demasiadas veces se reduce a campañas puntuales, cuando en realidad encierra un potencial transformador enorme tanto para las empresas como para la sociedad.
El marketing social no se limita a transmitir mensajes con causa; es, o debería ser, una estrategia de escucha infalible para las empresas. Cuando una organización decide observar su entorno con sensibilidad social, cuando se involucra de forma honesta en los territorios donde opera, está practicando escucha activa y dando respuestas eficaces. Está diciendo: me importa lo que te importa, y quiero construir contigo.
En lugar de hablar de la comunidad, el marketing social propone hablar con ella. Y ese matiz lo cambia todo. Permite detectar necesidades reales, anticiparse a conflictos, diseñar propuestas con mayor aceptación y, sobre todo, generar valor compartido. Las empresas que escuchan bien no solo mejoran su reputación: entienden mejor los contextos, toman decisiones más acertadas y se convierten en agentes de cohesión social imprescindibles para afrontar el reto que tiene en ciernes una humanidad cada vez más deshumanizada y mediatizada por la teconología.
En tiempos de ruido y polarización, la escucha activa no es solo una técnica: es un posicionamiento ético. Es elegir el diálogo sobre la imposición, la empatía sobre la defensa, la construcción colectiva sobre la urgencia de lo inmediato. En definitiva, es apostar por un modo de hacer territorio —y empresa— desde lo humano, lo relacional y lo transformador. Y en eso andamos en MKS-Huelva, promoviendo ese tipo de profesionales, ese tipo de empresas y una sociedad mejor.
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