Las enfermedades de transmisión sexual mantienen su escalada

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) no dejan de crecer en la provincia, al igual que en el resto de España, si bien su incidencia es menor de la que correspondería por sus características. El repunte, que se percibe desde 2000, es explicado por los especialistas por el menor temor y la mayor temeridad que han supuesto las mejores perspectivas que han conseguido los enfermos de sida en esta última década. Esto sucede especialmente con las generaciones más jóvenes, que ya no cuentan con memoria histórica del impacto mundial que supuso la irrupción del sida en la década de los 80.

El Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía (SVEA) reconoce cuatro clases de infecciones de transmisión sexual que son consideradas EDO (Enfermedades de Declaración Obligatoria); éstas son el herpes genital, la infección genital por clamidia, la gonorrea y la sífilis.

Sin embargo, el mayor número de infecciones corresponde a las del virus del papiloma humano (VPH) y el herpes genital. De hecho, se calcula que el 32% de las infecciones por transmisión sexual tienen su origen en el VPH.

Las estadísticas en todo caso resultan engañosas. Según la Delegación Provincial de Salud, durante 2010 se registraron 13 casos de sífilis, 11 de gonorrea, 3 de clamidia y 2 de herpes genital. Los datos no reflejan, sin embargo, la realidad pues estamos ante enfermedades infradeclaradas donde los tabúes y la vergüenza juegan aún bazas importantes. Así, en muchas ocasiones, el paciente prefiere guardar el anonimato y acudir a la sanidad privada. También se dan casos en los que las personas afectadas acuden directamente a los servicios de Urgencias hospitalarios, por lo que esos casos no quedan declarados.

Las ETS presentan una mayor incidencia en hombres, salvo el herpes genital. Su mayor incidencia se da en las personas con edades comprendidas entre 20 y 50 años y sobre todo entre los 20 y 35 años. Concretando un poco más, se puede señalar que la franja donde hay más incidencia en el caso de la sífilis es entre 25 y 39 años y en la gonorrea, entre 25 y 29 años.

Desde la Delegación Provincial de Salud se recuerda que un diagnóstico temprano y el pertinente tratamiento reduce la morbilidad que generan: esterilidad, abortos... Asimismo no son causa principal de ingreso hospitalario, pero dan lugar a problemas que requieren la visita a una consulta medica. Se trata además, de enfermedades de alto poder contagioso. Por poner un ejemplo, se considera que la posibilidad de contagio de sífilis es del 50% en el primer contacto sexual con la persona infectada. La mayor incidencia de las ETS en los hombres se evidencia en datos como que la sífilis se da cuatro veces más entre los hombres que entre las mujeres y la gonorrea hasta seis veces más.

Existen más de cien variantes del virus del papiloma humano, de los cuales alrededor de 40 afectan a las zonas genitales.

Ciertos tipos del virus del papiloma humano generan verrugas genitales y otros son de alto riesgo y pueden provocar cáncer de cuello uterino, aunque en el 90% de los casos el sistema inmunitario los elimina de manera natural.

Otro problema de salud que va en aumento son las infecciones por clamidia, una bacteria que puede provocar infertilidad y graves problemas en la mujer si no se detecta a tiempo, como son los embarazos ectópicos, una afección potencialmente mortal en la cual un óvulo fecundado crece fuera del útero. Afecta en un 60% de casos a hombres y en un 40% a mujeres. La clamidia es la infección bacteriana de transmisión sexual más frecuente y suele detectarse de manera fortuita ya que los portadores no presentan síntomas. La gonorrea ocurre durante el acto sexual, cuando el compañero está infectado, no siendo necesario llegar a la eyaculación. También se puede dar en el parto si la madre estuviera contaminada o por contaminación indirecta si, por ejemplo, una mujer usara artículos de higiene íntima de otra persona enferma. La gonorrea tiene una incidencia mayoritaria en hombres.

El herpes genital es una infección cutánea por virus. Se caracteriza por episodios repetidos que se desarrollan con una erupción de pequeñas ampollas, generalmente dolorosas, sobre los genitales o ano, produciendo un ardor o picazón que puede llegar a ser desesperante. Afecta más a las mujeres -60% de los casos- que a los hombres.

32%