Energía

Cepsa y BioOils Apical comienzan en Huelva la construcción de mayor planta de biocombustibles del sur de Europa

Anderson Tanoto, Teresa Ribera, Juanma Moreno, Maarten Wetselaar y María Olavarría.

Anderson Tanoto, Teresa Ribera, Juanma Moreno, Maarten Wetselaar y María Olavarría. / Alberto Domínguez (Palos de la Frontera)

No hay límite en lo que podemos conseguir”. Así concluía Maarten Wetselaar, el CEO de Cepsa, su intervención antes de colocar la primera piedra de la que será la mayor planta de biocombustible 2G del sur de Europa. “Esto es sólo el principio, el futuro de los biocombustibles está aquí y ahora”, certificaba Anderson Tanoto, director general de RGE, accionista de BioOils.

El acto de este viernes en Palos de la Frontera es mucho más que una inversión de 1.200 millones de euros por parte de Cepsa y BioOils para generar 2.000 puestos de trabajo directo e indirecto. Es más que conseguir producir un millón de toneladas de biocombustible al año y reducir las emisión de tres millones de toneladas de CO2.

En Huelva se ha comenzado un largo proceso que apuesta por la descarbonización en los combustibles y por hacer posible en un futuro próximo la independencia energética de Europa basada en energía renovable, en economía circular, en actividad económica sostenible. La que será la segunda mayor planta de biocumbustible 2G de toda Europa, es sólo la primera de otras muchas industrias, la primera piedra de un largo camino por recorrer del que todavía no se atisba a ver el final.

El respaldo institucional

El mismo camino que ilusionaba a la industria, hacía feliz a todos los representantes institucionales que se dieron cita en el evento. El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, y el alcalde de Palos de la Frontera, Carmelo Romero, como símbolos del respaldo unánime de las administraciones que creen en este proyecto para situar a Huelva, Andalucía y España como referentes de la revolución energética que se avecina basada en las moléculas verdes.

Andalucía es el mejor territorio posible para invertir ahora”, garantizaba el presidente de la Junta que se mostraba “orgulloso” de “lanzar al mundo un poderoso mensaje con esta primera piedra para liderar la transición energética desde el sur de Europa”. Moreno se mostraba convencido de la “oportunidad histórica” para que Andalucía tenga por primera vez una ventaja tecnológica con respecto al resto del mundo.

La vicepresidenta del Gobierno, Teresa Ribera, recordó que “somos vulnerables al cambio climático”, no sólo desde el punto de vista físico sino también desde el económico para lo que hay que estar preparados para conseguir reducir desde ya sus efectos y adaptarse a la nueva realidad. “Queda mucho por hacer” y se necesita que desde el marco regulatorio apropiado las empresas comiencen a ejecutar este nuevo camino que “está plagado de empleo”.

Infografía del proyecto. Infografía del proyecto.

Infografía del proyecto. / M.G. (Palos de la Frontera)

Las dimensiones de la planta

La nueva instalación, cuya puesta en marcha está prevista para 2026, producirá anualmente de manera flexible 500.000 toneladas de combustible sostenible de aviación (SAF) y diésel renovable (HVO), permitirá a la joint venture formada por ambas compañías duplicar su capacidad de producción actual.

La nueva planta de biocombustibles 2G, junto con las instalaciones que ya operan Cepsa y Bio-Oils en Huelva, formará el segundo mayor complejo de combustibles renovables de Europa, con una capacidad de producción total de un millón de toneladas al año.

Esta nueva planta, que se construirá con la última tecnología para la producción de combustibles renovables, tendrá un mínimo impacto ambiental. Gracias al consumo de hidrógeno renovable, electricidad 100% renovable y a diferentes sistemas de recuperación de calor y eficiencia energética, esta instalación emitirá un 75% menos de CO2 que una planta de biocombustibles tradicional y está diseñada para lograr las cero emisiones netas en el medio plazo. Asimismo, no consumirá agua dulce, sino que solo utilizará aguas recuperadas, y sus emisiones hídricas tendrán un mínimo impacto en el ecosistema, gracias a la potente planta de tratamiento de aguas que tendrá. Por último, esta instalación será nativa digital e incorporará los últimos avances para la industria en inteligencia artificial, internet de las cosas (IoT) y análisis de datos.

Teresa Ribera saluda a Maarten Wetselaar. Teresa Ribera saluda a Maarten Wetselaar.

Teresa Ribera saluda a Maarten Wetselaar. / Alberto Domínguez (Palos de la Frontera)

Esta instalación habilitará el desarrollo de otros proyectos clave para el reposicionamiento de España y Andalucía en el panorama energético internacional. Además de SAF y diésel renovable (HVO), la planta también producirá biogás, materia prima fundamental para la producción de hidrógeno verde, indispensable para la descarbonización de la industria, como esta misma planta o el parque energético junto al que se construye, o para la producción de fertilizantes. Adicionalmente, a partir del tratamiento del biogás, se captura otro producto, CO2 biogénico, indispensable para la producción de metanol verde, clave para descarbonizar el transporte marítimo. Por tanto, este proyecto es una pieza clave en todo el ecosistema del Valle Andaluz del Hidrógeno Verde que Cepsa está liderando.

Los primeros trabajos para el desarrollo de estas instalaciones se centrarán en el movimiento de tierras y mejoras del terreno, la urbanización y la cimentación de la infraestructura, además de iniciarse la obra marina en el muelle sur del Puerto de Huelva, ya que el proyecto también contempla del desarrollo de instalaciones auxiliares en el puerto necesarias para su operación.

Maarten Wetselaar junto a Juanma Moreno. Maarten Wetselaar junto a Juanma Moreno.

Maarten Wetselaar junto a Juanma Moreno. / Alberto Domínguez (Palos de la Frontera)

La nueva planta se asegurará la mayoría del suministro de materia prima, procedente de residuos orgánicos como desechos agrícolas o aceites usados de cocina, a través de un acuerdo global y de largo plazo con Apical, permitiendo abordar uno de los principales desafíos que afronta la industria: el acceso a la materia prima. Los biocombustibles 2G fomentan la economía circular, al utilizar para su producción residuos que de otro modo serían desechados o terminarían en vertederos.

En comparación con los combustibles tradicionales, los combustibles renovables desarrollados en este complejo desarrollado por Cepsa y Bio-Oils evitarán la emisión de 3 millones de toneladas de CO2 anuales, lo que equivale al 4 % de las emisiones del transporte por carretera en España. La construcción de esta instalación supondrá la instalación de 590 kilómetros de tuberías (una distancia superior a la que separa las ciudades de Huelva y Madrid) y 1400 kilómetros de cable (casi la distancia entre Huelva y París).

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