Emilio Rodríguez, vicario general de Huelva y viejo amigo del nuevo Papa, León XIV: "Siempre me impresionó su sencillez. Estamos ante un Papa de sonrisas de corazón, un hombre de Francisco"

"Ayer, aunque visiblemente emocionado y preocupado, no perdía la sonrisa. Este va a ser también un Papa de una sonrisa, y no de esas fáciles que en ocasiones echamos, sino de las que nacen del corazón"

El nuevo Papa Leon XIV estuvo en Huelva hasta en dos ocasiones

Emilio Rodríguez, en el Obispado de Huelva este viernes.
Emilio Rodríguez, en el Obispado de Huelva este viernes. / Josué Correa

Huelva/El recién elegido Papa León XIV -Robert Prevost- y Emilio Rodríguez, vicario general de la Diócesis de Huelva, son lo que puede definirse como conocidos y amigos. Lo avalan algunas de sus anécdotas en común, recordadas por Don Emilio con cariño y con una de sus características sonrisas de oreja a oreja. Justo esa sonrisa es la que comparte con el nuevo Pontífice, hijo de San Agustín y con un perfil muy internacional. Asegura que lo que destaca de él es su "sencillez", y que es, sin duda, "un hombre que te mira a la cara cuando te habla, y a quien nunca se le cae la sonrisa" de la cara.

Un hombre con un gran corazón -en sus propias palabras-, un hombre de Francisco y el Papa que necesita la Iglesia en este momento. Siempre le impresionó de él, cuenta, el cariño y la cercanía con la que trata a las personas. "Recuerdo que, en el comedor del colegio, cuando se servían las mesas y nos reuníamos allí, se acercaba a las mesas para saludar o servir. Siempre fue un hombre muy sencillo. Alguien que lleva en el corazón ese mensaje de San Agustín que decía: Ama y haz lo que quieras. Eso es lo que vamos a ver de este Papa en muchos de sus gestos".

Emilio Rodríguez, Vicario general de la Diócesis de Huelva.
Emilio Rodríguez, Vicario general de la Diócesis de Huelva. / Josué Correa

Recibía la noticia del nuevo Papa justo cuando se montaba en su coche. "Para mí fue una alegría. No dejaba de sonarme el móvil y tenía que ir pendiente de no tragarme un semáforo", bromea. "Todavía no he podido escuchar sus palabras con tranquilidad, hay que leerlas con serenidad porque ese va a ser el camino que seguirá. Las llevaba preparadas. Siempre fue un hombre muy previsor".

En alguna ocasión compartieron rezo, cena y charlas. Nos lleva hasta el día en que Prevost dejaba de ser general de la orden, porque habían elegido ya a su sustituto. "Esa tarde, en la Plaza de San Pedro, me dice: «Emilio, ¿te vienes conmigo? Vamos a Yenasano -Santuario cerca de Roma donde se venera la imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo-. Cuando me eligieron superior general de la orden, fui a pedirle a la Virgen que me iluminara y me ayudara. Ahora, quiero ir a darle gracias por estos años». Y por supuesto que le acompañó en su cometido. Tras celebrar la Virgen del Buen Consejo junto a otro compañero vicario episcopal y Prevost, cenaron y tuvieron un bonito encuentro fraterno entre hermanos. "¡Esos fueron algunos de los encuentros más cercanos que hemos tenido!, contaba, nostálgico, a Huelva Información.

Se conocieron en Argentina, cuando el entonces joven vicario general trabajaba en la zona de la precordillera de Los Andes. "Allí los agustinos tenemos una organización que se llama Organización de Agustinos de Latinoamérica. Nos reuníamos en una Asamblea y participamos con muchos de los agustinos de Latinoamérica", prosigue Don Emilio. Tras ese primer encuentro, se volvieron a ver cuando ya el actual Pontífice era superior general en Roma. En España, ha participado en distintos actos, en los que se volvió a cruzar con el onubense.

En las distancias cortas, es una persona "encantadora, respetuosa y muy educado". Lo reconoce perfectamente en las palabras que pronunciaba poco antes de las 19:00 del jueves, cuando se abría el telón y una ovación rompía con los pocos minutos de silencio que inundaban la Plaza de San Pedro. "Si os fijáis, aunque ayer estaba visiblemente emocionado, no se desprendía de su sonrisa. Este va a ser también un Papa de una sonrisa, y no de esas fáciles que echamos a veces, sino de las que nacen del corazón".

"A Huelva está más que invitado, pero quisiera ir yo a saludarlo a Roma primero"

"¿Por qué no?, nunca se sabe. Aún es un Papa joven, que podrá viajar y que le ha dado la vuelta al mundo no sé cuantas veces. Siempre puede haber una invitación para que nos visite. Aunque me encantaría ir yo a Roma para saludarlo antes", ríe.

De hecho, ya lo hizo en dos ocasiones, e incluso "en tres". La primera fue siendo superior general, -su superior, aunque "siempre actuó con sencillez"- cuando tenía el mandato de visitar a todas las comunidades de la orden en el mundo. "Vino las dos veces que tenía que venir a la comunidad de Huelva. Otra de las ocasiones fue presidiendo la clausura del V Centenario del Convento de Santa María de Gracia de las Madres Agustinas", recuerda.

Emilio Rodríguez, vicario general de la Diócesis de Huelva.
Emilio Rodríguez, vicario general de la Diócesis de Huelva. / Josué Correa

Como hijo de San Agustín, "sabe querer la Iglesia y escuchar al otro"

El nuevo Papa es, en palabras del vicario, "un hombre de Iglesia y un hombre de Dios". Como hijo de San Agustín, ambos saben querer la Iglesia. Dejaba constancia de ello en "todas las tareas" ejecutadas por Prevost: "Desde que era un joven sacerdote, como misionero, luego como superior provincial de su provincia de Chicago, superior de la orden, obispo en Perú o en Roma... Ha sido un hombre que acoge, que escucha. Algo fundamental en este mundo donde nos toca vivir".

Compartir con los demás, y servir a la Iglesia y al mundo, algunos de los valores que aporta el ser agustino. "Ayer lo escuchábamos hablar de paz. Todo eso lo ha recibido él en su formación, y todo eso lo aportará en su tarea que le ha encomendado el espíritu Santo".

Lo reconoce perfectamente en su primer discurso. Hay una fuerte esencia de misionero, "lo fue durante toda su vida sacerdotal en el vicariato de Chulucana -Perú-. Además ha sido obispo en la Diocesis de Chiclayo. Ese servicio lo ha hecho con generosidad y solo había que ver la muestra de cariño de la gente de aquellas tierras tan necesitadas".

Persona de confianza del Papa Francisco

"El Papa Francisco siempre contó con él". Primero, lo nombraba obispo en Perú y ha ocupado "una posición muy importante. Ha sido presidente de la Conferencia Episcopal, se ha encargado de otras tareas que le ha encomendado el Papa allí. Pero también es un hombre del Papa Benedicto y del Papa Juan Pablo II. Es el sucesor de Cristo que se presenta al mundo y que en este momento necesita la Iglesia".

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