Directores de Huelva alertan de la escalada de agresiones y amenazas de familias a docentes en más de una decena de colegios: "Muchos no hablan por miedo a represalias"
Desde Asadipre y Asadian advierten de que la desconfianza hacia los profesionales y la falta de límites están deteriorando gravemente la convivencia en los centros, y reclaman un respaldo “firme e inequívoco” para frenar una situación que consideran ya una verdadera lacra social
Una maestra del CEIP Prácticas de Huelva es agredida verbal y físicamente por la familiar de una alumna: alumnos, padres y profesores muestran su repulsa
En los últimos años, los centros educativos onubenses vienen alertando de un aumento sostenido de episodios de tensión protagonizados por familias que, en ocasiones, derivan en agresiones verbales e incluso físicas contra el personal docente y directivo. Lo que antes era puntual, hoy se ha convertido en una preocupación real y creciente que afecta al clima escolar y a la seguridad de quienes trabajan en los colegios e institutos. Ante este escenario, la Asociación Andaluza de Directores y Directoras de Infantil, Primaria y Residencias Escolares (Asadipre) ha levantado la voz para denunciar una situación que considera insostenible: la pérdida de respeto hacia la labor educativa, la falta de confianza (cada vez más común) hacia los profesionales y la falta de límites que, en algunos casos, desemboca en comportamientos violentos por parte de padres y madres.
Raúl Parrillo, presidente provincial de Asadipre y Asadian -Asociación de Directores y Directoras de IES de Andalucía - reclama un respaldo "firme e inequívoco" a las direcciones y al profesorado, así como un compromiso real de todas las instituciones y agentes sociales para frenar esta "lacra". Pide que se reconozca la autoridad educativa - respaldada por la ley-, "que se ponga freno a la creciente escalada de cuestionamientos por parte de los padres" y que se adopten medidas que garanticen la convivencia en los centros. "Debe haber apoyo incondicional a que el trabajo que se hace desde los centros por proteger a los niños y al profesorado sea de todos y que no quede en una mirada. No debería pasar este tipo de cosas". Pide que "se crea en los profesores y en las direcciones porque hoy en día todo el mundo sabe de todo y no se confía en los profesionales que son los que tienen que tomar las decisiones".
En concreto, el también director del Colegio Público Rural Adersa IV de Cañaveral de León, se ha referido a las "recientes amenazas y agresiones verbales sufridas por una docente del CEIP Arias Montano" y a la agresión física a una maestra en el CEIP Prácticas, de la que ya se hizo eco Huelva Informacíon a principios de noviembre.
Parrillo asegura que estos son solo dos casos entre las diversas "acusaciones infundadas y faltas de respeto hacia el profesorado" que se están dando en otros centros de la provincia.
Desde Asadipre y Asadian se describen situaciones "graves y repetidas de amenazas, insultos, menosprecios y agresiones verbales" por parte de algunas familias en más de una decena de centros onubenses, siendo estos tan solo la punta del iceberg, ya que, dice Parrillo, "existen otros muchos que también están afectados, pero sus direcciones prefieren no hacerlo público por miedo a represalias".
Docentes de 9 centros hacen llegar sus quejas tras recibir faltas de respeto y agresiones verbales de padres, según Asadipre
En el CEIP Virgen del Carmen de Punta Umbría, aseguran que se vivió hace años la amenaza de una madre que dijo que quemaría el colegio con personal dentro, "una persona muy inestable que incluso llegó a agredir a un policía". Actualmente, el problema más frecuente, dice, es el trato despectivo de algunas familias hacia el profesorado, poniendo en duda su profesionalidad y lanzando amenazas de acudir a Delegación.
En el CEIP JJ Rebollo de San Juan del Puerto, hace aproximadamente un mes, aseguran que la tía de una alumna "se coló en el centro y amenazó con quemarlo con el docente dentro".
En el CEIP Los Taranjales de Almonte, se registraron dos agresiones verbales a una monitora de comedor y a la maestra de Educación Física. "El equipo directivo intervino con los padres implicados; uno pidió disculpas y el otro, exconvicto, no mostró disposición alguna". El centro, dicen, mantiene la determinación de denunciar si se repiten los hechos.
Por su parte, en el CEIP Manuel Siurot de Chucena, afirman que el equipo directivo, monitores y maestros han sufrido "múltiples amenazas, insultos y menosprecios, hasta el punto de tener que reunirse con familias con presencia de la Policía Local. El centro se plantea denunciar ante la sensación de acoso constante".
En el CEIP Virgen de los Remedios de Arroyomolinos de León, aunque solo dos familias "resultan problemáticas", afirman que han generado situaciones desagradables: amenazas como “mañana te ponen el colegio patas arriba” y acusaciones directas contra una maestra, negando su versión y despreciando la presunción de veracidad docente, además de malas formas.
En el CEIP Pozo del Camino, también se han dado situaciones desagradables con familias, caracterizadas por menosprecios y malas formas.
En el CEIP Virgen del Carmen de Punta del Moral, aseguran que "el claustro vivió un conflicto grave que terminó en denuncias en el juzgado por faltas de respeto, gritos, acusaciones e irrupciones sin permiso en el centro, incluso delante del alumnado. La situación se ha repetido en el tiempo con llamadas y apariciones constantes, protagonizadas por una abuela y un padre con antecedentes problemáticos". Además, dicen, el profesorado percibe una creciente tendencia a cuestionar su labor y a creer antes a los niños que a los docentes.
Igualmente, señalan al CEIP San Jorge de Palos de la Frontera. "La tía de una alumna difundió injurias y calumnias en redes sociales, aunque posteriormente pidió perdón. También se han vivido amenazas hacia la jefa de estudios por parte de una madre, y mensajes con tonos irrespetuosos y amenazantes hacia los tutores cuando realizan anotaciones en Séneca".
Por último, en el CEIP San Fernando de Huelva, el profesorado expresa "un profundo malestar por la falta de empatía, comprensión y confianza de algunas familias, por los juicios sobre su labor profesional, por formas irrespetuosas y por mensajes que minan la confianza en el centro". Lamentan que, tras aparecer en medios, tanto el centro como los sindicatos que denunciaron la situación han recibido amenazas de madres del colegio.
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