El directo rinde honor a la tonadillera
Isabel Pantoja no escatimó halagos a la Virgen del Rocío durante su concierto ayer en la aldea almonteñal telón del rocío arena Tras el paso de la Pantoja por el festival, el Rocío Arena cierra sus puertas hasta el próximo ejercicio. La iniciativa, promovida por la Hermandad Matriz, responde a su búsqueda de recursos para afrontar los gastos de un orfanato en el Congo.
Se acercó a El Rocío para desgranar su repertorio y se ganó al público. Si existe un momento en el que Isabel Pantoja sabe resarcirse y dejar a la altura del betún a sus detractores (que los tiene, al igual que admiradores) es sobre un escenario y frente a la prueba del algodón que supone el directo. Es allí donde su talla artística se crece, el instante en que domina el escenario con su bata de cola rindiendo tributo a la copla, en ocasiones sin artificios y sin más acompañamiento como telón de fondo de un piano de cola que apenas mece su portentosa voz.
En la aldea almonteña la artista volvió por sus fueros. Lo hizo como en sus viejos tiempos, a fuerza de garra a la par que talento y con una capacidad interpretativa singular, lo que provocó que las personas que se dieron cita en el Rocío Arena la bañasen en aplausos y piropos por un derroche de arte sobre el escenarios. Un terreno que pisa de forma asidua desde que con tan sólo siete años comenzase a curtirse formando parte del cuadro flamenco de su primo Chiquetete.
Dicen que el método instaurado por el actor y director ruso Konstantin Stanislavski se condensa en la interrelación del actor con la audiencia, en rescatar de lo más hondo tus propias experiencias y emociones para, insuflándoles tu propio aliento, ponerlas al servicio del personaje; en este caso, a la hora de ejecutar una canción. Chapó para la tonadillera en este apartado que si de algo puede vanagloriarse es de mostrar una capacidad interpretativa especial, que demuestra en cada estrofa, en cada palabra que sale de su boca, sobre todo, en los temas más desgarrados y que requieren una mayor carga interpretativa. Fueron los casos de Marinero de Luces o Aquella Carmen.
En las algo más de dos horas de concierto la artista trianera hizo gala de su amplio fondo discográfico, el cual la respalda desde que debutase con su primer LP en 1970. Desde aquella fecha 37 discos más le siguieron la estela de los que en la aldea rememoró los más insignes como A tu vera, la Zarzamora, Capote de Grana y Oro, así como temas de carga más melódica como Yenmaya o Veneno, todo ello aderezado con algún que otro bolero. Sin embargo, en un enclave como la aldea el tema estrella habría de ser la Salve, y la protagonista la Virgen del Rocío; a quien la artista no escatimo en halagos a lo largo de toda la noche y tras cuya interpretación del susodicho tema logró levantar de sus asientos a un público entregado a la tonadillera.
Tras el paso de la Pantoja por el festival, el Rocío Arena cierra sus puertas hasta el próximo ejercicio. Cabe recordar que la iniciativa alumbrada por la Hermandad Matriz responde a su denodada búsqueda de recursos con los que afrontar los gastos del orfanato que financia en Kasai Oriental, en la República Democrática del Congo.
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