¿Qué haría si pudiera saber cuándo alguien le está mintiendo? Empiece por recordar que es usted una persona emocionalmente inteligente. Así que no se trata de identificar las mentiras para justificar su ira, su temor o su venganza. Saber que le pueden estar mintiendo es una valiosa información para adecuar su propia comunicación y conseguir sus objetivos, o para gestionar bien la relación que le une con esa persona. Hoy le traigo algunas señales que observar para saber si le están mintiendo.

Mentimos mucho, todo el mundo

No podemos hablar de las mentiras sin contextualizar antes un poco. Todas las personas mienten. Usted también. Lo hacemos según algunos estudios entre 20 y 200 veces al día.

Como en todo en la vida, hay mentiras más o menos inocuas y mentiras despiadadas, y en medio, hay todo un sinfín de mentirijillas, embustes, bulos, paparruchas, bolas, patrañas, trolas, farsas… Hasta en sinónimos es rico el concepto de hoy.

Puede mentir por compasión o mentir en defensa propia. Puede mentir por diversión, o con muy malas intenciones. Puede, y de hecho lamentablemente lo hacemos mucho, mentirse a usted mismo o a usted misma. También puede tener toda una estrategia detrás de la mentira, o ninguna. El caso es que miente. Y en la mentira destapamos mucho de cómo somos, qué valores nos mueven y qué expectativas tenemos. Esa es la información valiosa que le decía al principio.

Porque saber si le están mintiendo, le puede servir mucho para conseguir el objetivo que se marcó con su comunicación o para gestionar mejor la relación que mantiene con esa persona que le miente. Eso, claro, si es usted capaz de autorregularse emocionalmente y no permitir que se lo impidan sus reacciones viscerales, sus ganas de exponer a quien le miente, un inoportuno enfado o, quizás, su propio bloqueo. Que todo depende de quién le está mintiendo…

Así que, por favor, considere que entrenarse para detectar mentiras es una forma de mejorar su comunicación y sus relaciones, no de convertirse en un batman de la vida.

Señales que delatan a las personas mentirosas

No existen señales inequívocas o universales para saber que alguien miente. Lo siento si estaba esperando eso. Ya quisieran muchos colectivos profesionales que existieran. Pero sí podemos fijarnos en algunos detalles con los que solemos enmascarar las mentiras.

Por un lado, están las señales más importantes, porque son las más difíciles de controlar por las personas a la hora de mentir. Me refiero al lenguaje no verbal, especialmente a las microexpresiones del rostro. Y ya después están las típicas estrategias argumentales de quienes mienten, esto es, lo que nos dicen y cómo nos lo dicen para mentirnos. Sería muy largo nombrarlas todas, pero aquí van algunas de las más comunes.

Taparse la boca o tocarse la nariz

Es la más conocida. Hablar y llevarse la mano o los dedos a la boca o sus alrededores puede indicar mentira. Suele señalar la intención de ocultar algo o la de reprimirse para no decir lo que sea. Incluya aquí la nariz, esa que a Pinocho le crecía cada vez que mentía. Y es que nuestros nervios cuando mentimos, más cuanta más implicación personal o consecuencias hay en la mentira que estamos diciendo, aumentan la temperatura facial e inflaman el tejido interno de la nariz. Eso nos delata.

Tocarse el cuello

Tocarlo o, también, intentar liberarlo de un pañuelo, de una corbata… Puede ser calor, claro, pero en según qué contextos, el mismo aumento de la temperatura activado por el nerviosismo, el miedo o la ansiedad, podría ser otra señal de mentira en el horizonte.

Pestañear más de la cuenta o apartar la vista

Los ojos son bastante fiables mostrando el estado emocional de las personas. En situaciones muy incómodas, el pestañeo aumenta considerablemente, y podemos incluso llegar a necesitar frotarnos los ojos o, por supuesto, apartar la vista. Porque mirar a los ojos de forma directa mintiendo es bastante complicado.

Puños apretados

Apretar lo puños, sobre todo si están escondiendo los pulgares, puede indicar una incomodidad alta en la persona y, posiblemente, gran interés por ocultar algo. Si alguien los tiene así cuando insiste en que dice la verdad, como mínimo póngalo en cuarentena. Tampoco es buena señal esconder las manos.

Oraciones complejas

Cuando mentimos, solemos estar pensando en dos niveles, uno en donde soltamos la mentira y otro en el que pensamos cómo soltarla. Así que muy posiblemente nuestras oraciones se volverán más largas y complejas, con muchos más detalles de los que daríamos cuando no mentimos. Téngalo en cuenta sobre todo si conoce a la persona y sabe que normalmente no habla así.

Repetir las palabras o las preguntas

Según algunas investigaciones, al mentir no nos gusta usar la primera persona, y repetimos más algunas palabras o incluso frases completas. Y si lo que repiten es la pregunta que le estamos haciendo, mala señal, posiblemente es una forma de ganar tiempo para pensar qué decirnos, y con cierta probabilidad no va a ser la verdad.

Pero recuérdelo: no hay señales inequívocas o universales para detectar mentiras. Y cualquiera de estas señales, de forma aislada, no puede certificar que una persona mienta.

Lo mejor es observar muy bien. Por eso, si quiere profundizar en su investigación, haga un patrón base de polígrafo. ¿Que qué es eso? Pues preguntarle a esa persona cosas muy básicas y banales en las que sabe que no le va a mentir. Luego pregúntele eso en lo que quiere saber si le miente, y observe las diferencias. Déjese llevar por su instinto y, por favor, no se haga el batman.