Más de 5.000 onubenses padecen de hidrosadenitis, la enfermedad también conocida como acné inverso. La misma, de carácter crónico, se define como una afección que provoca la formación de pequeñas y dolorosas protuberancias debajo de la piel, así como de cicatrices, concretamente en aquellas zonas donde se encuentran las glándulas sudoríparas aprocrinas, véase las axilas, las regiones inguinales, las nalgas, la zona perineal o las regiones inter e infra mamarias. 

La también denominada hidradenitis supurativa debuta después de la pubertad, en torno a los 20 o 30 años, explica a esta redacción la jefa de Dermatología del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez, Carmen Suárez, quien añade que "con la edad suele disminuir, siendo muy complicado encontrar esta enfermedad en las personas mayores". La misma, "que produce mal olor, dolores, supuraciones y picores", puede persistir durante muchos años y empeorar con el paso del tiempo, con consecuencias directas en la vida diaria y en el bienestar emocional. En este sentido, Suárez señala que la hidrosadenitis tiene un alto impacto en la vida social y profesional, dado que aquellas personas que la padecen "tratan de ocultarlas por el mal olor y/o el aspecto". 

Existe "cierto temor" a que las supuraciones, el olor y cicatrices sean advertidas por los demás. De ahí que a los pacientes les "cueste" llevar traje de baño o desempeñar actividades que impliquen que las partes del cuerpo afectadas queden al descubierto, pues, como se menciona con anterioridad, "las lesiones se producen en las zonas más ocultas del mismo". Es, por tanto, "de las enfermedades dermatológicas más limitantes para la calidad de vida", resume Carmen Suárez.

La causa exacta que explica el surgimiento de la hidrosadenitis se "desconoce por el momento", pero "sabemos que se produce por una obstrucción en el folículo piloso, que se dilata, libera el contenido acumulado y termina dando una respuesta inflamatoria "exagerada" en estos pacientes, explican desde el centro hospitalario. La hidradenitis supurativa no es causada por una infección o por una higiene deficiente, y no es contagiosa.

Carmen Suárez, dermatóloga del Hospital Universitario Juan Ramón Jiménez.

Lo que sí es cierto es que existen varios factores que favorecen que aparezca el acné inverso, además de agravarlo. La enfermedad tiene un componente hereditario, pues se estima que entre el 30 y 40 % de los pacientes tienen algún familiar afectado; es tres veces más frecuente en las mujeres; y aparece en más ocasiones y con un carácter más grave en personas fumadoras, con sobrepeso, artritis, diabetes, síndrome metabólico y enfermedad intestinal inflamatoria.

En este punto, desde la Unidad de Dermatología del centro hospitalario señalan que la enfermedad tiene diversos estadíos, que van desde los leves hasta los más graves, lo cual se traduce en un mayor número de lesiones y, por ende, en un tratamiento más complejo.

A este respecto, conviene destacar que el diagnóstico precoz de la hidrosadenitis se antoja "fundamental" para obtener un pronóstico más favorable. Si bien "aún no hay cura definitiva", el control temprano del denominado acné inverso permite la disminución de los brotes inflamatorios con la consiguiente remisión de la actividad. Así, la jefa de Dermatología resalta la "importancia" de acudir a un especialista en caso de que la afección sea dolorosa, impida la movilidad, no mejore o regrese tras el tratamiento o si provoca brotes a menudo.

El abordaje de la enfermedad, que requiere un enfoque multidisciplinario, con coordinación entre dermatólogos, enfermeros, cirujanos y participación de psicólogos clínicos, contempla diversos tratamientos que reducen la intensidad y frecuencia de los brotes en función de la gravedad del estadío. De hecho, se emplean tratamientos antibióticos, biológicos o quirúrgicos, este último dirigido a los casos más graves.