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Cómo decir ‘no’ sin sentirse demasiado mal después

  • La comunicación asertiva, esa que no es ni agresiva ni pasiva y con la que reafirmamos nuestra seguridad y nuestra autoestima, implica un coste que no siempre queremos aceptar

Cómo decir ‘no’ sin sentirse demasiado mal después

Decir ‘no’ de buenas formas es posible. Decirlo y que además no nos suponga ningún coste, eso ya es otra historia. Negarnos siempre es una opción, lo que pasa es que no siempre la valoramos. Porque decir ‘no’ es un derecho asertivo, una posibilidad viable que nos da nuestra asertividad, pero puede implicar cambios y costes emocionales en la relación con las personas con las que interactuamos que, simplemente, muchas veces, no queremos asumir. Aceptar y minimizar esos daños es el quid de esta cuestión.

Antes de nada, volvamos a definir la asertividad que nos hace capaces de negarnos con el mínimo coste. A mí me encanta la definición de la psicóloga Olga Castanyer: ‘Asertividad es la capacidad de autoafirmar los propios derechos, sentimientos y opiniones, sin dejarse manipular y sin manipular a los demás’. Y me encanta porque, además de clara, se fundamenta en una certeza que la propia Castanyer deja clara en su libro ‘Asertividad, expresión de una sana autoestima’: ‘Sólo quien posee una alta autoestima, quien se aprecia y valora a sí mismo, podrá relacionarse con los demás en el mismo plano, reconociendo a los que son mejores en alguna habilidad, pero no sintiéndose inferior ni superior a otros. Dicho al revés, la persona no asertiva, tanto si es retraída como si es agresiva, no puede tener una autoestima muy alta, por cuanto siente la necesidad imperiosa de ser valorada por los demás’.

Y después de leer eso, reflexione, ¿es usted asertivo o asertiva? ¿Cómo está su autoestima?

Cuándo y con quién perdemos la asertividad

La asertividad es la habilidad para decir lo que necesitamos decir, sin la intención de hacer daño, sin querer quedar por encima de nadie, sino simplemente valorándonos tanto como valoramos a esa persona con quien estamos interactuando. Así que la comunicación asertiva sirve para decir que no, pero también para decir que sí, para decir que hasta mañana no puedo, o que de momento estoy cansada, que me lo voy a pensar, y un largo etcétera…

Pero, como no hay acción sin reacción, por muy asertivamente que diga eso que necesita decir para respetarse usted, la otra persona se lo va a tomar como pueda y quiera. Ahí está el coste de su asertividad. Es un coste sobre todo emocional, y mayor cuanto más le importa esa relación o cuanto más le incomodan las consecuencias de que esa persona reaccione mal.

Así que, muchísimas veces no somos asertivos o asertivas porque no queremos asumir las consecuencias o el coste emocional en la relación con la personas con las que interactuamos. Y decir ‘no’ puede tener muchas derivadas y bastante coste.

Reflexione de nuevo, ¿con quién le embarga la pasividad y no suele ser capaz de negarse? ¿Con quién se le escapa el ‘no’ inmediatamente con cierta agresividad? ¿Con quién pierde su asertividad?

Recomendaciones para aprender a decir que no

La primera recomendación es que entienda las implicaciones del ‘no’ que quiere comunicar. Pero no mire esas implicaciones sólo en la persona a la que se lo dice, sino también en usted. Recuerde que decir sí a todo y a todas las personas, es decirse que no a usted demasiadas veces. Téngase en cuenta. No sea usted la última de sus prioridades.

Otra recomendación es que sea honesta u honesto y acepte que su tiempo es finito y que no puede con todo. Tampoco puede agradar a toda la gente. Se trata de asumir eso que escribo mucho: usted no tiene superpoderes. El día tiene 24 horas, y sería recomendable dedicar algo de tiempo a comer, dormir y vivir. Y no se comprometa sólo por no saber decir ‘voy a pensarlo’.

La tercera recomendación es que entrene la técnica no verbal de la negación. Delante de un espejo si es posible. Mire sus gestos y su mirada, escuche su voz para modular el lenguaje paraverbal. Encuentre el equilibrio entre la firmeza y la agresividad para aparentar rotundidad sin ser amenazante. Practique. Poco a poco logrará encontrar el tono y la postura en las que se siente bien.

Como cuarta recomendación, le sugiero aprender técnicas asertivas que le van a servir para mantenerse en el ‘no’, especialmente cuando las personas que lo reciben no lo aceptan e insisten, exigen o manipulan.

Una muy útil es la llamada técnica del ‘disco rayado’, que consiste en repetir su negativa muchas veces, con tranquilidad y usando distintas palabras, hasta que dejen de insistir e ignorar su ‘no’. Por ejemplo, ‘no, ahora no puedo’, ‘fíjate que ahora me pillas ocupada’, ‘quizás ayer hubiera podido, pero ahora es imposible’, ‘no tengo tiempo hoy para hacerlo’….

Otra técnica asertiva muy útil con las negaciones es la del ‘banco de niebla’. Consiste en crear confusión dando parte de la razón a la persona que no acepta el ‘no’, posiblemente con chantajes emocionales. Es decir, aceptar lo que argumenta parcialmente y sin cambiar la decisión. Por ejemplo: ‘es posible que eso que dices sea mejor, pero ahora no puedo’, ‘valoro mucho lo que me estás diciendo, pero ahora me resulta imposible’, ‘es verdad que te quiero, pero no tengo tiempo hoy’… No es fácil, por eso entrenarlo es una buena opción.

Mi quinta recomendación es que no le dé muchas vueltas a su negación ni deje puertas abiertas. Es fácil que remoloneemos para comunicar el ‘no’, que intentemos evitarlo o que esperemos que se sobreentienda, porque no queremos asumir el coste emocional de negarnos. Pero no, eso no minimiza los costes. En cuanto se decida, comuníquelo. Y hágalo sin dejar opciones del tipo ‘si termino antes’, ‘si me encuentro bien’, ‘si cuando llegue están bien en casa’, y otras excusas peregrinas con las que, lo único que está usted evitando es decir que no, ¡con lo valioso que es practicarlo!

Y, por último: discúlpese lo justo y necesario. Recuerde que usted, su bienestar y su tiempo valen tanto como los de la otra persona. Algo pasa cuando nos excedemos con las justificaciones, las disculpas o la necesidad de comprensión. ¿Está diciendo que no realmente por su propio bien? Revise siempre la limpieza de sus intenciones y decir ‘no’ podrá ser difícil, pero no imposible.

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