La celebración en Huelva de la efeméride de 1992 y enmarcada en la conmemoración del V Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América, ofrece dos grandes acontecimientos en la devoción cintera. En primer lugar, tiene ocasión, en 1992, la coronación canónica de Nuestra Señora de la Cinta y, al siguiente año, la visita de Juan Pablo II, el papa que pronto será santo. Huelva Información fue testigo de estos acontecimientos, crónicas que aparecen recogidas en nuestras páginas para la historia de la devoción cintera.

La coronación canónica de la Cinta, el 26 de septiembre de 1992, resultó el mejor de los acontecimientos movidos por seglares con ocasión de un hecho de estas características. La programación diocesana estuvo dirigida por Juan Mairena Valdayo. La peregrinación de la Patrona de Huelva por toda la ciudad resultó un éxito; visitando la Virgen hasta el centro penitenciario.

La importancia del marco en el que se desarrolló, en los Congresos Mariano y Mariológico Internacionales, con una coronación por bula pontificia y la presencia de un cardenal legado, la hizo única. A ello hay que sumar el marco tan especial, el de la nueva Huelva, en la Avenida de Andalucía, con un artístico, moderno y espectacular altar que reproducía el santuario. No se puede olvidar la masiva participación de fieles. Pocos acontecimientos de la ciudad convocan a tantos onubenses y, mucho menos, en celebraciones de estas características, sólo superada por la visita del papa Juan Pablo II. La coronación canónica de la Virgen de la Cinta sigue siendo un modelo a seguir, por su impacto devocional en toda la ciudad. La Virgen de la Cinta volverá, incluso, a recibir la medalla de la ciudad, en esta ocasión entregada por el socialista Juan Ceada, siendo la segunda vez en la historia que se la conceden. La Eucaristía fue presidida por el cardenal legado, Eduardo Martínez Somalo, con quien concelebraron el obispo de Huelva, Rafael González Moralejo; el obispo coadjutor, Ignacio Noguer Carmona; dieciséis obispos españoles y extranjeros, y cerca de trescientos sacerdotes. El hermano mayor, Julio Buendía, fue el que hizo la petición de la coronación, viendo los onubenses cumplido así un deseo de más de cuarenta años.

El Papa Juan Pablo II llegó a Huelva en la mañana del 14 de junio de 1993, a la misma avenida donde se había coronada la Patrona de Huelva que le esperaba en su paso. El santo padre rompió el protocolo establecido y acudió a presentarse ante Ella, como los onubenses acostumbran a hacer, arrodillándose y rezando largo rato agarrado a su paso. Constituyó todo un acontecimiento para la ciudad y esta marinera hermandad.

La vida cintera fue creciendo fortalecida en estos dos acontecimientos y la ciudad también da un paso hacia adelante para recuperar las fiestas. En 1995, el alcalde, Pedro Rodríguez, revitaliza el dormido escenario festivo de la Plaza de la Merced junto al de la Orden, que mejorará. Unas fiestas que, junto a las del Patrón San Sebastián, son declaradas de Interés Turístico por el Consejo Andaluz de Turismo. En este mismo año y con ocasión de los actos previos del cincuentenario de la Diócesis, la Virgen Chiquita vuelve a peregrinar por diferentes parroquias de la ciudad, concitando nuevamente la alegría de los onubenses. El 15 de noviembre de 2003 se bendice, en la rotonda de Juan Pablo II, donde el santo padre presidió la eucaristía, el monumento a la coronación canónica, una iniciativa del coro de campanilleros Virgen de la Cinta. Al día siguiente la Virgen, en su peregrinación por la ciudad, se detuvo delante de él.

La Hermandad de la Cinta adquiere, en 2001, una casa de hermandad en la calle Madre Ana, que bendice el obispo Ignacio Noguer Carmona el 20 de marzo, siendo hermano mayor José Luis Gallardo.

En lo patrimonial, hay que destacar que el santuario es declarado por la Junta de Andalucía Bien de Interés Cultural, en 1993. El hermoso paso de plata de la Virgen se completa, en 1998, con los artísticos faldones bordados por Rafael Infantes y Dolores Romero. El patrimonio histórico y devocional de la Virgen de la Cinta aparecerá reunido, por vez primera, en una magna exposición organizada en 1998 por la hermandad y la delegación de Cultura en el Museo Provincial, ocupando toda la planta superior, resultando todo un hito expositivo.