Condenado a tres años de cárcel por intentar atropellar a un guardia civil en un control en Navahermosa

Los agentes comenzaron una persecución por la N-433 tras el acusado hasta el municipio de Galaroza

Aparatoso accidente de un coche tras chocar con el mobiliario urbano en la Avenida Andalucía de Huelva

Agentes de la Guardia Civil durante un control, en una imagen de archivo. / Guardia Civil

La Audiencia Provincial de Huelva ha condenado a un hombre a tres años y un día de prisión por un delito de atentado a agentes de la autoridad, después de que el acusado "acelerara" su coche en la N-433, en el cruce con la carretera de Navahermosa, en dirección a uno de los agentes que realizaban un control de verificación de personas y que "para evitar el atropello tuvo que abandonar la vía corriendo y resguardarse en la banda de seguridad".

Según indica la sentencia, consultada por Europa Press, la Audiencia estima parcialmente el recurso presentado por la defensa contra el fallo del Juzgado de lo Penal número 4 de Huelva, que condenó al hombre a cuatro año de prisión por este delito y lo rebaja a tres años y un día por no constar con antecedentes penales por hechos similares, pero mantiene una pena "de grado superior" por "la gravedad del hecho por haber puesto en peligro la vida del agente". De la misma manera, mantiene la condena de un año de prisión y dos años y seis meses de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores, impuesta por el Penal 4, por un delito contra la seguridad vial.

Se considera probado que sobre las 2100 horas del 24 de enero del 2022, el acusado, con antecedentes penales no computables a efectos de reincidencia, conducía un vehículo por el interior de una rotonda situada en la carretera nacional 433, en el término municipal de Aracena, "que se encuentra iluminada y cercana al núcleo urbano".

Prosigue señalando que los agentes de la Guardia Civil, que venían de la A-433 en dirección Jabugo, "iban a entrar en la rotonda y observaron cómo el acusado miró en varias ocasiones al coche patrulla mientras circulaba" de forma que "pudieron ver el rostro del acusado, al que conocían tanto por actuaciones anteriores", así como por "ser uno de los agentes conocido personal del acusado desde la infancia".

Indica la sentencia que el acusado, "en lugar de continuar por la rotonda para dirigirse a la localidad de Jabugo, donde reside, accedió al polígono industrial Cantaelgallo, sito en las inmediaciones de la mencionada rotonda" y que los agentes "ante tal maniobra decidieron establecer un punto de verificación de personas en el cruce con la carretera de Navahermosa de la N-433, en el término municipal de Fuenteheridos" de forma que "el primer vehículo que se aproximó fue el del acusado".

Así las cosas, uno de los agentes "se colocó en mitad de la carretera con su chaleco reflectante y con el vehículo policial emitiendo sus señales luminosas", de forma que "el acusado, al apreciar dicho control, aceleró la marcha en dirección al guardia civil, que para evitar el atropello tuvo que abandonar la vía corriendo y resguardarse en la banda de seguridad".

Tras los ocurrido, ambos agentes subieron al vehículo patrulla y comenzaron una persecución por la N-433 con las luces y sirenas activas, "durante la cual el acusado invadió el carril contrario y realizó maniobras de adelantamiento en zonas de línea continua con vehículos que marchaban en dirección contraria y sin señalización de dichas maniobras".

En este contexto, el acusado abandonó la vía "para acceder a la localidad de Galaroza por la zona del Picadero La Suerte" mientras los agentes continuaron la persecución por la zona de la travesía de dicha localidad y accedieron al pueblo por la avenida de Los Carpinteros, donde avistaron de nuevo al acusado conduciendo el vehículo".

Finalmente, el condenado adelantó a un vehículo que se encontraba haciendo un Stop y se metió en el interior de la localidad, "provocando que varias personas que estaban pasando por la zona tuviesen que salir corriendo para evitar ser atropelladas" y los agentes, "para evitar peligro para los viandantes", decidieron acabar con la persecución.

Por todo ello, el hombre ha sido condenado a tres años y un día de prisión por atentado a agentes de la autoridad, así como a un año de prisión y dos años y seis meses de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por un delito contra la seguridad vial.

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