Huelva

Cómo comprar una vivienda en pleno centro de Huelva por 90.000 euros

  • La adquisición de la Nuda propiedad supone precios bajos y la ocupación cuando muere el propietario

Viviendas en la capital onubense.

Viviendas en la capital onubense. / Josué Correa (Huelva)

Se vende vivienda en el centro de Huelva por 90.000 euros. Tras un anuncio como ese hay algo que está creciendo en los últimos años llamado Nuda propiedad, que consiste en una compra a bajo precio con la condición de que no se ocuparán hasta que muera el propietario.

La fórmula se extiende y hace que, por ejemplo, se pueda conseguir un piso en pleno centro de una capital de provincia con una rebaja que puede llegar hasta el 50 % del precio normal de estos inmuebles.

Solo hay que dar un pequeño vistazo a los buscadores de compraventa de viviendas para encontrar ofertas más que llamativas como la mencionada por poco más de 90.000 euros, con el condicionante de que el día de la firma ante el notario estarán el propietario y unos compradores que sólo entrarán en la casa cuando muera la persona que tiene delante en ese momento. Otra muestra es una casa en Mairena del Aljarafe por solo 20.000 euros, con la condición de pagar una renta vitalicia a su propietaria, de 91 años.

Para el agente inmobiliario Joaquín Caraballo, no hay un perfil concreto de las personas que se acogen a esta fórmula de venta, aunque sí señala que hay una “edad mínima” para hacerlo, que es la de 75 años, “y a partir de ahí, cuanta más edad tiene la persona que vende, más descuentos por la vivienda se pueden conseguir”.

Los padres de Marta, en Huelva, están en esta situación: “tienen 86 y 85 años, compraron su casa muy jóvenes por lo que hoy serían unos 10.000 euros, y ahora la venden por 80.000”. En este caso, explica, su motivación pasa por “vivir el resto de sus vidas sin preocupación de nada, y, de paso, ayudarnos a los tres hermanos en algunas cosas que tenemos que pagar”.

De hecho, igual que no hay un perfil del vendedor, no lo hay tampoco de sus motivaciones, “y nos encontramos a familias que no quieren que su madre se vaya de su casa, y con el dinero de la venta contratan una cuidadora, o padres que tienen a sus hijos con problemas graves de salud, o de adicciones, y que consiguen dinero para solventar este problema”.

En menor medida, hay desencuentros familiares que hacen que los propietarios de las viviendas no quieran dejar el inmueble como herencia “y al final, cada persona es un mundo, y las decisiones son muy personales en el sentido de lo que motiva a cada vendedor para acogerse a esto”.

Eso sí, los compradores se tienen que armar de una curiosa paciencia, porque “cuando están firmando la escritura, saben que el futuro de su vida en lo que se refiere a la casa en la que van a vivir pasa por la muerte de quien tienen delante”, una situación llamativa que, poco a poco, se va viendo con normalidad en las notarías.Los propietarios y el comprador tienen sus teléfonos, y desde la inmobiliaria se contacta con los vendedores una o dos veces al año, “además de que están avisados los hijos de los vendedores”.

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