Una catana en consulta, amenazas de muerte y hasta puñetazos: La lista negra de las agresiones a sanitarios de Huelva en lo que va de año
La violencia contra los profesionales de la sanidad se recrudece con dos ataques en las última semanas y cerca de una veintena de duras agresiones en el primer semestre
El 75% de los sanitarios agredidos son mujeres y ocho de cada diez ataques se producen en espacios sin vigilante de seguridad
Ocho de cada diez ataques a sanitarios en Huelva se producen cuando no había vigilante de seguridad
El puñetazo propinado a un médico en el centro de salud de San Juan del Puerto y, apenas cinco días después, las amenazas de muerte sufridas por una facultativa en La Palma del Condado reavivan la preocupación por la lacra de las agresiones al personal sanitario. Son solo dos de los varios ataques a profesionales del SAS registrados este año que, según el informe de la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales de los Distritos Huelva-Costa y Condado-Campiña, suben hasta cerca de la veintena en los dos primeros trimestres de 2025.
Una médica golpeada en la mano por un joven que irrumpió con una catana en el centro de salud de Isla Cristina en Nochevieja, dos enfermeras agredidas en las Urgencias de Cartaya por un paciente en estado de embriaguez o un médico atacado en Matalascañas durante una visita a domicilio el pasado junio son solo algunos de los profesionales que han sufrido la ira de pacientes o familiares mientras cumplían con su labor asistencial.
Sobre los ataques, hay ciertos patrones que se repiten, como el hecho de que la víctima sea normalmente mujer y médico. Prevención de Riesgos Laborales cifra en 16 los profesionales agredidos en el primer semestre del año, de los que una docena son mujeres; y nueve son facultativos. Igualmente, tales ataques son más habituales en consulta, aunque en cuatro casos se produjeron en Urgencias y en otros dos en visitas a domicilios.
El primer trimestre, de acuerdo al referido documento al que ha tenido acceso este periódico, concluyó con una agresión física y otras cinco verbales. La más grave la recibió una médica de Isla Cristina el día de Nochevieja, cuando un joven entró en el centro de salud con una catana con la intención de agredir a otro paciente que estaba siendo atendido por una herida en la ceja. Momento en el que el portador del arma blanca agredió verbalmente a todo el personal allí presente, dándole una patada a la puerta y golpeándole la mano a la profesional, a quien le provocó lesiones, según se extrae del informe.
Dos semanas después, una enfermera del centro de salud de El Torrejón en la capital fue amenazada por un paciente que demandaba atención fuera de la cita programada; y a finales de mes la víctima era una médica del centro de salud de Lepe que recibió amenazas contra su integridad por estar el agresor en desacuerdo con la misma.
Febrero contabilizó otros tres ataques verbales, según la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales. Un médico del centro de salud de Gibraleón fue increpado el día 12 por un usuario que llegó a consulta con actitud agresiva. Dio un puñetazo en la mesa y otro en el ordenador, teniendo que ser auxiliado el facultativo por sus compañeros y otros pacientes que se encontraban en la sala de espera. Unos días después sería un residente de tercer año del centro de salud de Adoratrices quien recibió insultos y coacciones en su consulta al no acceder a la petición de un usuario de darle la baja laboral. Le impidió la salida, bloqueando la puerta de la consulta junto a otros dos acompañantes.
Y solo una semana después una auxiliar del centro de salud de Los Rosales fue increpada con insultos y amenazas durante una visita a un domicilio porque había visitado la casa en anteriores ocasiones sin que el paciente se encontrara en la misma.
Las agresiones aumentaron en el segundo trimestre
El segundo trimestre de 2025 fue más cruento aún para los profesionales sanitarios, recibiendo siete de ellos agresiones verbales y otros tres físicas, de acuerdo a la información recogida en el informe de Prevención de Riesgos Laborales. El primer caso de ataque tuvo como agresor a un paciente del centro de salud de Los Rosales que demandaba una dosis de metadona fuera de horario a una enfermera que no era de su referencia, quien le indicó que no podía dársela por tal motivo. Acto seguido, comenzaron los insultos y las amenazas contra su integridad física, teniendo que intervenir la vigilante de seguridad del centro hasta que llegó la coordinadora. También en Los Rosales, dos semanas después, una médica y la vigilante de seguridad fueron insultadas y amenazadas por una usuaria que irrumpió en consulta exigiendo atención inmediata.
La primera agresión física del segundo trimestre tuvo lugar el 11 de mayo en las Urgencias de Cartaya, cuando un paciente agitado, en estado de embriaguez y en camilla, agredió a una enfermera con un puñetazo en la cara mientras se disponía a asistirle. También fue agredida la compañera que acudió en su ayuda.
Justo una semana después una enfermera de Adoratrices fue insultada con gritos "sin un motivo aparente" por una usuaria y sus familiares que se saltaron la cola en Urgencias. Los ataques verbales tuvieron un componente racista, según quedó recogido en el informe.
También en mayo recibieron agresiones verbales una médica de Lucena del Puerto al entender un paciente de salud mental que no satisfacía sus pretensiones, una enfermera del centro de salud de Isla Cristina que fue amenazada de muerte por un paciente que llegó tarde a una cita de extracciones -y por ello tener que aplazarse la misma-, y una médica de la Casa del Mar, a quien las hermanas de una paciente anterior le amenazaron diciendo "que rece porque a la hermana no le pase nada o se iba a enterar". A su vez, en el mismo mes, un celador de Cartaya fue atacado por un usuario que exigió una receta y no pudo ver cumplido su propósito, acabando el conflicto en un forcejeo entre ambos.
Las dos últimas agresiones del trimestre se produjeron en junio en Matalascañas. Por un lado, un médico recibió un golpe en la parte occipital en una visita a domicilio, lo que provocó que cayese al suelo y, por otro, una médica de Urgencias fue insultada por un paciente que exigía medicación inmediatamente.
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