“Estoy cansada de tener miedo”: el terrible caso de acoso sexual a una chica en Huelva
Una joven onubense denuncia cómo la acosan con mensajes, en la calle y han difundido imágenes suyas desnuda en internet
Hay más casos parecidos y cree que sabe quién es
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Fotos desnuda en una web pornográfica, asedio constante en Instagram, asaltos en plena calle y una sensación continua de ser observada. Siempre con miedo, dentro y fuera de Huelva, a ser atacada cualquier día. Es la historia de una chica onubense que lleva sufriendo acoso durante años y ahora ha querido hacerlo público: “Estoy cansada de tener miedo, de vivir en la sombra”. Su desgarrador testimonio pretende hacer frente a la vulnerabilidad que siente, y también evitar que esta sensación de “vida robada” siga en ella y otras personas como ella. Porque no está sola: hay otros 26 casos más parecidos al suyo en Huelva y va a por todas para que no se repita.
La víctima ha compartido con Huelva Información la historia del acoso que lleva atormentándola desde el año 2015. Asegura que está “cansada de tener miedo, de avergonzarme por si me pueden reconocer y de vivir en la sombra”, alejada de su tierra, siempre asustada por si su acosador “vuelve a aparecer o pueda atacarme”. Por eso, insiste, lo hace público ahora, mientras hay una investigación policial en marcha que espera le devuelva su vida.
Aunque la historia viene de lejos, de casi diez años atrás, ha sido en los últimos meses cuando se ha destapado. La primera vez que la víctima recibió señales directas de su acosador, asegura, “fue en julio del año pasado, a través de Instagram”. Tal y como relata a este periódico, entonces un chico le escribe mediante un perfil anónimo y comienza a amenazarla, a insultarla, a mandarle fotografías de sus genitales e incluso a perseguirla de manera diaria.
La joven onubense decidió denunciarlo ante la Policía Nacional y comienza así una investigación en la que se van esclareciendo, poco a poco, numerosos detalles que la llevan a darse cuenta de que, en realidad, la persecución a la que estaba sometida se remonta a nueve años atrás.
Descubre que todo comenzó en 2015, cuando el presunto acosador publica una foto de ella desnuda y la sube a plataformas digitales de contenido pornográfico para lucrarse con ello. La Policía Nacional localizó las imágenes de la onubense en portales de Rusia.
Pero, además, el sospechoso también las enviaba a contactos del entorno de la víctima para “ensuciar” su imagen “y luego las borraba”, asegura.
Cuenta a Huelva Información que sospecha que el presunto acosador “podría vivir de este tipo de delitos que no solo ha cometido con ella”.
Acoso constante por Instagram y la calle
La víctima descubrió que existen esas imágenes suyas desnuda en internet hace poco tiempo, cuando la Policía Nacional identificó un vídeo en la red que fue publicado en 2015. Sin embargo, pese a que no sabía de la existencia real de su acosador antes de 2023, sí reconoce haber vivido episodios en el pasado que la preocupaban y la confundían. Episodios que dice comprender ahora tras atar cabos, después de meses de conversaciones con la persona que la acosa (para mantener el contacto y que pudiera servir para su rastreo) y de las pruebas recabadas por el Grupo de Estafas Tecnológicas de Las Palmas de Gran Canaria, que investiga su caso tras poner allí la primera denuncia durante uno de sus viajes a las islas por motivos laborales. En la investigación está implicada también la Brigada Judicial de la Comisaría Provincial de Huelva, que trabaja estrechamente con su compañeros de Canarias.
La víctima se dedica profesionalmente al sector de la Informática y decidió mantener el contacto con su acosador cuando empezó a escribirle meses atrás, para que así dejara sus huellas en la red y poder delatarlo a la Policía Nacional.
Él le escribió por primera vez a través de Instagram en verano pasado, en julio de 2023, a través de un perfil anónimo. La amenazaba, le insultaba, le preguntaba cuánto cobra por mantener relaciones sexuales, le mandaba imágenes de sus genitales, le hacía saber que la tiene localizada, que sabe dónde vive, dónde trabaja, cómo le va en su negocio, así como otros detalles personales. Consiguió acceder a su correo personal, a su cuenta bancaria e incluso a su cuenta de Paypal.
Pero lo peor llegó después. Tras el primer contacto con mensajes privados de texto en redes sociales, empieza a recibir asaltos de varios individuos desconocidos cada vez que pasa por el centro de Huelva.
“Se sentaban a mi lado mientras tomaba café, me abordaban de imprevisto, incluso llegaron a tocarme el pelo y a mirarme de una manera extraña”. La víctima cree que la confundían con una prostituta, porque “probablemente hayan visto mis fotos desnuda en la red”, aunque solo son sospechas. Sin embargo, el acoso se hace cada cada vez más frecuente, sobre todo, cuando ella estaba en el centro de Huelva, que frecuentaba a diario porque tenía allí ubicada su oficina en una céntrica calle.
“Cada vez que ponía un pie en el centro, recibía mensajes diciéndome cómo iba vestida, dónde estaba y dándome detalles de todos los pasos que seguía. Posiblemente me tuviera geolocalizada”, cuenta.
Tras varios “ataques”, decide abandonar la oficina y trabajar desde casa, donde ha permanecido recluida durante varios meses “muerta de miedo”.
Fotos suyas desnuda
Pero el acoso va más allá y no solo la persecución se da en Huelva. También fuera de la Península. En uno de sus viajes a Gran Canaria, que visita de manera habitual por trabajo, recibe señales del mismo y entonces lo denuncia a la Policía el 16 de octubre de 2023. En el atestado ya recoge que el acosador, a través de Instagram, le envía fotografías de sus genitales con mensajes provocadores y le confiesa que ha publicado fotos suyas desnuda (donde se identifica su cara) en una página de contenido pornográfico.
Entre enero y marzo de este año la víctima decide quedarse en Canarias para “desconectar” mientras sigue avanzando la investigación, pero incluso allí nota la presencia de alguien extraño. De repente comienza a ver diariamente a un mismo chico frente a su ventana, día tras día.
“Llegaba por la mañana y permanecía frente a mi piso hasta al menos las siete de la tarde”. Poco después, la Policía Nacional confirma que el presunto acosador, la persona a la que estaban investigando, había sido localizada en un lugar cercano de la isla donde ella se ubicaba esos días.
Más casos con un colegio en común
A raíz de la investigación policial, la joven ha sabido que hay 26 personas más afectadas como ella y todas tienen una conexión directa con ella: estudiaron en el mismo colegio de Huelva.
“Todos somos de la misma promoción del mismo colegio”, asegura la víctima, que tiene sospechas de quién estaría detrás del acoso que sufre ella y posiblemente el que también afecta a antiguos compañeros de estudio.
Es por ello que cree que el presunto acosador puede ser un antiguo compañero de colegio, incluso de clase. Encajaría así en ese puzle formado por los otros 26 casos con mismo origen y desarrollo similar en sitios pornográficos de internet.
“Estudió conmigo. Estuvo en mi clase”, apunta. Asegura que hay indicios de que el mismo acosador “ha estado haciendo lo mismo todos estos años con los compañeros de mi promoción”. Por eso ahora quiere reunirse con todas las víctimas para conocer si el modus operandi usado con todos ha sido el mismo y conseguir poner fin a “este acoso por todos los frentes”. Quiere que se haga justicia y dejar de vivir con miedo. Mientras, asegura que el acosador “mantiene sus perfiles abiertos” y cree que “sigue en su casa como si nada”.
La onubense descubrió recientemente todos estos detalles. Decidió ponerse en contacto con él y decirle que sabe quién es y que no va a parar hasta desenmascararle. “Fue entonces cuando ya sí decidí desactivarme la cuenta de Instagram y dejar de tener contacto con él”, explica.
En estos momentos, la Brigada Judicial de la Policía Nacional de Huelva, en colaboración con la canaria, mantiene abierta la investigación. “Ahora solo espero que todo salga a la luz para pedir una orden de alejamiento”.
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