Un buen salario ya no basta

Liderazgo Inteligente

Hoy en día, el bienestar emocional, el sentido, la conciliación y la cultura de empresa pesan tanto como la nómina

En un contexto de mal clima laboral, un aumento de sueldo no es suficiente. 
En un contexto de mal clima laboral, un aumento de sueldo no es suficiente.  / M.G.
Lola Pelayo

Huelva, 16 de diciembre 2025 - 05:00

La rotación laboral ha dejado de ser un fenómeno puntual para convertirse en un síntoma estructural, y mucha más gente de la que imaginas están deseando cambiar de trabajo. Miles de personas, incluso con sueldos competitivos, optan por marcharse. ¿Por qué? Porque quedarse ya no depende sólo del sueldo, sino de cómo se vive el trabajo. Y los datos lo confirman.

Un estudio de agosto de 2024 de Personio, empresa europea especializada en soluciones de recursos humanos, señalaba que el 47 % de las personas trabajadoras en España estaba considerando dejar su empleo cuando mejore la economía. Es decir, casi la mitad del talento está “con un pie fuera”, y no necesariamente por dinero.

En marzo de este año, un informe de InfoJobs en colaboración con Esade ha revelado que un 28 % de las personas ocupadas en España ha sufrido problemas de salud mental derivados de su trabajo. El estrés, la sobrecarga y la falta de equilibrio entre la vida personal y laboral están entre las principales causas.

El pasado mes de abril, la plataforma Savia, impulsada por el grupo MAPFRE, ha presentado un informe en el que recoge que un 67 % de las personas trabajadoras en nuestro país desea que su empresa ofrezca servicios de bienestar.

Y hay más estudios, de todas las fechas y fuentes, que siguen confirmando que sigue en aumento la desconexión con el trabajo, la fatiga crónica o la falta de motivación como factores principales que explican el creciente absentismo laboral; y estudios que prueban empíricamente cómo las políticas de conciliación y apoyo al bienestar influyen de forma directa en la permanencia del talento y en la reducción de ese mismo absentismo. ¿A qué están esperando algunas empresas?

El equilibrio entre la vida personal y laboral es un valor intangible que deben cuidar tanto las personas como sus empresas.
El equilibrio entre la vida personal y laboral es un valor intangible que deben cuidar tanto las personas como sus empresas. / M.G.

Certezas probadas y propuestas de acción

  1. Un sueldo competitivo no compensa un mal clima laboral: el salario puede atraer, pero si el entorno es tóxico o indiferente, el talento se va.

Implementa una auditoría interna de clima laboral al menos una vez al año. Analiza los resultados y comunica los cambios que se harán en base a ello. Recuerda que lo importante no es solo preguntar, es demostrar que se escucha y se actúa.

  1. La salud mental se ha convertido en una variable crítica: no cuidarla tiene un coste humano y económico enorme.

Integra un protocolo real de prevención del estrés y fatiga emocional. Incluye formación básica para líderes en identificación de señales de desgaste, líneas de ayuda psicológica confidenciales y jornadas de desconexión real. Y lo más importante: preparar a tus líderes para predicar con el ejemplo.

  1. Conciliación y flexibilidad son esenciales: y cuando no se cumplen, las personas simplemente buscan otro lugar donde sí se respeten.

Establece políticas formales de flexibilidad horaria y trabajo híbrido, adaptadas a cada tipo de puesto. Respeta el derecho a la desconexión y evalúa el rendimiento por objetivos, no por horas de presencia. Cada hora que se regala sin sentido, resta lealtad.

  1. El propósito importa, y mucho: las organizaciones que articulan un propósito claro y lo conectan con el trabajo cotidiano generan mayor compromiso y sentido de pertenencia.

Trabaja el propósito organizacional no como un eslogan, sino como una conversación continua con tu gente. Inclúyelo en las reuniones de equipo, conecta tareas cotidianas con impacto social o con el cliente final, y reconoce los logros alineados con los valores. Las personas necesitan saber que lo que hacen sirve para algo más que facturar.

  1. El bienestar no es un extra, es una inversión estratégica: y no lo decimos solo quienes trabajamos en cultura organizacional. Los datos lo gritan: cuidar el bienestar impacta en la retención, el compromiso y la productividad.

Destina un presupuesto específico a bienestar y diseña acciones con criterio para la salud física, la emocional, la relacional y también la digital. No basta con poner una fruta en la cocina colectiva o llevarte al equipo a una comilona.

Retener talento en 2025 no ha consistido ya solo en subir sueldos sin más. En 2026, irá de crear culturas humanas, espacios de escucha y estructuras que permitan vivir el trabajo sin dejarse la salud. Y si no te lo crees, pregúntale a tus datos. O a tu equipo.

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