Huelva

Lo que la bajamar deja al descubierto en el muelle de la Rio Tinto

  • El cargadero es una gran estructura metálica que sufre el óxido en la parte sumergida en el agua de la Ría

Los días de paseo en la Ría son siempre encantadores. A pesar de que hayamos perdido la bajamar en el paseo, se ha convertido en un balcón del que carecía la ciudad, delante de la avenida del Decano. La bajar también se perdió junto al muelle cargadero de la Rio Tinto. La última actuación que se hizo de unión con el muelle de Levante le dejó sin esa bajamar, en la que poder acercarse al agua, al menos para meter los pies y refrescarse en un día caluroso.

Aspecto de deterioro de uno de los pilotos. Aspecto de deterioro de uno de los pilotos.

Aspecto de deterioro de uno de los pilotos.

A pesar de ello la bajamar en esos días de mareas vivas, de coeficientes que se salen de lo normal, de jornadas de luna llena, hace que las aguas de la Ría se muevan al ritmo de la naturaleza. Es entonces cuando lo mismo que vemos que el agua casi se desborda, contemplamos una vaciante que sorprende.

Ese es el momento en el que el muelle de la Rio Tinto descubre el pilotaje. La parte que está en agua se deja ver y es cuando surge la inquietud por el mantenimiento del mismo en esta zona que está en una erosión constante, al encontrarse sumergida en aguas salinas, que es el mayor enemigo para cualquier estructura metálica.

Se hace necesario, por tanto, ese mantenimiento que realizaba la todopoderosa compañía Rio Tinto Company Limited cuando el muelle estaba activo y en producción la mina. Ahora aunque sea solo un elemento de paseo, sin actividad de embarque del mineral no tiene esos deterioros, pero sí otros. En este caso el del óxido de su estructura, sin olvidar los escaramujos que se van adhiriendo al pilotaje y la estructura que está sumergida en el agua. Se ve, por ello, necesario un mantenimiento para garantizar el futuro.

Es el mismo que se hace necesario en la plataforma de madera, que al no estar ahora embreada, sin ser tampoco maderas de gran calidad como los tablones usados por la RTC, el deterioro es más alto y frecuente y obliga al Ayuntamiento de Huelva a realizar la reposición de las mismas como hasta no hace mucho.

Lo que tampoco hay que olvidar es el mal uso que hagan quienes acuden al muelle, no solo para el paseo sino para la actividad de pesca deportiva. Así que se hace necesario un uso responsable del mismo. No ensuciar porque a veces el aspecto que tiene es lamentable y en eso sí que no tiene culpa el Ayuntamiento, solo la mala educación.

Se trata de una estructura única con diseño de George Barclay Bruce, realizado por la empresa John Dixon & Company de Inglaterra con sus 1.165 metros operativa en 1876 hasta 1975, siendo embarcados en ese tiempo 130 millones de toneladas del mineral, casi todo el corazón de nuestras minas. Hoy su restauración es la que es, perdió parte de su potente estructura, aunque todavía nos siga sorprendiendo y encantando como su brazo que se introduce en la Ría.

Una estructura única con diseño de George Barclay Bruce, de 1876

Restauración realizada en periodos distintos, con sendas placas conmemorativas en su estructura. Una de ellas parece como borrada con ácido, no se lee nada. La otra, es de bronce y se mantiene inalterable con las letras en relieve. No estaría tampoco mal que se diera un repaso y las dos tenga la misma importancia, o se retiren ambas.

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