El aroma cofrade llega a los hornos

La tradicional torta de Pascua se convierte en protagonista de la repostería durante la Semana Santal tradición La receta se ha ido transmitiendo con el paso de los siglos de forma oral entre padres e hijos.

Algunas vecinas de Cartaya se esmeran en la elaboración de la torta de Pascua.
Jordi Landero / Cartaya

03 de abril 2012 - 01:00

Como todos los años, numerosos cartayeros se reúnen por estas fechas en torno a la elaboración de una de las principales delicias culinarias de carácter eminentemente cofrade de nuestra provincia. Sin lugar a dudas, estamos hablando de la tradicional torta de Pascua cartayera.

No obstante, el número de familias que en Semana Santa dedican buena parte de su tiempo libre a estas labores ha decrecido bastante en los últimos años por eso de la modernidad, la falta de tiempo de los más jóvenes y, en definitiva, porque es mucho más cómodo y rápido acudir a una de las numerosas panaderías de la localidad que las venden ya hechas. De todas formas, lo que sí es cierto es que la degustación de este típico dulce artesano marca un año más el inicio de la Semana Mayor de este municipio costero, otorgándole a tan señaladas fechas un importante componente gastronómico. Y es que la conocida popularmente como torta de pascua cartayera, de procedencia inmemorial, cuya receta se ha ido transmitiendo con el paso de los siglos de forma oral entre padres e hijos, es una verdadera delicatessen de la repostería onubense.

Frente a otros muchos dulces típicos que se elaboran durante la Semana Santa en nuestra provincia, este tradicional dulce ha sabido preservar una inquebrantable receta que hace de ella una joya culinaria única cuyo sabor, aroma, y hasta incluso textura, hablan por sí solos. Es una receta bien sencilla que se vale fundamentalmente de aquellos productos que los cartayeros tradicionalmente han cultivado en sus fértiles tierras como los limones el aceite, las almendras o la cidra, entre otros.

Por otra parte, y aunque cada familia siempre se ha distinguido por dar a la torta de Pascua su particular toque, básicamente se elabora extendiendo inicialmente en una bandeja masa de pan con aceite de oliva y un poquito de azúcar, sobre lo que se añade un chorrito de aceite, ralladura de limón, canela molida y una pizca de azúcar. A continuación, se recubre todo con una capa de dulce de cidra cocida y elaborada artesanalmente también en casa, para finalmente añadir sobre todo lo anterior almendra molida y la conocida cobertura de clarificado, que no es más que una mezcla de huevo batido con aceite y otra pizca de azúcar. La cocción en el horno dura aproximadamente una hora a una temperatura media de 180 grados centígrados.

Esta sabrosa costumbre se ha venido elaborando tradicionalmente por parte de los ciudadanos a título particular ya que se reunían por familias enteras los días previos a la Semana Santa para proceder a lo que era ya casi como un rito: elaborar la cidra, hacer la masa, pelar y moler las almendras, rallar el limón, preparar el clarificado y finalmente acudir a los hornos de las panaderías a cocer definitivamente las tortas.

"No obstante, -según algunos de los panaderos de la localidad- las cosas han cambiado mucho en los últimos años y cada vez viene menos gente a elaborar sus propias tortas, prefiriendo comprar las que nosotros hacemos, sobre todo por tiempo y comodidad". Según estos profesionales, "todo va demasiado deprisa" e inciden en el proceso de globalización que está sufriendo la torta "ya que cada año nos las encargan desde sitios más remotos". De esta forma, una de las panaderías del municipio recibe pedidos de torta de Pascua desde Argentina, Inglaterra e incluso Australia.

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