Psicología y Salud: ¿Por qué nos afecta tanto la primavera?

La llegada de la primavera supone aumento de luz y las temperaturas también suben, esto produce en nuestro cuerpo un cambio brusco, ya que venimos de la oscuridad del invierno con otras temperaturas. Este cambio brusco a veces nos puede suponer un cambio de hormonas y esto nos hace que este proceso de adaptación al cambio físico nos puede resultar más difícil.

Es cierto, y sobre todo en países donde hay mucho sol y buen tiempo está claro que el clima influye en el estado de ánimo. Hay muchos pacientes que vienen a la consulta que dicen: “hoy estoy me encuentro de bajón, estoy como el día que está nublado". A muchos nos afecta tanto los días que llueve mucho o la llegada del calor.

Y es en este cambio de estación donde aparece la famosa astenia primaveral, que es cuando tenemos esta sensación de cansancio, tanto física como psicológica y esa falta de fuerzas y de ganas de hacer cosas, es como se conoce este término. Los psicólogos coinciden en señalar que esta astenia primaveral lo que supone es un cambio de humor y, sobre todo, afecta al sueño.

Muchas personas confunden la astenia primaveral, que como hemos dicho antes es apatía y un poco de cansancio, con un proceso patológico cómo es la depresión.

Uno de los efectos que produce la astenia primaveral es la fatiga o cansancio, dado que dormimos mal, estamos todo el día cansado y estamos con falta de energía y con mucho sueño. El aumento de las horas de luz disminuye la producción de melatonina que es la que regula nuestro ciclo de sueño, estado de ánimo, sexualidad y el apetito.

Otro efecto que se produce el llegar la primavera es la irritabilidad, un estado de malhumor que también aparece como consecuencia del cansancio. Asimismo, hay alteraciones en el estado de ánimo, parece que es una montaña rusa, ya que a mitad del día estamos mucho más cansados que antes. De ahí que la apatía y la tristeza se suelan manifestar también mucho en este cambio de estación.

También cabe destacar las dificultades de concentración, pues al estar más cansados, nos cuesta más trabajo realizar cualquier actividad de una manera mantenida.

Igualmente, efectos más físicos también que vemos son la caída del pelo, se reduce el apetito sexual y los cambios de apetito.

No a todo el mundo le afecta igual la el cambio de estación la primavera. Hay personas que les encanta y se sienten más contentas por el hecho, simplemente, de la subida de temperaturas. Es cierto que hay una gran parte de la población que sufre estos estos cambios a nivel psicológico.

Además, añadimos que se acerca el verano y se acerca el momento de poner en marcha la famosa operación bikini y aparecen las presiones a la hora de hacer más deporte y por comer menos. Se les añaden a estas circunstancias el cansancio y los cambios de apetito. Todas estas presiones a lo que dan lugar es a un aumento de ansiedad.

Esta astenia primaveral no suele durar más de dos semanas, ya que esto es lo que suele sufrir el cuerpo con los cambios de luz, temperatura, temperatura y presión atmosférica, pero el cuerpo se adapta. Los casos que más se suelen alargar son aquellos con personas que tengan alergias, y esto les supone mucha más alteración a la hora de dormir y la irritabilidad en el día a día.

Lo que podemos hacer para llevar esta adaptación al cambio de estación

Podemos intentar acostarnos pronto, ya que tenemos que intentar que poco a poco volvamos a dormir entre las siete y ocho horas que hacíamos antes. Si puedes echarte una pequeña siestecita de 20 o 30 minutos hazlo también.

Come todo lo más sano posible, con una dieta que sea equilibrada y añade los frutos secos, las legumbres, toda la fibra y las frutas tan ricas propias de esta época.

También puedes realizar ejercicio, sobre todo en horas que no haga calor. Da igual el tipo, el ejercicio que disfrutes, aunque sea ir a caminar o dar un paseo siempre con moderación; ya que sabemos que si empezamos muy fuerte sin estar acostumbrados luego vienen las lesiones.

La parte más beneficiosa de la primavera después de pasar las dos semanas de astenia primaveral es que favorece la secreción de vitamina D, serotonina, dopamina y oxitocina. Estas sustancias nos ayudan a mejorar el estado de ánimo al disponer de más horas de luz, más tiempo para poder realizar actividades diferentes, al aire libre y con mayor contacto social.