"Me costó adaptarme, pero en Huelva he hecho mis mejores amigos"

Llegó a Huelva hace cinco años y ahora tiene el doble, diez. Carla Michelle se sintió bien cuando llegó a la capital onubense, "pero también triste por dejar a mis abuelos, a mis primos y a mis amigos en Ecuador".

Vivía en Ambato, la capital de la provincia de Tungurahua -en el centro del Ecuador-, hasta que su madre y ella decidieron trasladarse a España para "reunirnos con mi padre; yo estaba muy triste porque él y mis tíos se habían venido acá y lo echaba mucho de menos". Su progenitor comenzó a trabajar en la ciudad de Huelva "cuidando de un enfermo, aunque ahora reparte la prensa por los quioscos y mi mamá trabaja en el colegio dando el curso de Cultura Materna de Sudamérica".

Al principio, cuando comenzó a acudir a clase en el colegio Príncipe de España, "me costó un poco adaptarme y hacer amigos nuevos".

A día de hoy le encanta jugar con los compañeros del cole, "porque aquí he hecho mis mejores amigos y me lo paso muy bien con ellos". Carla explica que "nunca he sentido el rechazo de la gente, siempre me han tratado como a una niña más".

De la escuela, "lo que más me gusta es dar Lengua y soy muy buena estudiante". Cuenta con orgullo que "la maestra, al final de cada trimestre, da un diploma a los mejores alumnos y una amiga mía y yo ya hemos recibido bastantes".

La última vez que viajó al país ecuatoriano fue el pasado 16 de febrero y regresó un mes más tarde, el 26 de marzo. Aún así, no ha perdido comba en las asignaturas y se ha puesto al día rápidamente. Dentro de unos años, cuando vaya a la universidad, a esta pequeña y aplicadísima estudiante le gustaría ser periodista. Eso sí, se ha quedado muy apenada "porque he vuelto a ver a mi familia allá y me he encariñado mucho con ellos".

Carla Michelle tiene el corazón dividido entre Ecuador y España. Su vida está aquí, pero en su país ha dejado a sus seres más queridos. Además, "mi madre quiere volver a Ecuador, pero mi padre quiere quedarse, él está aquí muy contento".