Huelva de ayer a hoy

La Virgen de la Cinta en la parroquia de San Pedro

  • La capilla cumple cien años, diseñada por el arquitecto José María Pérez Carasa

  • El azulejo reproduce al mismo tamaño la pintura mural de la Patrona y se realizó en Bélgica

Detalle de la capilla d ela Virgen de la Cinta en San Pedro.

Detalle de la capilla d ela Virgen de la Cinta en San Pedro.

Como todas las festividades religiosas tienen su octava, en este domingo volvemos a hablar de la Virgen de la Cinta entorno a su solemnidad y a su presencia en toda la ciudad. El rector del santuario, Andrés Vázquez, en su fervorín de despedida a la recogida del paso, decía que la Virgen de la Cinta no se quedaba solo en su ermita sino que regresaba a todas las casas en el corazón de cada uno.

Cierto es que la Virgen de la Cinta está presente en la ciudad, representada principalmente en azulejos de la devoción privada en sus casas, pero igualmente en las parroquias. Destaca por su significación y belleza el de la parroquia mayor de San Pedro.

Capilla de la Patrona de Huelva en la parroquia mayor de San Pedro. Capilla de la Patrona de Huelva en la parroquia mayor de San Pedro.

Capilla de la Patrona de Huelva en la parroquia mayor de San Pedro. / Eduardo Sugrañes

El santuario de Nuestra Señora de la Cinta perteneció históricamente a la parroquia de San Pedro, lo que llevó a mantener un vínculo muy especial celebrándose aquí la mayoría de las veces su novena, aunque últimamente tenga lugar en otros templos.

La última vez que la Virgen de la Cinta visitó este templo fue en 2015, en el 75 aniversario del fallecimiento de San Manuel González y en el año antes de su canonización.

Su presencia continúa permanente en el santuario en esa petición de: ¡Madre que no nos casemos! Una jaculatoria al esfuerzo y a no desfallecer.

Una visita a la parroquia de San Pedro ante la capilla de la Virgen de la Cinta. Una visita a la parroquia de San Pedro ante la capilla de la Virgen de la Cinta.

Una visita a la parroquia de San Pedro ante la capilla de la Virgen de la Cinta. / alberto dominguez

Ahora se cumplen cien años desde que se erigió la nueva capilla de la Virgen de la Cinta en un lugar tan preeminente de la iglesia como es en la cabecera de la nave de la epístola. Se sustituía así el retablo que se encontraba en otro lugar de la iglesia, que era muy sencillo, en mal estado y con una imagen poco agraciada en cartón piedra.

Ahora se encarga un artístico azulejo en Bélgica; el diseño de la capilla y su retablo neomudejar es del arquitecto José María Pérez Carasa.

Detalle de la imagen de la Virgen de la Cinta. Detalle de la imagen de la Virgen de la Cinta.

Detalle de la imagen de la Virgen de la Cinta. / Eduardo Sugrañes

La prensa recoge la solemnidad en la inauguración que presidió el párroco Julio Guzmán, que en esos años se preocupó de la mejora del templo. Durante la misa cantaron varios motetes el señor Castañón y el bajo señor Mancheño, acompañado de un tercio dirigido por el maestro señor Hernández. La buena acogida lo dice la reseña de la prensa: “Terminada la misa, comulgaron los fieles en el mismo altar resultando el acto tan solemne como conmovedor”.

Un retablo mudéjar

En este templo mudéjar predominan los retablos barrocos. Sin embargo el párroco Julio Guzmán recupera el estilo primero del templo para la capilla de Nuestra Señora de la Cinta. Para ello cuenta con el afamado arquitecto José María Pérez Carasa, que sería quien pensara en este diseño.

Bóveda y remate del altar en la capilla de la epístola. Bóveda y remate del altar en la capilla de la epístola.

Bóveda y remate del altar en la capilla de la epístola.

Sin duda diferente y más duradero, tanto es así que logró salvarse del asalto a la parroquia producdio en julio de 1936, en el inicio de la Guerra Civil.

El altar sigue sorprendiendo en la actualidad por su belleza, lo ejecutó el maestro albañil Aurelio Muñoz con quien trabajaron los peones Baez yToscano, como destaca Julio Guzmán en el boletín parroquial para elogiarle y decir que habría trabajado bien para el Califato de Córdoba o de los Boabdiles de Granada.

Algo más de mil pesetas

El azulejo de Nuestra Señora de la Cinta costó 1.081 pesetas (de las de entonces, como se dice). Así lo recoge el boletín parroquial en el que se detalla también que los candelabrios, faroles y jarras sumaron 1.981 pesetas, las puertas a la sacristía, 286 y su talaldo 325; las placas de azulejos, 333, las enjuntas de yeso, 333, la isntalación eléctrica 138 y el traslado del altar de la Virgen de los Reyes 204, ya que este de la Virgen de la Cinta viene a ocupar su lugar.

Detalles en la puerta de acceso a la sacristía. Detalles en la puerta de acceso a la sacristía.

Detalles en la puerta de acceso a la sacristía. / Eduardo Sugrañes

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