Urbanismo multa al dueño del Colegio de Ferroviarios por abandonar el patrimonio

La sanción de 870 euros puede multiplicarse por diez si siguen sin hacerse obras de seguridad y conservación en el edificio catalogado El Ayuntamiento lleva casi dos años de avisos

Estado de deterioro que presenta la fachada trasera del edificio, después de incendios y varios incidentes.
Inma Gallego Huelva

07 de diciembre 2013 - 01:00

En la inercia del abandono, el caserón de la avenida de Italia se asemeja cada vez más al espectro de la arquitectura regionalista que en 1930 lo alumbrase como Colegio de Ferroviarios.

Se cumple ahora un año desde que los propietarios de este edificio catalogado, tras siete meses de requerimientos municipales, hicieran una primera intervención para adecentar la parcela que había devenido en un foco de insalubridad en pleno centro de la ciudad. La limpieza, poda y retirada de maleza fue la primera y última actuación. Estos doce meses han pasado en blanco sin que la sociedad titular del inmueble, Hacienda la Galana SL, afincada en Sevilla, haya ejecutado el resto de obras a las que les apremiaba el Ayuntamiento para garantizar la seguridad y conservación del edificio.

Un valioso legado histórico, en manos de la propiedad privada, se deja morir de pura inanición. Todo pese a que el Consistorio ha abierto ya un procedimiento sancionador que supone la imposición de hasta diez multas coercitivas con periodicidad mínima mensual.

Como informaron a este periódico desde la Concejalía de Desarrollo Urbano, que encabeza el teniente de alcalde Francisco Moro, la semana pasada se publicó en Boletín Oficial de la Provincia (BOP) "la correspondiente multa coercitiva. La imposibilidad de realizar las notificaciones está retrasando este asunto -explican-, ya que cada decisión o medida adoptada por el Ayuntamiento debe ser publicada en el BOP, tras los pertinentes intentos fallidos de notificación. Tras el incumplimiento de la orden de ejecución dictada por el Ayuntamiento de Huelva, la LOUA prevé la imposición de hasta diez multas coercitivas, por valor máximo, cada una de ellas, del 10% del coste estimado de las actuaciones ordenadas. Se trata de un dotacional privado y edificio catalogado -recuerdan-. Sobre su futuro, en el Ayuntamiento no se ha presentado ni se ha consultado sobre ningún proyecto para licencia de obras".

Imponiendo una multa de 870 euros (el expediente sancionador podrá llegar, por tanto, hasta los 8.700 euros), la notificación publicada en el BOP el pasado 26 de noviembre daba de plazo hasta el próximo 11 de diciembre para que los sancionados se presenten en el departamento de Disciplina Urbanística ante "el incumplimiento de la orden de ejecución dada de revisión y, en su caso, reparación o eliminación de los elementos de fachada y cubierta con peligro de caída a la vía pública, limpieza de vegetación y chatarra existentes en los patios delantero y trasero y cerramiento de accesos al inmueble impidiendo el paso de personas en el edificio sitio en la avenida de Italia número 34 en el plazo de 5 días, por motivos de seguridad, salubridad y ornato público".

El decreto publicado reitera a Hacienda La Galana SL la orden de ejecución, "apercibiéndole de que, en caso de incumplimiento de los ordenado, se le podrán imponer" ahora, puesta ya la primera sanción, "hasta nueve multas coercitivas [...], sin perjuicio de la ejecución subsidiaria de las obras a costa del obligado".

Ya hace un año, cuando se acometieron los trabajos de limpieza, el Consistorio temía que el resto de los requerimientos quedaran sin ejecutar alegando la propiedad "que no podían cumplir la orden porque tenían un okupa en el edificio", indicaron desde el Ayuntamiento. Sin embargo, para que el Consistorio hubiera prorrogado el plazo de la orden, los titulares tenían que haber presentado documentación "que acredite que han empezado a tramitar en los juzgados una orden de desalojo".

Hace ya una década que el edificio cerró sus puertas como Colegio San José de Calasanz. Un camuflado hito de la arquitectura que diseñó en 1929 Francisco Alonso Martínez. La antigua Escuela de Ferroviarios fue construida un año después en una parcela de 2.500 metros cuadrados en lo que era una zona de marismas, en el paraje conocido como Puerto Deportivo. Los terrenos fueron cedidos por la Autoridad Portuaria de Huelva a la Asociación de Empleados y Obreros de los Ferrocarriles.

Se trata de un edificio de planta trapezoidal, de dos pisos de altura, con elevaciones en las alas y trazas del estilo regionalista y racionalista.

En los últimos años se planteó su reencarnación como residencia de mayores, centro deportivo, palacio de congresos, como sede de la Fundación Laboral de la Construcción y, por último, como clínica privada. Todo ha quedado en un naufragio y la crisis no ha hecho sino empañar estas perspectivas.

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