La misma sede, los mismos protagonistas pero un ambiente diferente al de pasado mes de abril y eso que hubo disputa casi hasta el último minuto para ver si Unidas Podemos (UP) retenía su escaño o se convertía en el tercero del PSOE.Sin embargo, no se percibió en momento alguno, la esperanza o el optimismo que en abril se respiraba en la sede de la Plaza Noria del Palmarate, la única de los grandes partidos de la provincia que se encuentra fuera de la zona centro.

Con la imagen de La Sexta dominando la atención de buena parte de los allí presentes –también en menor número que en abril– , ésta se fue difuminando con un goteo continuo de interventores, apoderados y simpatizantes que poco a poco, se fueron acercando hasta la sede de UP. Con la lógica y continua atención a los resultados que se iban haciendo cada vez más definitivos, los militantes y simpatizantes veían esa evolución con una buena dosis de resignación, sabedores de que sus malos augurios respecto a lo que podía significar esta nueva convocatoria electoral para esta formación, y en concreto en el caso onubense, se iban a cumplir.

Esto no quitó que hubiera momentos de emoción para saber si Unidas Podemos conseguiría arrebatar al PSOE su tercer escaño. Los datos daban opciones para pensar en ello. El avance del recuento suponía un auténtico diente de sierra aunque los socialistas siempre estaban por encima. Si a las 21:50, el diputado de UP se encontraba a 880 votos del tercero del PSOE, a las 22:30 la distancia se había acortado hasta los 292. A partir de ahí ya parecía insalvable ese gap debido a que el final del escrutinio se acercaba con rapidez y con ello se acortaban las esperanzas cuando se estabilizó en torno a los 250 votos de diferencia.

Sin embargo, llamaba la atención esa ligera ilusión por obtener el escaño comparándose con la guerra de nervios que se vivió la noche del 28 de abril cuando la competición era contra Vox. Una suerte de resignación se vivió anoche desde bien pronto en esta sede aunque los ánimos hacia los candidatos no desaparecieron en ningún momento en la minimalista sede de UP.

Desde el principio, estaban en la sede el cabeza de la lista al Congreso, Alejandro García junto al resto de los integrantes de la candidatura que presentaba UP. Con ellos, el coordinador provincial de Izquierda Unida, Rafael Sánchez Rufo. Poco a poco fueron llegando otros responsables actuales de esta formación en otras instituciones, así como otros militantes que en su momento también ejercieron cargos. Esos fueron los casos de Jesús Amador, Mónica Rossi, Francisco Barba o María Villaverde. Eso sin contar un buen número de gente joven. Todos ellos dedicaron un cerrado aplauso a Alejandro García cuando pasadas algo las 23:00, salió de su despacho para dirigirse a los allí presentes. Tal y como ocurrió en abril su intervención fue justo después de la que realizara Pablo Iglesias.

Visiblemente afectado, el efímero diputado lanzó un mensaje de ánimo:“No nos podemos hundir y tenemos que seguir siendo fuertes”. García añadió que estas elecciones han sido “una oportunidad para que la extrema derecha haya entrado en Huelva con un candidato que se ha dedicado a hacer turismo por toda la provincia”. El candidato de Unidas Podemos lamentó igualmente, que en esta campaña se han quedado excluidos del debate, los problemas de Huelva y lanzó un mensaje a todos los asistentes para seguir llevando el discurso político a los asuntos que afectan a los ciudadanos.

Lo cierto es que Unidas Podemos no ha podido mantener su representación onubense que alcanzó en 2016 y mantuvo el pasado mes de abril. Otra cosa que se tendrán que mirar es la pérdida de votos que en tan solo tres años ha sido de 10.000. La mayor parte de los allí presentes tenían muy claro que la convocatoria de estas elecciones había sido un tremendo error de Pedro Sánchez que perjudicará al país. Incluso alguno sugería que sería momento de que la cúpula a nivel estatal se planteara su permanencia.

Alejandro García.