Huelva

Trabajo y corazón: señas del Banco de Alimentos de Huelva

  • Desde hace unos años esta institución onubense vive en constante evolución

  • La pandemia ha cambiado la forma de actuar pero no el espíritu de sus voluntarios

Interior del almacén de alimentos perecederos del Banco de Alimentos de Huelva.

Interior del almacén de alimentos perecederos del Banco de Alimentos de Huelva. / Raquel Gutiérrez (Huelva)

Una de las asociaciones más representativas de Huelva es su Banco de Alimentos (BAH). Desde que entrara en funcionamiento hace 22 años de forma parte de los 54 Bancos que existe en España y de los más 260 que se extienden por el continente europeo. Fue declarada de Utilidad Pública en octubre de 2013 y acreditada por Fundación Lealtad en 2016 como Asociación que cumple los principios de transparencia y calidad en su gestión.

Su misión básica no es otra que conseguir alimentos gratis para repartirlos así de la misma manera. Pero no directamente a personas en situación de vulnerabilidad, si no, siempre, a entidades benéficas que tengan entre sus misiones la caridad a través de la entrega de alimentos. Junto a esta misión se encuentra otro objetivo, otra es evitar el despilfarro, mediante charlasen colegios o acciones conjuntas con centros comerciales. Labor en la que aún queda mucho trabajo por hacer

Por ello, los bancos no se deben transformar en empresas, aunque su estructura recuerde a una. Y no es para menos. El volumen de alimentos y personas que mueve es repartido entre diferentes departamentos como son secretaría, entidades, coordinadores de tiendas y almacén. El “corazón” del banco, tal y como lo describe su presidente, Juan Manuel Díaz Cabrera, donde se concentra la parte más importante la actividad.

El almacén es el dinamizador de los repartos. Todos los alimentos terminan ahí, vengan de donde vengan. Tras la recepción, y su posterior clasificación, se planifica las entradas y salidas. Los alimentos perecederos, como las frutas, salen cada 15 días. “ Nosotros somos intermediarios. Tal como recibimos la comida la repartimos”.

Pero “el corazón tiene venas y arterias que somos los que apoyamos. Pero aquí está la clave”. Los producen que ese corazón se muevan son los voluntarios.

El banco debe ser llevado mayoritariamente por voluntarios, y son los propios voluntarios que sin contar con recursos propios del Banco, logran su funcionamiento autónomo. Son, sin duda, el motor que mueve todos los engranajes del reloj.

De ello se encargan personas como Miguel, José Luis o Andrés. El perfil de los voluntarios es muy diverso. Desde los más jóvenes hasta personas menos nuevas. Aunque este último es el perfil más habitual. Personas que tras su jubilación buscan un lugar en el que invertir su tiempo. Mayores en edad pero no en espíritu que quieren devolverle a la sociedad un trocito de todo lo que les ha dado durante tantos años.

Para José Luis su jubilación fue un parón en seco que le hizo preguntarse, ¿y ahora que?, “aquí buscamos aprovechar el tiempo. Esto te forma humanamente y te da muchas satisfacciones por que te sientes útil, además encuentras buenos amigos”

Ese sentimiento de utilidad es común para todos los voluntarios. No es para menos, con el trabajo que hay, en el BAH no se para ni en verano.

Mediante las tres vías diferentes que existen se alcanzó el pasado año los 3.468.944 kilogramos. Estas tres vías son el excedentes de Frutas y Hortalizas de Empresas y Cooperativas de España, subvenciones de programas de ayuda de la Unión Europea y el tercer canal son las donaciones.

Esta primera forma de obtener productos perecederos se realiza a través de la organización OPFH. Las empresas realizan una estimación anual sobre lo que producirán en el año y las ventas que realizarán. En su mayoría no llegarán a conseguir la venta de la totalidad de la producción, creándose excedentes agrícolas. Este producto, tras los procesos necesarios y la intervención del Ministerio de Agricultura, queda a disposición de los Bancos de Alimentos y otras entidades, en función de la época del año y del cupo que se solicite. La relación entre el BAH y las empresas hortofrutícolas es constante, recibiendo entre 2 y 3 camiones con más de 50.000 kilos por quincena.

Juan Manuel Díaz Cabrera, presidente del Banco de Alimentos, junto a los voluntarios. Juan Manuel Díaz Cabrera, presidente del Banco de Alimentos, junto a los voluntarios.

Juan Manuel Díaz Cabrera, presidente del Banco de Alimentos, junto a los voluntarios. / Raquel Gutiérrez (Huelva)

Otro camino para conseguir alimentos es mediante el FEAD, ‘Plan de Ayuda para las personas más desfavorecidas, “los alimentos de Europa”, según el presidente del BAH. Se trata de una ayuda de 90 millones de euros al año para España, que se divide a partes iguales entre Cruz Roja y los Bancos de Alimentos y que gestiona el FEGA , Fondo Español de Garantías Agrarias, entidad perteneciente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación , transformándolos en alimentos, que los distribuye posteriormente en 3 lotes cada cuatrimestre con un total de 700.000 kilos al año.

La tercera vía, la más vistosa, la más reconocida: las donaciones privadas. Esto es la Operación Kilo y La Gran Recogida. Debido a la pandemia estas recogidas de alimentos en supermercados no se pudieron realizar, al no poder llevar voluntarios a las tiendas de forma presencial, como se venía haciendo hasta la fecha, siendo sustituidas por donaciones económicas, aumentando las donaciones. Juan Manuel lo describe como “una explosión de éxito. Se obtuvieron unas cantidades muy importantes tanto en dinero como en especies y eso hizo que subiera el ratio”.

Se consiguió, solo a través de esta vía, casi 1 millón y medio de kilogramos. Pero la tendencia no ha continuado en este curso, para el presidente “este año la explosión del año pasado ha sido un ruidillo, una implosión. Hay que hacer un llamamiento por que nos guste o no aunque parezca que ha cambiado las necesidades del banco, no han cambiado. Los beneficiarios siguen siendo los mismos , y conforme tengamos menos kilos, el numero de kilos-persona-año baja, reciben menos. La gente sigue teniendo necesidad. Esto no ha acabado, y seguimos necesitando ayuda”.

Desde que comenzó la pandemia en Huelva ha subido un 20% el número de beneficiarios, sumando cerca de 16.000 beneficiarios en la provincia. Por ello desde el BAH buscan remontar las malas cifras de donaciones económicas de esta primavera tras la Gran Recogida, “en nuestra pagina web hay una ventana que siempre esta abierta para las donaciones, y al igual que lo hicieron el año pasado lo necesitamos este año”.

Pero los voluntarios volverán a salir a la calle, el presidente de la entidad lo tiene muy claro “El cartel no funciona. La presencia del voluntario es fundamental por tanto tenemos que hacer una especie de reconversión. Llevamos más de un año sin usar el voluntariado y tenemos que volver a ponerlo en marcha. Necesitamos 2.000 personas para todas las tiendas”.

Desde 2018 el banco se encuentra en un periodo de evolución hacia la integración social

La actualidad del BAH es esa pero el futuro es otro. La inserción social comienza a coger peso en las estrategias del Banco. Desde 2018 el banco se encuentra en un periodo de evolución y diversificación de las actividades, ya que hasta el momento solo se habían dedicado al reparto de alimentos. Desde Europa la línea a seguir es que poco a poco los alimentos comiencen a ir a menos y que las labores de inserción social tomen las riendas, pero sin dejar de lado su labor principal: el reparto de alimentos.

Este año, tras recibir la subvención del “0,7% del IRPF”, tal y como la llaman ellos, se pusieron manos a la obra en un nuevo proyecto. 3 cursos, con personas beneficiarias de las entidades, en el primer semestre del año de carnicero, pescadero y apoyo domestico. Un éxito. Un total del 40% de los alumnos fueron contratados. La mirada es hacia el futuro, “la idea de los bancos europeos es, ahora, no es solamente dar peces sino enseñar a pescar. Para el 2022 va ser así, va haber menos dinero para alimentos y más para inserción”. En septiembre, comenzará un nuevo curso de apoyo domestico, del cual todos los alumnos consiguieron un empleo. Más inversión, más empleo y más formación, a la larga esa es la formula.

Las entidades benéficas: el destino de las donaciones

El Banco de Alimentos de Huelva es un intermediario entre los alimentos que recibe y las 90 entidades a las que suministran que hay suman 16.000 beneficiarios en toda la provincia.

Este número de beneficiarios, escogidos según sus necesidades, sirve para asignar el número de kilos correspondiente a cada entidad, repartiéndose los alimentos de forma proporcional. Cada entidad proporciona un número de beneficiarios al ayuntamiento, quien a través de un asistente social define si es merecedora de recibir alimentos dependiendo de variables como cuantas personas forman una familia, los ingresos, la capacidad de compra... Si finalmente se decide que estas personas precisan alimentos, se comunica a el BAH para que puedan recibirlos. Entre estas entidades se encuentran Cruz Roja, la Asociación Arrabales, diversos Ayuntamientos o la Asociación Amia

Esta última presidida por Fátima Ezzohayry y su marido, “desde la asociación queremos agradecer al Banco de Alimentos por toda la ayuda que recibimos, gracias a ello podemos dar alimento a mujeres migrantes que la necesitan”. Con 300 beneficiarios el BAH envía tanto productos perecederos como no perecederos, con los que en la asociación realizan lotes que más tarde reparten a sus beneficiarios.

Otro de estos beneficios es la asociación Arrabales, que cuenta actualmente con 20 beneficiarios, lleva trabajando con el BAH desde sus inicios, proporcionando este último toda la comida que se usa para el comedor, tanto perecederos como no perecederos.

Los beneficiarios son el fin último del Banco de Alimentos, tanto de Huelva como del resto de el mundo, por ello desde el BAH reafirman su llamamiento a la solidaridad de todos. Las donaciones son muy necesarias, y desde que comenzó la pandemia más.

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