El Titán, punto y seguido

Dicen que aquí estará el futuro y nos hemos instalado por ello en este lugar. Aseguran que muy pronto, muy pronto, llegará aquí el AVE, no el del césar sino el que viene en ancho europeo, el tren que vuela sobre vías de hierro. Y lo hará aquí justo en el borde mismo de las marismas del Titán, acariciando sus lagunillas, como si se estuviera mirando a las marismas del Odiel o del Tinto, o los humedales de Doñana. Era hora que a esta zona del Matadero llegara algo bueno pues dicen que van a conectar con el resto de España y de Europa a tiempo récord aunque mientras tanto sólo hay un Altaria diario a Madrid, vaya que si se va aquí en vía rápida.

Pues sí, al Matadero le ha llegado su hora, a un lado quedan los muchos trenes que a diario pasaban de largo en un continuo ajetreo para el barrio. Los que venían de las minas y descargaban en el muelle de Río Tinto, o los que iban hacia la estación de Sevilla, más los que paraban en pescadería para exportar el pescado y marisco. Difícil convivencia esta con una tapia que le circundó siempre, sólo la saltaban los más atrevidos, para poner una puntilla larga en el rail de la vía y recogerla luego aplastada para usarla de punta en el arco de flecha. Salvando la vía del tren por aquellos pasos hoy cerrados o buscándole las vueltas al guarda, los chavales del entorno acudían hasta aquí a echar sus partidos de fútbol, deporte que inventaron un poco más hacia la Ría los ingleses que llegaban en barcos. Hubo hasta un equipo de fútbol onubense que llevó el nombre de Titán F.C.

Sí, es fácil encontrar siempre un resquicio en cualquier lugar de la ciudad, por muy triste que se presente, que no tenga una historia que interese a los ciudadanos, porque ellos fueron sus protagonistas. Ahora dicen que muy pronto, muy pronto, llegará el AVE. Pues hasta ahí muy bien. Lo que ocurre es que si nadie lo remedia desaparecerán las marismas de este entorno y con ello una seña de identidad de la ciudad. Las marismas del Titán están ahora como enmarcadas entre las carreteras que parten del puente del hotel Luz (la avenida de Cádiz) y el de Tráfico Pesado (avenida Nuevo Colombino), manteniéndose gracias al agua de lluvia porque le cortaron su entrada natural que le venía por los esteros. Si no se impide, la zona se convertirá en un gran terraplén, dicen los que han hecho el PGOU que para espacio de congresos y exposiciones y nuevo recinto colombino. Un despropósito, sin duda, pues se elimina unas marismas que hoy tienen un encanto especial, porque de alguna forma han quedado en el corazón de la ciudad. Con vocación de convertirse en lugar de desahogo como el Parque Moret, para instalar las tan socorridas pasarelas y miradores donde contemplar las muchas especies de aves que aquí anidan. Lo que ocurre que esto no está en el PGOU.

En Atocha, a la que le dará la mano Huelva vía AVE se inventaron un invernadero tropical. Se imaginan que cuando alguien llegue a Huelva se encuentre nada más bajar con la belleza de las lagunillas del Titán, adelanto de presentación de otros humedales de nuestra provincia. Seguro que se le quitaría la tristeza de haber pasado junto a las chimeneas de la Celulosa. Huelva sí que necesita una campaña de imagen, quizás más de imaginación y esta de las marismas del Titán es una oportunidad, más cuando desde el Ayuntamiento se dice que por ahora no va terraplenarlo y pretende llevar el recinto provisional de Las Colombinas a la zona ajardinada tras el Tirón Pichón. Su pondrá destrozar todo este lugar con lo cerca que está la Ría con su nuevo paseo marítimo y la avenida del Decano para montar allí las fiestas, cosas de los políticos. Habrá que hablar con Pepe Juan, que para eso es ahora Consejero de Medio Ambiente. Pero eso será tema de otro día, aquí ponemos nuestro punto y seguido.