Huelva

Sonrisas solidarias para los onubenses en riesgo de exclusión

Un paciente revisa su dentadura tras una intervención en la clínica solidaria de Gibraleón.

Un paciente revisa su dentadura tras una intervención en la clínica solidaria de Gibraleón. / Alberto Domínguez (Gibraleón)

Huelva regala sonrisas a su población en riesgo de exclusión social. Lo hace desde la clínica dental solidaria perteneciente a la Asociación de Obras Cristianas de Gibraleón, la cual ofrece un servicio de asistencia odontológica integral a los colectivos más vulnerables. 

La histórica desatención de la salud bucodental en la sanidad pública en España se traduce en la necesidad de acudir a las clínicas privadas para recibir un tratamiento dental. Las altas tarifas de las mismas alejan a los grupos de población más desfavorecidos de una óptima salud oral, un escenario que pone de manifiesto, no solo los problemas relativos a la salud bucal, sino también aquellos que repercuten en la autoestima de los pacientes.

Una de las profesionales de la clínica dental solidaria. Una de las profesionales de la clínica dental solidaria.

Una de las profesionales de la clínica dental solidaria. / Alberto Domínguez (Gibraleón)

Gracias a la citada clínica dental solidaria son ya 1.800 los onubenses "que pueden volver a sonreír sin ningún tipo de complejo, que pueden realizar una entrevista de trabajo sin inseguridades o que son capaces de mostrar su boca en público", explica el gerente de la clínica, Luis Carlos Sáenz, quien añade que "la autoestima se dispara en todas estas personas que, por desgracia, llevan mucho tiempo acomplejadas".

Tal es el impacto que les genera "volver a tener una boca bonita", que los pacientes abandonan la clínica "entre llantos de felicidad", así como con una sonrisa que, difícilmente, puede desaparecer de sus rostros.

Intervención odontológica en la clínica. Intervención odontológica en la clínica.

Intervención odontológica en la clínica. / Alberto Domínguez (Huelva)

La citada clínica social solidaria, la única ubicada en un pueblo de España, nace en 2015 a raíz de la apuesta del presidente de la asociación en aquel momento, el padre Diego Suárez, pero comienza a funcionar en 2016, con una media de más de 300 usuarios cada año. El motivo de este impulso obedece, según apunta su gerente, a que la salud bucodental "siempre ha sido el garbanzo negro de la sanidad porque son muy pocos los tratamientos que cubren los servicios públicos". 

Su principal característica es el reducido precio de sus tarifas. Tanto es así que, por ejemplo, una extracción tiene un coste de ocho euros, cuando el precio medio asciende a los 40-50 euros. El bajo coste de las intervenciones se traduce, inevitablemente, "en cuentas negativas en algunos meses", sufragando estos costes la propia asociación olontense, un gasto que asume "con mucha alegría", según su presidente, Jesús Mora, quien destaca "una oportunidad para que las personas que no tienen recursos puedan disfrutar de una boca digna".

Un paciente recibe un tratamiento. Un paciente recibe un tratamiento.

Un paciente recibe un tratamiento. / Alberto Domínguez (Huelva)

Al tratarse de un centro solidario, la única forma de acceder al mismo es a través de una derivación social. Tienen que ser los trabajadores sociales de referencia o los ayuntamientos quienes emitan un informe que pruebe que el usuario cumple con los requisitos económicos o de pertenencia a un grupo de exclusión social. Por ello, "el perfil de pacientes atendidos es el de personas sin recursos que, por cuestiones económicas, no han podido acceder a una clínica convencional, ex drogodependientes, mujeres que han ejercido la prostitución o mujeres maltratadas", expone Luis Carlos Sáenz. Por tanto, no está abierta al público general, pues "tenemos una labor solidaria y somos inflexibles con ello", añade.

Del mismo modo, también son usuarios de la clínica niños menores de seis años que no pueden beneficiarse aún del programa de atención bucodental gratuita de la Junta de Andalucía. En este sentido, la directora de la clínica dental, Julia Fernández, subraya la "importancia" de tratar caries y otros problemas dentales desde edades muy temprana, "dado que, si no se tratan a tiempo, pueden repercutir en la pieza que viene tras los dientes de leche".

Julia Fernández, Jesús Mora y Luis Carlos Sáenz conversan. Julia Fernández, Jesús Mora y Luis Carlos Sáenz conversan.

Julia Fernández, Jesús Mora y Luis Carlos Sáenz conversan. / Alberto Domínguez (Gibraleón)

En total, la clínica trabaja con más de una docena de ayuntamientos de la provincia onubense, así como con más de diez asociaciones, véase Cáritas o Proyecto Hombre, entre otras. Tal es el volumen de pacientes que "en estos momentos las citas las damos para tres semanas o un mes", explica Julia Fernández, quien expone la "preocupación" de la clínica "por quedarse pequeña" ante el afán de servicio de sus profesionales. Y esta espera alcanza tantos días pese a que "se ha pasado de abrir un solo día a cuatro por semana".

El equipo odontológico está formado por cuatro odontólogos, dos higienistas y la directora, Julia Fernández. Todos ellos, según apunta Luis Carlos Sáenz, "son profesionales de primer orden, con más de 10 años de experiencia y caracterizados por una gran vocación de servicio, en tanto que asumen el compromiso de trabajar con bocas más difíciles de las que se encuentran en las clínicas donde también se desempeñan".

Preparación de uno de los gabinetes de la clínica dental. Preparación de uno de los gabinetes de la clínica dental.

Preparación de uno de los gabinetes de la clínica dental. / Alberto Domínguez (Gibraleón)

La cercanía con el usuario es otra de las peculiaridades de esta clínica. "Hacemos, incluso, una labor psicológica", relata Fernández, quien expone que "son los propios pacientes, de forma voluntaria, quienes nos cuentan cómo han llegado a tener una boca así". Tales conversaciones antes y después refuerzan la relación afectiva sanitario-paciente, algo que también se extiende a las personas discapacitadas, "a quienes les profesamos cariño y una especial sensibilidad en la atención", finaliza la directora de la clínica.

Sobre el equipo de trabajo, Sáenz destaca "su espíritu de servicio", así como el grado de satisfacción de los profesionales, "un hecho constatable en que llevamos más de tres años con la misma plantilla". 

Intervención en el centro ubicado en Gibraleón. Intervención en el centro ubicado en Gibraleón.

Intervención en el centro ubicado en Gibraleón. / Alberto Domínguez (Gibraleón)

La clínica cuenta con unas instalaciones muy modernas, "una característica que siempre hemos querido mostrar" narra Luis Carlos Sáenz, "pues que se destine a personas sin recursos económicos o quiere decir que no podamos estar a la altura del resto de clínicas". En el "moderno y digno" aspecto del edificio ha tenido mucho que ver la Obra Social laCaixa, "que, desde el principio, se sensibilizó con el proyecto y aportó varias ayudas para que la clínica se convirtiese en lo que es hoy", finaliza.

La Asociación de Obras Cristianas de Gibraleón recuerda a las asociaciones solidarias y a los ciudadanos en riesgo de exclusión que puedan hacer uso de la clínica social solidaria, para lo que pueden contactar con la misma a través de sus números de teléfono (959 00 95 95 y 684 452 778) o de una visita en la calle Ríos, 14 de la localidad de Gibraleón.

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