Los planes elaborados por la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Huelva para la actuación en caso de alerta por tsunami, y el simulacro realizado el miércoles pasado en la provincia onubense y en Cádiz, han reavivado el interés entre la población por el tema, convertido en debate ciudadano desde que hace casi cinco años se estrenara en los cines el documental La gran ola, del cineasta onubense Fernando Arroyo. Ahora la película vuelve a las salas en un reestreno a petición popular, por numeroso público andaluz que ha pedido la oportunidad de volver a verlo.

El jueves es el día señalado para la primera proyección en Huelva, en los cines Aqualon, donde se realizará antes un coloquio con el público al que asistirán el presidente de Bomberos Unidos Sin Fronteras, Antonio Nogales, y el catedrático Juan Antonio Morales y el profesor Francis Alonso Chaves, ambos de la de la Universidad de Huelva. Junto a ellos estará también el director, Fernando Arroyo.

La gran ola es un profundo trabajo de investigación que cuenta con el testimonio de numerosas personalidades científicas y técnicas en torno al riesgo existentes de que el Golfo de Cádiz y la costa de Portugal puedan sufrir un tsunami como el que ya les afectó gravemente en 1755.

En este aclamado trabajo –que cuenta, además, con el testimonio de María Belón, la superviviente del tsunami de Indonesia de 2004, cuya historia recoge la película Lo imposible– se defendía la necesidad de que la Administración haga frente a la amenaza de tsunami constatada por los científicos con planes específicos para prevenir el desastre y minimizar su impacto en la población. 

En ese sentido, el cineasta Fernando Arroyo, convertido en firme defensor de la acción gubernativa en esa dirección, pone en perspectiva el documental y valora los avances que se han producido en los últimos cinco años.

En declaraciones a este periódico, Arroyo destaca un cambio de actitud en la Administración, que se evidencia al abordar la elaboración de planes específicos “que antes eran impensables por las reticencias que había de tratar este riesgo para no alarmar a la población”.

Ahora cree que es bueno “centrarnos en lo positivo”, sin dejar de reconocer que hay errores en la aplicación de las primeras medidas: “Ya contábamos con que cuando se empezaran a hacer las cosas no se iban a hacer bien”.

“Ante la catástrofe, lo que importa es salvarse. Por eso es necesario que las ciudades estén señalizadas y dispongan de protocolos propios definidos”, apunta el cineasta valverdeño, que destaca la iniciativa emprendida en Huelva.