Huelva

Una gran excavación para redescubrir La Joya

  • Un trabajo en equipo de Ánfora, la Universidad de Huelva y el Instituto Arqueológico Alemán permiten descubrir nuevas tumbas en el estudio preliminar de la zona

Trabajos arqueológicos realizados estos meses en Las Joya

Trabajos arqueológicos realizados estos meses en Las Joya / Josué Correa

La Joya siempre vuelve a sorprender. Este verano lo ha hecho de nuevo en la excavación previa al gran parque arqueológico que aquí se proyecta. De cinco mil metros cuadrados reservados en un principio se ha pasado a cerca de diez mil, lo que no deja de ser una extensión bastante significativa en una ciudad en la que poco se ha mantenido insitu. Aquí la conservación dependerá de lo que se encuentre, pero siempre quedará este área donde explicar el desarrollo de la ciudad histórica, aunque los restos arqueológicos queden en cajas en el museo o en el mejor de los casos en alguna vitrina. Muchas piezas encontradas, que contextualizan y reafirman las claves de un buen estudio arqueológico.

Sin duda, ha sido un verano muy especial en el que irremediablemente el recuerdo que sobreviene es el de Juan Pedro Garrido Roiz, quien descubrió Tartesos para Huelva en este cabezo, desde el que se otea entre una muralla de pisos la Ría e incluso la Punta del Sebo.

Este es el lugar excavado por Juan Pedro Garrido y en el que apareció tan importante ajuar funerario que tiene recorrido los museos más importantes del mundo, incluido el de Nueva York. Ahora es el equipo de Ánfora arqueología el que trabaja en la zona estos últimos meses para realizar un estudio preliminar de lo que viene a dar de sí toda esta amplia extensión. Un trabajo de campo que concluyen y que dará paso a un proceso de estudio.

Las primeras tareas realizadas fueron la de limpieza, en la que se tuvieron que extraer varios camiones de basuras acumuladas a lo largo del tiempo en la zona. En la cota más alta no se ha realizado ningún tipo de cata arqueológica, ya que se conservan marcadas las tumbas excavadas por Juan Pedro Garrido Roiz. Se trata de una necrópolis fenicia típica del mediterráneo en una elevación a la vista del mar, donde se controla la entrada de Huelva y está visible. Es un hito territorial.

Son necrópolis en las que siempre se piensa en la existencia de un templo o un elemento votivo, que en este caso no existe aunque Garrido Roiz ya adelantó que aquí había un túmulo arrasado, que es difícil de identificar porque se hace con tierra de cabezo.

En esta zona sólo se ha limpiado, ya que el diagnóstico es el del propio Garrido Roiz que ya señala que hay que seguir excavando alrededor de las catas llevadas a cabo por él, ante la importancia de lo encontrado. Es importante señalar que se espera realizar una excavación completa y en la que se puedan aparecer importantes piezas. Aquí se conservan los cortes de los trabajos de los años sesenta, una zona en la que se esperan incluso mejores resultados por lo que en este más de medio siglo ha avanzado la investigación arqueológica en técnicas y estudios.

Los sondeos se realizaron en la zona inmediata más abajo de donde continúa apareciendo una necrópolis. Lo mismo que en todo el frente de la calle Fray Junípero Serra queda patente esta necrópolis. Se trata de la presencia de enterramientos del siglo octavo o sexto antes de Cristo.

Al ser esta una zona de labranza propia en los cabezos de la ciudad, hay restos de zanjas de cultivos del siglo XVI, que aparecen en la zona de la avenida de las Adoratrices. Mientras que en la trinchera abierta a lo largo de la calle San Sebastián no hay vestigio alguno de interés arqueológico, por el movimiento que tuvo aquí el cabezo por las casas a él adosadas.

Queda a partir de ahora un gran trabajo de estudio tras la presentación del diagnóstico general de la zona encargada a Ánfora, que ha hecho un convenido con la Universidad de Huelva y es el profesor Juan Carlos Vera quien se encarga de la parte científica. Al mismo tiempo, Ánfora también ha conseguido implicar en esta excavación al Instituto de Arqueología de Alemania. Una excavación dirigida por Alejandra Echevarría Sánchez y coordinada por Diego Batanero.

Ahora se espera que estos 10.000 metros cuadrados se convertirán en una gran zona ajardinada de carácter arqueológico.

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