La Huelva de... Juan Manuel Seisdedos - Pintor

"Recorrí España en autostop para ver exposiciones y llegué hasta Bélgica"

  • En el instituto La Rábida no era bueno para las Matemáticas pero sí para el dibujo y le animó don Policarpo · Su escuela estuvo en las clases de Manuel Mora y el taller de San Cristóbal

JUAN Manuel Seisdedos vivía de niño en la calle Rui Vélez, recorría así todo el barrio de la Merced, era entonces en los años cuarenta una calle muy modesta, de casas bajitas como la de la calle Bojeo en la que ahora vive en Trigueros, de pocos coches, cuando se veía dos juntos es que había ocurrido algo. Era una calle de adoquines, con una o dos casas importantes. La suya era una casa de vecinos, en la que vivían 16 familias, sólo con dos grifos, dos water en el que se hacia cola con un trozo de periódico en la mano por aquello de que no existía el papel higiénico. Había sólo dos cocinas de carbón y no tenían agua caliente, "nos bañaban los fines de semana con agua que se calentaba al sol en los barreños de cinc". A pesar de todo existía gente muy diversa, un carpintero que trabajaba en el patio, lo mismo que un marmolista que hacía lápidas y un vendedor de cangrejos que los cocía allí mismo. "Tengo un buen recuerdo de aquel tiempo pese a la precariedad, es muy difícil imaginárselo hoy". Allí vivían los hermanos Azuaga y Onofre López. Paquiqui, Paco Alejandre, era su más íntimo amigo de la infancia y adolescencia de la calle Rui Vélez. "A través de una impresionante saeta que cantó, con trece o catorce año, en la procesión de la Madrugá, recibí la primera emoción que un hecho artístico me produjo". Una calle en la que en verano la distracción era ver en la esquina con san José a los toreros a hombros, "pero también nos impresionaban los presos que lo llevaban andando con esposas a la Comisaría".

Su padre era camarero en el bar América, en la esquina de la calle Concepción con Rascón, "un bar muy moderno, limpio, y es cuando se asocia con otros dos compañeros y alquilan el bar los Tres Reyes, de ahí al Santa Fe y al bar Los Cines, al final mi padre se queda con el bar Santa Fe". Aquel bar se va a convertir de alguna forma en un lugar frecuentado por personas diversas con inquietudes culturales. El padre de Juan Manuel había sido clarinete en la Banda Municipal de Música de Ayamonte, le gustaba la música clásica un tiempo que no había Radio 2, pero sintonizaba la radio portuguesa. Eso de alguna forma seleccionó a la gente. Allí se daban cita Víctor Márquez Reviriego, Manolo Garrido, el maestro Mora Romero, José María Franco, Diego José Figueroa Poyato, Angelito López Campo, concertista de guitarra, o Sánchez Tello que se iba al bar a estudiar. Más tarde con las charlas que organizan llega Paco Pérez Gómez y se incorpora incluso Carlos Navarrete.

Allí en Santa Fe, "no pretendíamos nada, pensamos en organizar unas charlas. Manolo Pizán era el que más inquietudes políticas tenía, hablamos de muchas cosas, de derechos humanos, de Miguel Hernández. Manolo estaba en el PCE". Seisdedos dice que no era un grupo político ni politizado, aunque para él "hablar de Cultura es hablar de política, no hay actitud que no sea política, no existe nadie que pueda decir que sea apolítico". Asegura que Víctor Márquez Reviriego fue una persona importante en este grupo, "tenía ganas de hacer cosas"; se hizo la revista oral 'Sorpresa' y en el Comercial organizan varias sesiones, iba mucha gente porque la verdad es que había pocas cosas entonces.

Juan Manuel Seisdedos era alumno del instituto Rábida, "un mal estudiante, como la mayoría de los chavales del barrio, quizás el entorno familiar no era muy propicio para promocionar en el instituto, pero sin embargo todo lo mal que iba en Matemáticas era bueno en Dibujo". Allí se encuentra con don Policarpo que ve las condiciones innatas para el dibujo que tiene el joven Seisdedos. "Eso te estimula, te afirma en ese sentido, sentí que lo que hacía tenía valor". De ahí irá a las clases que organizaba el Frente de Juventudes y que dirigía Manuel Moreno, que había sido discípulo de Vázquez Díaz, lo hacía gratis porque quería trasmitir lo que sabía de dibujo. Estaban Tomás García, Sofía Sánchez, Manolo Crespo o Manolo Pizán. "Manolo Moreno me enseñó bien a dibujar, además no nos quitaba iniciativas". De ahí al taller de Pedro Gómez y León Ortega, donde ya iban José María Franco, Mateo Orduña, Pilar Toscano, Antonio Brunt. Si de Manolo Moreno aprende las técnicas del dibujo, de Pedro Gómez todo la técnica impresionista y con León Ortega la escultura. "Tuve la suerte de tropezar con estas personas que fueron mi escuela", afirma el artista.

De esta forma empieza dibujando temas clásicos, motivos impresionistas pero conoce otras influencias cubistas, "nos acercábamos a lo más rompedor". Así con 17 años se fue de casa a recorrer España para conocer lo que se hacía, ver exposiciones, así hasta llegar a Bélgica, donde contacto con el expresionismo belga y alemán; "todo lo vas absorbiendo y adaptando a tu personalidad".

"Me fui con 500 pesetas la primera vez y debido a la inexperiencia me tuve que volver porque la mochila iba cargada a tope y me hizo una herida, así que regresé desde Toledo. Pero ya con más experiencia me fui una segunda vez y llegué hasta Barcelona, allí estuve viviendo en un Observatorio Meteorológico a dos mil metros de altura y de ahí a Bélgica porque quienes me daban cobijo a cambio de unos dibujos de ese entorno que era maravilloso tenían familia en Bélgica y así pude llegar hasta allí". Durante el tiempo que vivió en Bruselas, a principios de los años sesenta, aparte de empaparse de museos y de ver toda la pintura que podía, comparte piso con varios exiliados jóvenes. Gracias a ellos conoce a algunos paisanos que estaban allí en la misma situación y que entonces ni soñaban en volver a España. Curro López Real, que era de Nerva y su mujer, Eugenia, le ayudaron bastante. "Curro era un curtido militante socialista y creo que las muchas conversaciones que tuvimos me ayudaron a decantar mis ideas".

A la vuelta de Bélgica, Seisdedos hizo una exposición, fue para él un año muy importante, de más modernidad. Trabaja en colectivo con Jesús Mojarro y montan una exposición en Madrid, en la Galería Abril, y la guinda se la puso la exposición en la galería Seiquer que tuvo mucho éxito y el Museo de Arte Contemporáneo se ocupa de ellos que le invita a formar parte de la Bienal de París del 73. "Estuve en París y no me gustó aquello, el mundo del arte me decepcionó un poco, Jesús se fue para Gines y yo para Huelva, pero ya a otro nivel, luego volví a la galería Seiquer, aunque solo". Hoy su pintura ha evolucionado y es de las más interesantes de Huelva.

Seisdedos se ha dedicado a la realización de la cabalgata de Reyes Magos. Se le presentó "casi por necesidad, había fallecido Juan Castro que era el que las hacía, y yo daba clases de dibujo en los barrios y había un equipo en el Ayuntamiento con el que empecé a colaborar". Hoy hacen la cabalgata con Volumen Huelva y Seisdedos tiene delegado todo el trabajo en su mujer, Lourdes Santo, y en colaboradores como Ernesto Walls y Faustino Rodríguez.

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