El Puerto de Huelva concluye la construcción de un campo de boyas

Cuenta con un presupuesto de 2,3 millones de euros, se ubica en la margen derecha de la ría onubense y permitirá a los buques permanecer amarrados sin ocupar espacio en los muelles

Uno de los elementos flotantes del nuevo campo de boyas.
Uno de los elementos flotantes del nuevo campo de boyas.

El Puerto de Huelva ha concluido la construcción de un campo de boyas en la margen derecha de la ría de Huelva frente al recinto piloto, que tiene la función de crear un recinto para el Puerto en el que los buques puedan permanecer amarrados a un elemento flotante sin ocupar espacio en los muelles donde se estén realizando operaciones portuarias. La nueva infraestructura portuaria, que ha tenido un presupuesto de 2.318.653,40 euros, ha sido realizado por la empresa Ferrovial Agromán, S.A.

Entre los múltiples esquemas que se pueden desarrollar en la configuración de un campo de boyas el proyecto constructivo que se ha llevado a cabo en el Puerto de Huelva ha desarrollado una solución compuesta por amarres a dos boyas por proa y a dos boyas por popa.

El calado existente en la zona ha sido fundamental para definir el buque de mayores dimensiones que permite su permanencia en el fondeo durante un periodo prolongado de tiempo. La profundidad mínima en la zona donde se ubica el nuevo campo de boyas es de 6,1 metros, por lo que, tras los cálculos pertinentes, se llegó a la conclusión de que la eslora máxima del mayor buque en dicho campo de boyas será de 200 metros con calados máximos en lastre de 5,4 metros.

El nuevo campo de boya está compuesto por tres fondeos, dos de ellos para barcos con esloras máximas de 200 metros y otro para barcos con esloras máximas de 150 metros.

La fijación de las boyas al terreno es con anclas que no representan elementos fijos a largo plazo como es el sistema de pilotes que también se estudió en un principio para su realización. Por el contrario este sistema tiene el inconveniente de que el espacio ocupado por cada amarre es mayor ya que el ángulo de tiro de la cadena en el ancla no debe superar los tres grados para que este trabaje de forma adecuada. Esto supone longitudes de cadena de mayores dimensiones, por lo que se reduce el número de atraques en el emplazamiento, tres con este sistema por cuatro con el de pilotes.

Fundamental ha sido analizar las condiciones medioambientales del emplazamiento para determinar la fuerza que van a generar los buques que se amarren a este campo de boyas. Los factores considerados han sido: viento, con los datos facilitados por la estación meteorológica REMPOR del Golfo de Cádiz; oleaje, que al estar la ría al abrigo de oleajes externos el único considerado es el generado por el paso de embarcaciones; corrientes, ocasionadas fundamentalmente por las mareas en combinación con las corrientes fluviales de los ríos Tinto y Odiel; mareas, cuya característica principal es de una altura de nivel medio de 1,85 metros en la Barra, y niebla que, según los datos recopilados por los semáforos de Tarifa y Monte Hacho, se considera que para las operaciones de entrada y salida del puerto el límite inferior de la visibilidad es de 4.000 metros.

Por lo que se refiere a su balizamiento, dado que se trata de una instalación permanente junto a la canal de navegación del puerto, se han señalizado los elementos que la forman.

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