Poesía para inspirar el camino rociero

Poesía, sentimientos, vivencias de hermandad y un profundo amor a la Virgen del Rocío se fundieron ayer en un emotivo pregón con el que el sacerdote José Manuel Barral quiso llegar al corazón de los rocieros y recordar a los hermanos que "pongamos a la Virgen en el centro del corazón porque ella nos va llevando siempre a Dios".

Barral desgranó ante los asistentes un poético discurrir por los principales momentos de la Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Huelva durante la Romería de Pentecostés, empezando por el camino hacia la aldea y la llegada a la misma, la presentación de la Hermandad ante la Virgen ya el sábado, la misa del domingo, el rosario en la noche y la procesión y la salve ante la casa hermandad ya el lunes por la mañana. Precisamente, este último momento es "sublime" para el pregonero, quien insistía, no obstante, horas antes de ofrecer su disertación, en que no había querido centrarlo en él, sino en dar voz con sus palabras al sentimiento de todos los hermanos.

El pregonero señalaba también que quería que fuera un pregón "de la hermandad" y que, por tanto, destacara los momentos más importantes, las principales vivencias de la misma durante la romería. También quiso darle un papel protagonista al hermano mayor, que este año es Manuel Castilla, y que fueran los sentimientos de éste los que afloraran en el pregón ya que "representa a toda la hermandad y lo que él viva refleja muy bien lo que sentimos todos los rocieros". Y, por supuesto, quiso expresar un "enorme sentimiento de amor a la Virgen, que es el que lo mueve todo y le da sentido a todo esto". "Sin ella, nada de esto tendría sentido, sería una locura, un disparate", sentenció.

Con su exaltación poética, José Manuel Barral trató de transmitir un mensaje a los hermanos y hermanas de Huelva y a los rocieros en general para que "busquemos a la Virgen y la tengamos siempre como compañera de camino para que intentemos vivir el Rocío todo el año y en todo momento". A su juicio, el encuentro con la Blanca Paloma "ilumina el caminar de cada día, porque Ella nos lleva a Dios y nos pone cerca de los demás".

El discurso del pregonero, que fue presentado por David Muñoz Balbuena, estuvo jalonado por la belleza de la música de Pepe El Marismeño, quien interpretó algunos temas durante el desarrollo del pregón, que concluyó cantando la salve rociera.

Para la Romería de Pentecostés de este año, José Manuel Barral, sacerdote ligado profundamente a la hermandad, espera que "todo salga como tenga que salir, ya que precisamente eso es lo especial". Y es que, para el pregonero de la Hermandad de Huelva, lo que hace tan especial y diferente al Rocío es que "pasa todo y no pasa nada, es decir, que en la aldea se concentran miles y miles de personas y no hay un gran acontecimiento que, digamos, nos altere o nos entristezca". Por ello, confió en que todo transcurra con normalidad y deseó a los hermanos que cada año vivan la Romería "con aún más ganas, porque el Rocío no es sólo un año, es seguir caminando toda la vida".

Tras el pregón de la Romería de este año, la Hermandad del Rocío de Huelva celebró la tradicional caldereta en honor al pregonero en el Mesón Restaurante El Acebuche.