Balance Año 2020

Plegaria a la Virgen de la Cinta en el patio de su ermita del Conquero

  • Rogativas a la Patrona de Huelva ante la pandemia de la Covid-19

  • Se suspende su traslado a la Catedral para los cultos anuales

En agosto la Virgen Chiquita de la Cinta preside una misa en el patio de su santuario.

En agosto la Virgen Chiquita de la Cinta preside una misa en el patio de su santuario. / Rafa del Barrio

Al igual que en otros momentos difíciles pasados por los onubenses, el santuario de Nuestra Señora de la Cinta continúa siendo ese lugar de acogida y rezos en tiempos de pandemia. Al igual que en la gripe de 1918 y en otras epidemias del siglo XIX, aquí se celebraron cultos de rogativa por el final de la pandemia.

Inmediatamente conocida la dimensión de la pandemia del Covid-19 y el confinamiento, se ofreció a diario el rezo de la novena por las redes sociales de la hermandad y en el mes de mayo el obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco, celebraba en el santuario un triduo para pedir por el final de la pandemia; con la imagen en inédita de un santuario vacío ya que las restricciones de movilidad llevaron al cierre de los templos.

Un mes de mayo que concluye en su último sábado con el rezo del rosario en el santuario presidido por el obispo Vilaplana, que se unía así al rezo que en Roma realizaba el papa Francisco.

La pandemia continúa estando presente, lo que hace que se suspendan los actos festivos tradicionales en Huelva de verano, tanto las Fiestas Colombinas como la de La Cinta, el Ayuntamiento de Huelva quiere evitar así la aglomeración de personas. La Hermandad de la Cinta viene también a tomar esta decisión cuando la realidad es que no puede realizarse procesión ni traslado alguno para evitar la propagación del virus, con lo que los cultos se centran en el santuario del Conquero, con una primera misa en el patio de con la presencia de la Virgen Chiquita en el mes de agosto.

Se celebrar aquí la función principal en honor de Nuestra Señora de la Cinta que desde 1966 no tenía lugar al cambiar el escenario por la Santa Iglesia Catedral en presencia de la imagen procesional de la Virgen y en una función principal que preside anualmente el prelado de la diócesis. Esto ofrece la oportunidad de vivir unos cultos especialmente entrañables, inéditos para la mayoría. Un encuentro especial en las tardes calurosas del Conquero; cultos que para facilitar la mayor participación de fieles se habilita de sillas el patio del santuario, sin olvidar la distancia de seguridad ni la toma de temperatura ni el gel hidroalcohólico.

En la función principal de la fiesta de la Virgen de la Cinta que presidió en su santuario el obispo de Huelva, Santiago Gómez, se refirió a la alegría, “la alegría que emana de los cristianos cuando dan más de lo que reciben”.

En la homilía, Santiago Gómez Sierra desgranó todos los perjuicios que ha traído consigo la epidemia de coronavirus para todo el mundo y, por ende, para los onubenses. Entre las mismas figuran las preocupaciones por el empleo, el desastre económico o la presencia del virus en los seres queridos. Son, de este modo, “evidencias de la fragilidad que trae consigo la búsqueda de la alegría”.

No obstante, el obispo manifestó que, sobre todo ello, sobresale la felicidad de los cristianos, “que está en la fe, en el conocimiento de Dios y en el nacimiento de la Virgen María”. La alegría es, por tanto, el destino “del lenguaje que marca nuestro corazón”, resumía Gómez Sierra.

Un año en el que se conmemoró el centenario de la corona de la Virgen Chiquita de la Cinta, que se le impuso en 1992 en su coronación canónica. Centenario también de los paños cerámicos de Daniel Zuloaga, una de las grandes piezas artística que atesora el santuario de la Patrona.

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