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Huelva

La Plaza Niña: un rincón con alma de barrio en pleno casco histórico de Huelva

La Plaza Niña: un rincón con alma de barrio en pleno casco histórico de Huelva

La Plaza Niña: un rincón con alma de barrio en pleno casco histórico de Huelva / H.I (Huelva)

Los vecinos más arraigados de la Plaza Isabel la Católica coinciden en hablar de ella como "el corazón de Huelva". No es para menos. Ubicada en la confluencia de las calles San Cristóbal, Garcí Fernández y Alonso Sánchez, la recogida Plaza Niña es en la actualidad una isla en el corazón del centro de Huelva. 

"Hay momentos del año en que el centro está atestado de gente y llegar hasta aquí supone un descanso en todos los sentidos", asegura Germán Sánchez, vecino de la antigua calle La Paz desde hace más de cuatro décadas. Esa es la sensación compartida que ofrece la Plaza, un remanso de calma en medio de la vorágine de trabajadores, paseantes y turistas que ofrece diariamente el centro desde la plaza de El Punto hasta la calle Concepción.

A pesar de la serenidad que parece habitar sus calles, la Plaza Niña no ha sido nunca un espacio silencioso. Rompían su sigilo los numerosos vendedores ambulantes que paseaban por sus calles en la década de los 70 y 80 del siglo pasado. "A siete chicas el par", vociferaban los comerciantes de caballas asadas que marchaban a la vera de la taberna San Mateo. 

"Era el sonido del verano", asegura María del Carmen Rosa, cuya infancia y primera juventud está íntimamente ligada a la Plaza Niña. "Recuerdo tomar el aperitivo con mis padres en la terraza del bar; hoy veo a la gente joven que ha vuelto a esos mismos espacios, sobre todo en los meses de septiembre y octubre, ahora que el tiempo acompaña, y me traen muy buenos recuerdos. Parece que ha vuelto la vida a la Plaza". 

Una vida que no se fue

Pero la vida en la Plaza en realidad nunca se fue. A la vera del convento de las Hermanas De la Cruz, niños y niñas jugaban hasta bien entrada la tarde en torno a una palmera de más de diez metros. "A mis amigos y a mi nos encantaba sacar a pedradas los dátiles del árbol", explica Julián Ramírez. "Teníamos negro al dependiente de la Marmolería, siempre salía corriendo detrás nuestro, amenazando con denunciarnos a nuestros padres, a los que siempre decía conocer. Aquello nos gustaba casi más que coger los propios dátiles". 

Lo cierto es que las trastadas infantiles dejaban el suelo del convento y la Marmolería de Manolo regado de dátiles. "Lo recuerdo muy bien", asegura Cristina Muñoz. "Mi familia conocía a Manolo el de la Marmolería y al resto de las tiendas, la taberna de Mateo, Rosa la costurera, Aurelio el del pan... Éramos todos como una gran familia que se fue dispersando, como es natural, con el paso de los años y los cambios de la plaza".

Muñoz, cuyos nietos asisten ahora al Colegio María Inmaculada, asegura que no ha pensado nunca en marcharse del barrio: "Lo tenemos todo, farmacias, tiendas, colegios y espacio para que los niños jueguen sin peligro, tal y como era la vida aquí antes. ¿Por qué iba a querer marcharme?"

El nuevo barrio de la Plaza Isabel la Católica es, además, un espacio que mira hacia el acercamiento cultural. No en vano, alberga una de las instituciones más emblemáticas de Huelva para el aprendizaje de idiomas como es la academia Edimburgo. En un reconocido edificio de cuatro plantas de la calle Ntra. Sra. de la Esperanza Coronada, generaciones enteras de onubenses han aprendido con éxito a desenvolverse con el idioma inglés y han podido disfrutar de viajes al extranjero tanto de ocio como laborales. "El inglés, aunque es una lengua que a menudo nos cuesta aprender a los españoles, también es una forma de conectar con el legado histórico de Huelva, donde la cultura británica ha dejado tantas señas de identidad", explica Jesús, exalumno del centro y actual profesor del idioma. 

Un espacio en plena renovación 

Tras toda una vida en la ciudad, el Ayuntamiento de Huelva ha iniciado un importante proceso de reforma urbanística de la Plaza Niña para hacer sus inmediaciones más habitables para sus vecinos y vecinas. 

Así lo explicó recientemente el alcalde de la ciudad, Gabriel Cruz, quien traslado a la ciudadanía su interés por "embellecer Huelva ofreciendo espacios públicos de calidad que sigan dando vida y respetado el sabor de la ciudad". Cruz detallo que este importante proyecto, pretende devolver a la Plaza Niña "su papel tradicional conjugando el punto de vista urbanístico como el sentimiento de los onubenses"

En esta línea, esta previsto que las obras centren su atención en la remodelación de la tradicional locomotora, todo un emblema de la Plaza Niña y de las labores del Puerto, y que con el paso del tiempo ha ido deteriorando su aspecto, especialmente en lo que afecta a la pintura. En segundo lugar, la reestructuración de la Plaza pretende preservar los dos ficus centenarios de los que dispone y que ofrecen al entorno, no solo su imagen tradicional, sino una importante sombra para los meses de calor. 

Con todo, y gracias a estas nuevas aportaciones urbanísticas, los vecinos mantienen la impresión de vivir "en un entorno privilegiado de Huelva", cuya calidad de vida se mantiene en unos estándares muy altos de calidad y distinción. 

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