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Playa y tradición marinera

  • La tranquilidad del lugar y una variada gastronomía invitan cada año a visitar la costa más occidental de Andalucía

Con más de 1.700 metros de frente litoral, la playa ayamontina de Punta del Moral se ha convertido en los últimos años en una de las más apreciadas por los veraneantes que acuden a la costa occidental onubense, que valoran especialmente de esta zona de baño su tranquilidad y no masificación, así como la amplitud de su arenal, con más de 55 metros de anchura en prácticamente todos sus tramos.

Es el caso de Yolanda Izaguirre, natural de Don Benito (Badajoz), que lleva ya nueve años pasando el verano en esta playa junto con su marido y sus tres hijos pequeños, los cuales conocieron este apartado rincón de la costa andaluza "prácticamente por casualidad" tras adquirir aquí su padre un apartamento. "Desde entonces, -asegura- nos escapamos para venirnos para acá cada vez que podemos porque nos encanta y porque es una playa muy tranquila".

Esta familia extremeña valora de la playa de Punta del Moral su "limpieza" y el "amplio abanico de posibilidades que ofrece tanto para los niños como para los adultos", entre las que destacan el alquiler de bicicletas y otros medios de transporte para dar un agradable paseo. "También nos gusta mucho la zona -prosigue-, sobre todo por la cercanía con Portugal, cuyas playas también nos encantan".

En parecidos términos se expresan Pablo Manzano y Begoña López, un matrimonio procedente de Badajoz que escogió para veranear con sus hijos pequeños este punto del litoral onubense hace ya varios años tras pasar por otras playas de la provincia como Islantilla, Isla Cristina o Punta Umbría. "Al final, sin duda, esta es la que más nos ha gustado con diferencia". Ambos se alojaron durante los primeros veranos en distintos hoteles de la zona, pero desde hace algunos años alquilan un apartamento.

De esta playa ayamontina valoran, sobre todo, su tranquilidad y no masificación, la zona donde está enclavada y la cercanía a Badajoz, "pero especialmente sus aguas limpias y transparentes y la seguridad que la zona de baño ofrece para los niños, ya que hay que adentrarse bastantes metros en el mar para que el agua te cubra".

A la playa en sí, asomada al océano Atlántico por el sur, hay que sumar una excelente gastronomía, además de una bien conservada tradición marinera gracias al puerto pesquero de Punta del Moral, que la flanquea por el norte. También al norte se encuentra el Paraje Natural Marismas de Isla Cristina, situado en el estuario de la ría Carreras, de cuya desembocadura sólo la separa un pequeño espigón. Al oeste de la misma se divisan las costas de la vecina Portugal, situadas tras la enorme lámina de agua que conforma la desembocadura de uno de los principales ríos de España, el Guadiana.

Después de la de Isla Canela, también en Ayamonte, la amplia playa de Punta del Moral goza del privilegio de ser la segunda más occidental de todo el litoral andaluz y su oferta se complementa con el moderno Puerto Deportivo Marina Isla Canela, base para la práctica de numerosas actividades náuticas de recreo. Éste, como la propia playa de Punta del Moral, han sido este año merecedores de una bandera azul de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac) en reconocimiento a la calidad de sus instalaciones.

Este enclave ya fue descubierto por los romanos, como lo atestigua su mausoleo y la gran cantidad de restos arqueológicos que esconde en su subsuelo y en el fondo de sus marismas, con origen en el Bajo Imperio (siglo IV d.C.).

La playa, con una anchura media de 55 metros, se caracteriza por su dorada y fina arena y por sus aguas tranquilas y moderado oleaje, que componen una peculiar mezcla en la que conviven las viviendas tradicionales de los pescadores con el moderno urbanismo costero.

También cuenta con un extenso paseo marítimo que se alarga ininterrumpidamente hasta el final de la aledaña playa de Isla Canela, así como con uno de los más reconocidos campos de golf de la provincia de Huelva, Isla Canela Golf. Todo para complementar el turismo de sol y playa y la visita a un enclave que también fue descubierto por los solitarios vigilantes de la Torre de Canela, edificada en el siglo XVI para salvaguardar la costa de las incursiones de piratas berberiscos, la cual aún se conserva en sus inmediaciones.

La amplia franja costera ayamontina invita a disfrutar del verano.

Veraneantes se acercan al océano Atlántico en busca de un baño.

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