Pascasio y Varela, en el recuerdo

Personajes claves en el desarrollo de Punta Umbría, al mantener y fomentar el servicio de las canoas en la segunda mitad del siglo XX Se mantienen vivos en la historia local

Rótulo del Paseo Pascasio, en la Ría de Punta Umbría, perdido en la actualidad.
Rótulo del Paseo Pascasio, en la Ría de Punta Umbría, perdido en la actualidad.

PASAR un verano sin hablar de la canoa es como si no se hubiese estado en Punta Umbría. Embarcarse en ella, recorrer los esteros de Huelva a Punta Umbría, o viceversa. Verla llegar en su atraque en el muelle de la Plaza de Pérez Pastor, en la maniobra que ahora se complicada por esos pantalanes que literalmente se comen la ría. Contemplarla navegar iluminada en una noche de verano, de fiesta, por la ría.

La canoa es algo entrañable que no sólo forma parte del paisaje, sino de una historia, de una vida que sigue uniendo en un mismo latido Huelva y Punta Umbría, que aún gustaría fuese más fuerte. Más cercana está Punta Umbría a Huelva en la historia -e incluso en el presente- que a Cartaya; son dos pueblos que caminan todavía juntos en una historia por descubrir. El planteamiento de ese nacimiento de la Punta Umbría turística, que es su realidad más clara, está ahí al lado de Huelva, de una necesidad de expansión, de una nueva perspectiva de los baños de mar. Más allá de la presencia de los ingleses, elitistas y en su particular recinto. En 1883 es Guillermo Sundheim quien la va a promocionar a través de la Sociedad de Amigos del País con las casetas de los baños; el mismo año cuando la Compañía de Río Tinto, de su mano, pone en ese año las llamadas casas de salud para su veraneo.

La Punta Umbría actual es la de la canoa, que socializó la playa desde finales del siglo XIX para hacer de ella lo que hoy es. Sin la canoa no hubiese sido nada o al menos otra cosa; más olvidada que cercana, sólo una torre, unos carabineros y algunos marineros. La canoa ofreció a todos la posibilidad de encontrar un pueblo y una playa.

Muchos trabajaron en el servicio de vapores a Punta Umbría, en empresas algunas que sólo quedan en las páginas de las hemerotecas o en los libros y que hoy le dan la mano a Francisco Palmás Hernández y Miguel Martín, que se empeñan en mantener a flote la Canoa de Punta Umbría, que ahora cumple su décimo aniversario en un esfuerzo titánico para mantenerla con vida a pesar de los grandes inconvenientes que se van encontrando.

Punta Umbría supo de la importancia que la canoa tuvo para hacer realidad este pueblo y homenajeó a una persona querida, a Juan Toscano Reyes Pascasio. Se le dedicó el paseo de la ría por donde surcaban siempre sus canoas, la María Luisa, Rápido Trini, Juanito, Angela Marisa, Belleza de Alicante, Bella Ciudad de Alicante y El Chimbito. Hoy no existe aquel letrero donde se le puso su nombre, bien estaría recuperarlo para no perder un recuerdo merecido.

Pero, además, hay otro personaje clave en el recuerdo, Manuel de los Santos Román Varela, que mantuvo las clásicas canoas hasta su fallecimiento, fue fiel a su pueblo y al mar, regalando cada año la belleza romántica de un paseo en canoa, en una actitud filantrópica. En tiempo no fácil, cuando funcionaba el puente y el negocio no era especialmente rentable. De las canoas de la familia de Pascasio pasaron a él la Angela Marisa, Rápido Trini, Belleza de Alicante y Bella Ciudad de Alicante, a la que sumó a su empresa Turismar la Gloria, que él mismo realizó en sus varaderos. Aquí, durante el invierno, se reponían, se mimaban y cuidaban las canoas para que pudieran volver a navegar al verano siguiente. Así hasta que les sobrevino su muerte con el fallecimiento de Varela, el 14 de marzo de 2002. Aquellas hermosas canoas de madera, símbolo de una época y alegría de los veranos dejaron de existir, pero se mantuvo la nueva y portentosa canoa que recuerda a aquellas otras célebres como el Isla de Saltés, la Dolores o El Chimbito.

Sí, ambos merecen tener una calle en su pueblo. Pascasio, recuperándola, y Varela, rotulándosela. Estos 50 años de la creación del municipio de Punta Umbría es una ocasión ideal para su reconocimiento, porque el municipio se consolidó gracias a gente con empeños como ellos. No olvidemos que Pascasio formó parte de la comisión fundacional del nuevo municipio de Punta Umbría, aunque falleció antes del 26 de abril de 1963, en el verano anterior. Pascasio y Varela están en la senda de la Punta Umbría eterna vinculado su nombre, por siempre, a las canoas.

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